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 Con una gran tarea de Rubén Wolkowyski bajo las tablas y con la oportuna aparición del base suplente Nicolás Gianella, Estudiantes de Olavarría derrotó 80-71 a Atenas de Córdoba y se consagró campeón de la Liga Nacional por primera vez en su historia. Con este triunfo, los olavarrienses liquidaron la serie 4-3 e hicieron valer el primer lugar de la etapa regular, ya que ambos equipos ganaron sus partidos como local.Atenas comenzó mejor a partir de la lúcida conducción de Marcelo Milanesio, que le permitió sacar una pequeña ventaja que manejó a lo largo del primer cuarto. Con una defensa intensa y con un goleo repartido, los cordobeses lograron imponer su ritmo de control. En cambio, Estudiantes se apoyaba en lo que podían llevar a cabo Eubanks y Wolkowyski, hasta ese momento sus únicas vías de gol confiable. Y con ese argumento le alcanzó para mantenerse cerca. Todo cambió en el segundo cuarto. El ingreso de Gianella le dio un ritmo diferente a Estudiantes, y además le permitió intensificar la defensa. Así consiguió varios recuperos que derivaron en una mejoría global en todos los aspectos del juego. Con las posesiones rápidas, Estudiantes encontró la chance de correr en contraataque, su arma preferida a lo largo de la temporada, y lo aprovechó para equilibrar el trámite primero y volcarlo decididamente a su favor después. Para colmo, Atenas se confundió en ataque y se descontroló. Empezaron las pérdidas, los arrestos individuales para tratar de revertir el partido, las protestas a los árbitros y las desconcentraciones. Por eso los cordobeses apenas anotaron 7 puntos en el cuarto, y así pasaron, de ganar por 3 unidades, a perder por 13. Tanta fue la diferencia, que los olavarrienses en ese pasaje no necesitaron del goleo de Eubanks para alejarse. La aparición de Campana amagó con ser el inicio de la remontada cordobesa. Claro que allí sí surgió la figura del goleador de la liga para apagar cualquier intento. Con siete puntos seguidos de Eubanks, Estudiantes sacó 17 y ahogó el esbozo de reacción. Sin embargo, Atenas no se desesperó, se refugió en zona para evitar que Wolkowyski lo siguiera lastimando en la zona pintada, y se metió en el partido Jason Osborne. El americano anotó 13 puntos en ese parcial y lideró una levantada que lo puso en juego. Estudiantes sintió la presión que le puso Atenas y estuvo casi cuatro minutos sin convertir en el arranque del último cuarto, lo que determinó que quedara cinco abajo. Sin embargo, un par de triples consecutivos le devolvieron el alma. Allí surgieron las tapas de Baldo y Wolkowyski, la picardía de Gianella y la efectividad en los libres para sentenciar el partido y festejar el primer título de su historia.
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