Por Carlos Noriega
Desde Lima
Con su proclamado triunfo, Alberto Fujimori pretende convertirse en el presidente más longevo en la historia del Perú. Pero su tercer gobierno, que oficialmente comenzará el próximo 28 de julio, estará marcado por la inestabilidad, la convulsión interna y la posibilidad de un aislamiento internacional �que ahora es una amenaza latente� que agravaría la crítica situación económica del país. Los resultados de la votación eran lo de menos en un proceso electoral con candidato único. Ni siquiera existía mayor expectativa por conocer el nivel de ausentismo o de votos viciados, las alternativas que propuso la oposición, ya que sin fiscalización en las mesas electorales no había ninguna confianza en lo que puedan arrojar las cifras oficiales, que empezarían a conocerse recién ayer a última hora local. En esta ocasión no se realizaron encuestas a boca de urna, prohibidas por una resolución judicial luego de que en la primera vuelta le dieran el triunfo al opositor Alejandro Toledo. No obstante, según una proyección al 100 por ciento de las mesas escrutadas, realizada por la Compañía Peruana de Investigación, Fujimori obtuvo el 50,8 por ciento de los votos, Toledo el 16,7, anulados 31,2 por ciento y los en blanco 1,2. La abstención habría sido del 18,2 por ciento.
En la noche, Toledo encabezó un multitudinario mitin en la Plaza San Martín. �Yo sí soy peruano y amo a mi país�: así el Cholo aludió claramente al Chino Fujimori y anunció que en Huancayo, una ciudad de la sierra, 30.000 personas tomaron la plaza. Con ese acto iniciaba lo que ha calificado como �resistencia pacífica� para recuperar la democracia en el Perú. Estaba acompañado de los restantes candidatos que se presentaron en la primera vuelta del 9 de abril. Más sorprendentemente, también estaba el general (R) Francisco Morales Bermúdez, último presidente de facto, al que Toledo cedió la palabra después de hablar.
La Plaza San Martín, donde se desarrolló el acto, está ubicada en el centro histórico de Lima. Durante todo el día de ayer fue escenario de enfrentamientos entre manifestantes antifraude y la policía, que los reprimió con bombas lacrimógenas y carros hidrantes. Uno de los jefes policiales encargados de la represión dijo a Página/12 que las manifestaciones estaban prohibidas hasta las cuatro de la tarde, hora en que se cerraban las mesas electorales, y que por eso tenían orden de dispersar a la gente. Pasada esa hora la represión policial continuó con la misma violencia. A pesar de la acción policial, finalmente la plaza fue copada por miles de personas que gritaban �Fraude, fraude�, �si no hay democracia, habrá revolución�, �y va caer, la dictadura va a caer�, y el clásico �el pueblo unido, jamás será vencido�, entre otras consignas. Las principales ciudades del país también fueron escenario de manifestaciones. Toledo pasó toda la mañana en su casa reunido con sus más cercanos asesores. En la tarde se desplazó hasta uno de los barrios marginales de Lima para almorzar en un comedor popular, administrado por una organización de mujeres. Allí se subió al techo de la precaria vivienda que sirve de local al comedor para dirigir un breve discurso a los pobladores que se habían agolpado en la fachada, a quienes les dijo que había ido al lugar �a votar por las mujeres pobres del Perú�. Como había anunciado, Toledo no fue a sufragar. Refiriéndose a lo que le espera al Perú luego de estas �elecciones� al estilo Fujimori, Toledo señaló que había por delante �una tarea monumental, que quiero hacer pacíficamente. Lo que ha habido hoy día ha sido un remedo de sufragio y los resultados carecerán de legitimidad y serán fuente de inestabilidad�. Un impresionante despliegue policial y militar precedió el momento en que Fujimori fue a votar. Lo hizo muy temprano, antes de las nueve de la mañana, en la Escuela de Bellas Artes, en el centro de Lima, cuyos alrededores fueron despejados y bloqueados. Como ajeno a la realidad que vive el país, Fujimori declaró a la prensa que el proceso electoral �se está desarrollando normalmente y con una masiva concurrencia de electores�. Ante el asombro de quienes lo escuchaban, el presidente peruano aseguró que había dos candidatos compitiendo en las elecciones y que éstas eran perfectamente justas y democráticas. Su futuro vicepresidente, Francisco Tudela, repitió el mismo guión, en el que desconocía el llamado a la abstención de Toledo. Cuando abandonaba el lugar donde sufragó, Tudela fue insultado por estudiantes que le gritaban �miserable� y �fascista�. Hasta el colegio electoral donde votaron las hijas de Fujimori, Keiko Sofía y Sashi Marcela, fueron llevados en ómnibus decenas de personas para que hicieran una manifestación en apoyo de Fujimori.
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En un recorrido por varios centros de votación, Página/12 notó un evidente ausentismo respecto de la primera vuelta. Resta ver si esto se refleja en los resultados oficiales que emita la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Muchos de los votantes que hacían cola para sufragar reconocieron que votaban para evitar pagar la multa y las sanciones que les impedirían desde cobrar un cheque hasta tramitar el pasaporte. Un pequeño grupo de manifestantes antifujimoristas fue aplaudido por muchos de los que hacían cola para votar en el Estadio Nacional, el centro de votación más grande del país. �Venimos a votar porque estamos amenazados y no tenemos plata para pagar la multa. Yo soy partidaria de la democracia y por eso he viciado mi voto�, nos dijo una joven mujer. Cuando le preguntamos su nombre, nos respondió abriendo los ojos: �¿Mi nombre? ¿Qué, usted quiere que el SIN (Servicio de Inteligencia Nacional) me corte la cabeza?�. Una respuesta que refleja el temor de una buena parte de los peruanos y la fama que ha adquirido el SIN que dirige el siniestro asesor presidencial Vladimiro Montesinos.
