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 El fallo de la Cámara de Apelaciones parece haber empeorado su ya acentuada fragilidad, obligándolo a cumplir con un compromiso pautado de antemano, pero imposible de suspender, como la realización de un nuevo control médico en el Hospital Militar de Santiago. Durante dos horas, el ex dictador chileno Augusto Pinochet fue sometido a estudios a los que su mala salud ya lo tiene acostumbrado, y luego se retiró en su silla de ruedas a la residencia en el barrio santiaguino de La Dehesa, donde estaba en plena preparación una recepción al cuerpo de generales y almirantes retirados. Pero la Justicia, en este caso desde Francia, no lo deja en paz. Ayer, el Alto Tribunal de París envió a la Corte Suprema chilena un exhorto en el que solicita interrogar al ex dictador por el asesinato de un sacerdote francés en 1983. El religioso André Jarlan fue baleado el 4 de setiembre de 1983 mientras leía la Biblia en una de sus misas en un pueblo de Santiago. El caso fue sobreseído en 1986 por la Justicia militar chilena sin encontrar culpables. Ahora, la Justicia francesa quiere saber cuál es la responsabilidad de Pinochet en ese crimen, una intención muy parecida a la de los tribunales chilenos y a la del �Garzón local�, el juez Juan Guzmán Tapia, quien pidió el desafuero aprobado el miércoles por la Corte de Apelaciones. Ayer, después de que el comandante en jefe del Ejército, el general Ricardo Izurieta, asegurara que los militares están �preocupados�, el ministro de Defensa, Mario Fernández, salió a responder que todo está �tranquilo�. �No puedo negar que son asuntos complejos y tampoco que el pueblo de Chile los mira con atención, pero de ahí a señalar que este país está en tensión, eso no es así�, declaró Fernández a Radio Chilena. Pero si de tensión se trata, habría que mirar hacia el lado del ex dictador. Ayer, mientras su Tata estaba en el hospital, la Fundación Pinochet aseguró que la internación se debió a un alza de la presión, por lo que se hizo necesario someterlo a un electrocardiograma. Atento a la salud en picada del ex dictador y a sus posibles efectos judiciales, el gobierno reiteró una de sus máximas en el caso por boca de su secretario general, Claudio Huepe: �No tiene por qué influir en los tribunales de justicia. La salud del senador vitalicio ha estado comprometida hace bastantes meses y, por lo tanto, esto se agrega al cuadro general clínico que él tiene�. El hijo menor de Pinochet, Marco Antonio, declaró amargamente que �en estos momentos confiemos en Dios, que la justicia divina no se equivoca�.
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