Por Eduardo Tagliaferro
 El arzobispo porteño, Jorge Bergoglio, reclamó ayer ante el Presidente y los integrantes del gobierno nacional más protagonismo y sensibilidad �para con los marginados del sistema. Viendo en ellos a hombres y mujeres que son mucho más que votantes potenciales�. Ante la inminente definición de un nuevo ajuste económico y luego de una gran cantidad de protestas sociales ocurridas en varios puntos del país, los dirigentes de la Alianza esperaban la homilía de Bergoglio con la certeza de que se trataría de un discurso con un gran contenido crítico, por lo que luego del Te Deum ensayaron diversas interpretaciones del mensaje que Bergoglio disparó desde el púlpito. El obispo no sólo reclamó compromiso y solidaridad con los más pobres, sino que además cuestionó el sistema electoral de listas sábanas y la actual práctica política. �Algunas promesas y enunciados suenan a cortejo fúnebre: todos consuelan a los deudos, pero nadie levanta al muerto�, dijo. Los funcionarios apretaron los dientes.
La principal voz de la curia porteña condenó que los técnicos y los sectores concentrados del poder financiero hubieran adquirido tanto protagonismo en la actividad política. Bergoglio le reclamó al Gobierno que no actúe con indiferencia con la frase más dura de la mañana: �Debemos reconocer que el sistema ha caído en un amplío cono de sombra, la sombra de la desconfianza, y que algunas promesas y enunciados suenan a cortejo fúnebre: todos consuelan a los deudos, pero nadie levanta al muerto�.
El obispo porteño criticó también la brecha que existe entre la población y la dirigencia política, a la que le reclamó acciones concretas para salir de la actual crisis social. Bergoglio insistió en dar mayor protagonismo a organismos intermedios.
Los máximos referentes de la Alianza coincidieron en definir que �el muerto� es la herencia que el Gobierno recibió de manos del ex presidente Carlos Menem. El vicepresidente, Carlos Alvarez, principal expositor de esta teoría, dijo que no consideraba que el mensaje fuera duro, ni crítico para su gestión. �Fue un diagnóstico de cómo estamos; el mensaje expresa la Argentina que recibimos, esperemos que las próximas homilías o el 25 de mayo del año que viene hayamos avanzado en forma importante�, fueron las conclusiones de Alvarez.
La �herencia recibida� es el principal argumento con el que el gobierno aliancista justifica el próximo ajuste a las cuentas públicas. Ajuste que puede llevar a la Alianza a caminar en el sentido contrario al discurso que la llevó al triunfo electoral.
Sólo una cuestión de protocolo hizo que el presidente Fernando de la Rúa y su mujer, Inés Pertiné, se sentaran a la izquierda del altar y que Carlos �Chacho� Alvarez y Liliana Chernajovsky lo hicieran a la derecha. Detrás fueron tomando posiciones el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, los ministros del gabinete nacional, los jefes de las Fuerzas Armadas, los titulares de las cámaras parlamentarias y otros funcionarios de gobierno. Notoria fue la ausencia del jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes, quien ayer fue el blanco de todos los comentarios en el Gobierno por sus declaraciones sobre el monto del ajuste (ver páginas 4 y 5).
Dispuesto a dar señales alentadoras a los mercados, el Gobierno no se mostró dispuesto ayer a polemizar con la Iglesia. El Presidente se limitó a decir que �coincidía totalmente� con los dichos del arzobispo. �Es un santo y un sabio�, fue el único comentario de De la Rúa.
El jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, reconocía la gravedad de la situación social y, al igual que De la Rúa y Alvarez, no asumía que el mensaje de Bergoglio tuviera al Gobierno como su destinatario. �Frente a una situación delicada, el Gobierno es consciente y responsable y está preparando una respuesta adecuada. Hay que levantar un muerto, no es fácil, pero el gobierno está trabajando duramente para hacerlo�, dijo.
Ruckauf, acompañante destacado de la comitiva aliancista en los festejos del 25 de mayo, aprovechó oportunamente el mensaje eclesiástico y sinresponsabilizar a De la Rúa por la actual situación social opinó que �la Iglesia marcó el camino de reivindicación de los humildes�.
El Gobierno sabe que todas las miradas están puestas en el próximo recorte que piensa realizar en las cuentas públicas. Por este motivo, ninguno de sus ministros quiso generar nuevas polémicas, en un frente en el que las principales corporaciones tradicionalmente asociadas al poder -Iglesia, sindicatos y Fuerzas Armadas� se van alineando casualmente o no en la crítica a algunas medidas del nuevo gobierno.
Ninguno de los ministros quiso opinar sobre las características que tendrá el inminente ajuste. Los responsables de la denominada área política insistieron en que el nuevo ajuste se asentará en los aspectos burocráticos del Estado. �No va a afectar el salario de los trabajadores�, decían sin explicar con información los fundamentos de sus aseveraciones.
