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Por Fernando Almirón El presidente Fernando de la Rúa y el gobernador Carlos Ruckauf coincidieron ayer en la necesidad de una �tregua política para mancomunar esfuerzos y trabajar hacia la reactivación de la economía�, según afirmaron uno y otro. Fue durante una reunión que mantuvieron con intendentes bonaerenses justicialistas en una quinta de la localidad de Merlo a la que De la Rúa asistió a pedido del gobernador para escuchar el reclamo de 59 jefes comunales del justicialismo. Los intendentes le exigieron al Presidente mayor asistencia social por parte de la Nación para afrontar la crisis por la que atraviesan sus distritos, y los mismos beneficios que reciben los municipios aliancistas. �Yo soy el presidente de todos los argentinos, y para un argentino no hay nada mejor que otro argentino�, respondió De la Rúa apelando a una frase de Juan Domingo Perón en un auditorio peronista que aplaudió la ocurrencia de Perón. Así de duras estaban las cosas. Los intendentes bonaerenses del justicialismo estaban cabreros. Fernando de la Rúa se había reunido en Olivos con los jefes comunales de la Alianza y los había ignorado por completo. De inmediato �hace quince días� los representantes de los 59 municipios peronistas se autoconvocaron en Mar del Plata para unificar sus reclamos a la Nación, y le pidieron al gobernador de la provincia, Carlos Ruckauf, que les gestionara una audiencia presidencial a la brevedad. Los intendentes se quejaron por la reducción de los planes Trabajar, la disminución de los planes asistenciales destinados a la salud, y por la falta de obras financiadas por el Estado nacional en sus territorios. Algunos de los jefes comunales ya habían amenazado con dejar de contener a la gente que en sus distritos amenazaba con protagonizar cortes de ruta similares a los de Orán, en Salta, o Cultral-Có, en Neuquén. Otro grupo de intendentes llegó, incluso, a organizar en el mes de abril una marcha desde el otro lado de la General Paz hacia el Ministerio de Trabajo para reclamarle al ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, que mantuviera e incluso incrementara la cantidad de beneficiarios de los planes Trabajar. La medida de fuerza finalmente no se concretó. Pero la presión sobre el gobernador fue creciendo a medida que se sumaban las adhesiones del PJ bonaerense a la marcha convocada por la CGT que conduce Hugo Moyano. Ruckauf respondió a las demandas con un refuerzo de la ayuda social de la provincia e implementando dos nuevos planes provinciales para crear nuevos puestos de trabajo, Bonus y Segunda Oportunidad. Pero faltaba la audiencia con De la Rúa. Y se lo pidió al Presidente cuando se gestionaba la reunión de gobernadores que se concretó el martes, en Olivos. Ruckauf quería aprovechar el encuentro que tenía previsto mantener ayer con los intendentes donde anunciaría sus medidas de apoyo a los distritos para rematar su gestión con la presencia del primer magistrado. De la Rúa fue susceptible al pedido y suspendió un viaje hacia el Chaco previamente agendado donde firmaría con el gobernador aliancista, Angel Rozas, los convenios para la construcción de un puente férreo que unirá a esta provincia con su vecina Corrientes por sobre el río Paraná. Y envió en su lugar al ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo, mientras él se subió al helicóptero que lo condujo hasta la quinta La Colonial, en Merlo, donde Ruckauf ya lo esperaba junto a los intendentes con quienes había �pulido� el listado de demandas que recibiría el invitado. Ruckauf no iba a devolver el favor sometiendo a De la Rúa a las fauces del peronismo bonaerense, con Aldo Rico incluido. El gobernador ya había preparado el clima previo. Apenas llegó al lugar de la reunión, destacó la actitud del Presidente al �haber aceptado escuchar a los intendentes del PJ�, ya que, dijo, �hay que tener la cabeza abierta para escuchar, además de los propios, a los otros�. Y anticipó: �Yo voy a plantear públicamente, junto al Presidente, que Argentinanecesita una tregua política, que durante un año no discutamos más candidaturas ni temas de política partidaria y nos dediquemos a solucionar los problemas de la gente�. Y así fue. De la Rúa escuchó las demandas de los jefes comunales que fueron representados por el intendente de Moreno, Mariano West, que no sólo se limitó a solicitar que la ayuda social del Estado vuelva a sus anteriores niveles. También aseguró que el sistema asistencialista ya estaba de todos modos agotado y lo que hacía falta era la implementación de políticas tendientes a resolver la grave situación de fondo que viven millones de bonaerenses. El Presidente después elogió al gobernador, con quien lo une un oportuno amor en tiempos de cólera. De él dijo: �El gobernador, con gran criterio de estadista, no sólo respeta sino que coordina acciones con el Presidente. El Presidente también respeta y apoya en todo al gobernador de la provincia de Buenos Aires�. Y se sumó a la propuesta del bonaerense de establecer una suerte de �tregua política en Argentina� para trabajar en la búsqueda de las soluciones que necesita el país.
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