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Un día de especulaciones, ajuste y militares |
El presidente Fernando de la Rúa estaba a más de 100 pasos de la Catedral Metropolitana, cuando el titular de la AFIP, Carlos Silvani, saludaba en forma entusiasta a los miembros del equipo económico. Imprevistamente su mirada quedó fija en el gran cartel. �Salvemos a Aerolíneas�, pedían los empleados de la línea aérea de bandera, que estaban detrás del vallado que delimitaba la Plaza de Mayo. Nadie pudo saber si Silvani reparó en ellos, porque recordó la treintena de aeronaves que la DGI tiene embargadas o simplemente le llamaron la atención la protesta y los redoblantes.
El cartel de los empleados de Aerolíneas y el que reclamaba la �Libertad a los presos de La Tablada� eran los dos únicos símbolos de protesta que ayer debió enfrentar el gabinete de la Alianza. Cuando Fernando de la Rúa llegó frente a la entrada de la iglesia, la fanfarria militar se encargó de tapar el canto de quienes reclamaban, �a los asesinos la cárcel ya, y a los compañeros la libertad�.
Finalizado el Te Deum, un miembro del gabinete reflexionaba sobre el mensaje del arzobispo porteño. �En verdad, esperábamos algo más duro�, dijo. Su molestia era evidente: �Mirá cómo volantean los curas� el discurso de (Jorge) Bergoglio, señalaba, con un dejo de ironía.
Fernando de Santibañes fue el centro de los corrillos que ayer se formaron entre ministros del Gobierno y legisladores de la Alianza. Sus declaraciones de anteayer sobre el monto del ajuste, a menos de una semana de haber desatado otra tormenta, también por declaraciones de las que luego se arrepintió públicamente, generaron críticas, explicaciones y más de una especulación a la salida del Te Deum (ver páginas 4 y 5).
¿Habrá sido casual que una de las primeras agrupaciones militares que desfilaron frente al palco de autoridades haya sido el Liceo Militar General San Martín de la ciudad de Córdoba? El Presidente, recordando su paso por ese liceo, los saludó llevando su mano derecha al corazón.
Salvo el aplauso solitario del gobernador Carlos Ruckauf, a los efectivos de la Escuela Naval, los aplausos a los efectivos militares se hacían en conjunto. Es que los marinos criollos realizaron su desfile cantando a viva voz el himno de �la valiente muchachada de la Armada� y la ESMA es un recuerdo más que vigente y doloroso para muchos de los miembros del gobierno nacional.
Como demuestra el breve diálogo que mantuvo ayer Página/12 con el titular de Infraestructura, Nicolás Gallo, hay ministros más informados que otros.
�¿A cuánto ascenderá el monto del ajuste presupuestario que se anunciará? �preguntó este diario a Gallo.
�No estamos estudiando ningún ajuste, sino un ahorro que ayudara a obtener nuevas inversiones y un futuro de crecimiento, respondió el ministro de Infraestructura sin apartarse una línea del discurso oficial enunciado luego de la reunión de gabinete por el vocero presidencial Darío Lopérfido.
�Ese ahorro, como usted lo definió, ¿todavía se está estudiando?
�Ya está definido.
�¿Va a afectar al salario de los empleados estatales?
�Será el ministro de Economía quien lo dé a conocer. |
La Iglesia cada vez precisa más sus reclamos sociales
Por Washington Uranga
Las últimas manifestaciones de la jerarquía católica en relación con los temas sociales, además de mantener la crítica a la inequidad y a la pobreza, se han caracterizado por la precisión y concreción de las demandas. Hace apenas diez días los obispos pidieron gestos concretos en favor de los inmigrantes indocumentados, la devolución de tierras para los aborígenes y una revisión de la situación carcelaria. El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, sumó ayer su voz a este tono de preocupación social: reclamó que se acorte la brecha entre ricos y pobres, pidió por los jubilados, volvió a plantear el tema de los inmigrantes, abogó por un nuevo modo de hacer política, llamó a la responsabilidad de todos y a dejar la inmovilidad frente a un sistema �que ha caído en un amplio cono de desconfianza�.
Lo dicho ayer por el arzobispo porteño ante Fernando de la Rúa y las máximas autoridades del país y el gesto del cardenal Raúl Primatesta respaldando esta misma semana una protesta organizada por la CGT de Hugo Moyano contra el FMI y las medidas de ajuste, no pueden sino vincularse en la órbita de la opinión pública y, por lo tanto, en la lectura política, aunque en rigor se trate de discursos que marchan por cuerdas separadas en el interior de la Iglesia. El laico Guillermo García Caliendo, secretario de Pastoral Social y hombre de confianza de Primatesta, asistirá en nombre de la Iglesia a la protesta organizada por Moyano, generando un hecho que adquiere una enorme trascendencia política imposible de ser opacada por la condición de �observador� con la que se intentó, sobre todo de cara al frente interno de la jerarquía, bajar el impacto del alineamiento.
La crítica al sistema neoliberal como modelo único, al que se le atribuye una inequidad básica que genera exclusión, no es una originalidad del Episcopado local. Juan Pablo II viene insistiendo en la misma línea en muchos de sus documentos y el tema es recurrente en gran parte de los discursos del Papa con motivo del Jubileo. Los obispos argentinos han acogido este discurso, algo que no les ha resultado difícil en vista de los datos de la propia Argentina. Hay una preocupación que les quita el sueño a gran parte de los obispos: el país enfrenta una grave crisis social a la que no se puede responder con discursos sino con hechos concretos de transformación.
Casi todos estos temas estuvieron en el índice de la homilía que Bergoglio pronunció en la Catedral frente a la primera plana del Gobierno, aunque sus palabras tuvieran como destinatario más amplio a todos los sectores de la sociedad argentina. Para el arzobispo porteño la más grave consecuencia del sistema es la ruptura de la vincularidad social y por ese motivo propone criterios éticos para reconstruirla. La frase de Bergoglio en la que se refiere al sistema y señala que �algunas promesas y enunciados suenan a cortejo fúnebre� sosteniendo que �todos consuelan a los deudos pero nadie levanta al muerto�, no podría leerse sino como un claro llamado de atención para que todos los sectores sociales y el Gobierno en primer término, se hagan cargo de buscar alternativas y soluciones concretas, antes que reducir todo a quejas o lamentaciones por lo que ocurrió o sigue pasando.
En la única mención que se hace a los sectores capitalistas que dominan la economía, Bergoglio señaló que el poder está en manos �de unos pocos� que controlan el mundo de las finanzas y la técnica, compartido con �otros que ejercen el poder desde el Estado�. Unos y otros son destinatarios del reclamo episcopal. Sin embargo, para el arzobispo las alternativas llegarán a partir de la participación de toda �una comunidad activa� basada en la solidaridad y en el trabajo mancomunado. En consonancia pidió una nueva forma de vincularidad, es decir, una nueva metodología para hacer política reiterando conocidas críticas que la jerarquía católica ha englobado antes bajo el título de �crisis moral�.
La semana próxima la Conferencia Episcopal entregará el texto completo de un documento que también incluye claras referencias a lo social einsistirá en las demandas puntuales sobre inmigrantes indocumentados, tierras para los aborígenes y análisis en profundidad de la situación de las cárceles. Para darle mayor trascendencia al gesto, el presidente de la Conferencia Episcopal, Estanislao Karlic, solicitó audiencia a De la Rúa para poner en sus propias manos el documento que luego será entregado a la prensa. Esto ocurrirá un día antes de que Moyano pueda mostrar al país que cuenta con el respaldo de Primatesta en sus críticas al FMI y al modelo de ajuste. Pero si el documento �Jesucristo, Señor de la historia� tuvo el consenso de todo el Episcopado no ocurre lo mismo con la iniciativa del cardenal cordobés de la que varios obispos, incluidos algunos que integran la Comisión de Pastoral Social, quieren tomar distancia con el argumento de que no fueron consultados y preocupados de que el avance en este terreno pueda terminar involucrando a la jerarquía en una disputa interna del sindicalismo y, por extensión, del peronismo.
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Opinion
Por Ernesto Tiffenberg |
Trece
(Viene de tapa.)
Con ajuste desayunó este país en 1987, con ajuste almorzó en 1989, con ajuste merendó en 1995, con ajuste cenó en 1999. Con ajuste se despierta en el tan esperado 2000.
Hoy o el lunes se anunciará otro. Como todos los anteriores será el definitivo antes de la redención. El secreto es sencillo para la gran mayoría de los economistas y funcionarios de cualquier color político. Si mejoran las cuentas fiscales, crecerá la confianza de los inversores. Si aumentan las inversiones bajará entonces la tasa de interés. Si hay más crédito disponible florecerán mil y un negocios. Si se alimenta la economía se multiplicarán los ingresos del Estado y los puestos de trabajo. Si se acerca el pleno empleo habrá llegado el tiempo de los aumentos salariales.
¿Qué pasará si alguno de estos Si no llega a cumplirse? Mala suerte, habrá que volver a probar con otro ajuste. ¿Cómo garantizar que esta vez no se interpondrá una crisis en Asia o una escalada de las tasas en Estados Unidos? No hay garantías. Siga participando.
Amantes desesperados, todos y cada uno de los argentinos deberán continuar dando prueba de su amor en la esperanza de que por fin la amada reparará en ellos. Es romántico, no parece quedar otro camino y, quién sabe, quizás algún día funcione.
Entretanto, puede ser una buena idea empezar a buscar alternativas. Dejar de lado aunque sea por un rato la fe ciega en la ideología del ajuste y discutir una nueva mirada �que también incluya a los argentinos de carne y hueso� para enfrentar la crisis. A eso se dedica el suplemento que acompaña esta edición.
Hace trece años el nacimiento de Página/12 fue una buena idea. Trece años después, buscar una salida humana al círculo vicioso de la economía es sin duda una mejor. |
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