El jefe de la ONPE, José Portillo, que se ha hecho famoso por sus respuestas bufonescas para salir del paso ante preguntas que lo complican, restó importancia al hecho de que la OEA y los demás observadores se hayan marchado del país diciendo que �tenemos a Dios como observador�.
Ayer fue así el último acto de unas elecciones convertidas en una farsa electoral. La farsa había comenzado con la postulación ilegal de Fujimori, siguió con la falsificación de un millón de votos para escribir su candidatura, continuó con una primera vuelta llena de irregularidades y terminó con una votación con candidato único al mejor estilo de dictadores como Stroessner o Somoza. Desde el punto de vista de Toledo, este acto apunta a convertirse en el primero en una lucha por sacar del poder al autoritario Fujimori.
Claves
El presidente peruano Alberto Fujimori había �ganado� el 9 de abril la primera vuelta con (casi) el 50 por ciento de los votos.
A pesar de las protestas de observadores internacionales y del candidato opositor Alejandro Toledo por falta de garantías para unas elecciones limpias, la Justicia electoral se negó a postergar los comicios de ayer.
Toledo no se presentó y llamó a la �resistencia civil pacífica�. Según el ex candidato opositor, ayer comenzó la campaña para �la tercera vuelta por el rescate de la democracia�.
Fujimori recibió críticas de casi todos los países, incluido Estados Unidos. Quedó abierto un frente de aislamiento internacional para su tercer mandato consecutivo. Sólo recibió el apoyo de España y Brasil. |
Decidiendo cómo votar (o impugnar)
Según las leyes electorales peruanas, el voto es obligatorio. Y a los que violan esta obligatoriedad, faltando a la cita con la urna, se los castiga con una multa de 35 dólares. Eso, en un país donde la mitad de la población sobrevive como puede con un dólar por día. Los peruanos residentes en Buenos Aires acudieron ayer a votar en el Centro Municipal de Exposiciones, en avenida Figueroa Alcorta y Pueyrredón (donde hasta este año se celebraba la Feria del Libro). En la foto, un peruano lee un diario con publicidad estatal (�Tú decides quien (sic) será presidente�), mientras también sostiene otra hoja donde se alcanzan a leer, cruzadas, enormes, algunas letras que gritan �Fraude�. El voto en el ballottage de ayer se hacía en una boleta única para los dos candidatos, sobre la que debía marcarse con una cruz la preferencia por Toledo o por Fujimori. El candidato opositor había llamado a la abstención, o a cruzar la boleta escribiendo �Fraude� e impugnar así el voto. |
EL PERU QUE SE VIENE, SEGUN UN ANALISTA POLITICO
Cómo será la �tercera vuelta�
�Fujimori podría cambiar su gabinete y adoptar alguna medida económica o social para aplacar el descontento�, pronostica el sociólogo y analista político Fernando Tuesta Soldevilla en diálogo con Página/12, luego de finalizado el proceso electoral organizado por el presidente peruano para asegurar su re-reelección. Pero Tuesta le otorga un margen acotado a estas acciones: cree que es muy difícil que Fujimori pueda completar su tercer mandato y no descarta que las mismas Fuerzas Armadas que lo apoyan constituyan una alianza con el líder opositor Alejandro Toledo.
�¿Qué pasos cree que vaya a dar Fujimori de ahora en adelante para buscar salir de esta crisis?
�Con esta votación, que no se ha convertido en elección, el gobierno de Fujimori va a carecer de legitimidad. Esta es la crónica de una muerte anunciada. Lo primero que necesita el gobierno es reconstruir su legitimidad. Lo más preocupante para Fujimori es el frente interno. Si logra controlarlo, por más que exista una oposición importante en el frente externo, no se llegará al punto de que el régimen resulte desestabilizado. Imagino que inmediatamente, hoy o mañana, va a haber un cambio de gabinete y va a intentar dar sorpresas con alguna figura que aparezca como independiente, debe tener alguna pieza de recambio. También tratará de tomar medidas de tipo social o económico que aplaquen el descontento.
�¿Un cambio de gabinete y algunas medidas económicas serán suficientes para contrarrestar el descontento que estamos viendo en estos momentos?
�Eso depende mucho de la intensidad de la protesta. Las medidas estarán en función de la calidad y de la intensidad de la protesta social. No necesariamente la protesta va a llegar a tener una intensidad tal que haga inmanejable la situación. Es un tanto difícil prefigurar escenarios porque estamos en una sociedad muy volátil, extremadamente cambiante. Lo que podemos percibir es que nace un tercer mandato absolutamente debilitado.
�¿Toledo debería presionar por el derrocamiento de Fujimori y la formación de un gobierno de transición que convoque a elecciones?
�Al considerar ilegítimo el tercer mandato de Fujimori, Toledo tratará de acortarlo por cualquiera de las maneras.
�¿Esto pasa por una alianza con los militares?
�Inclusive podría pasar por eso. Muchos de los finales de los gobiernos autoritarios nacen del desprendimiento del entorno del presidente.
�¿Estamos frente a un gobierno que va a endurecerse aún más en su parte represiva o cree que va a buscar una apertura democrática, como ha dicho Francisco Tudela, para buscar recuperar el prestigio perdido?
�Gobiernos como éstos, y líderes políticos como Fujimori, mientras más permanecen en el poder más se cierran. Yo no encuentro sectores democráticos en un gobierno absolutamente autoritario. Pensar eso sería engañarse. En este caso, hablar de �sectores no represivos� no los convierte automáticamente en �democráticos�.
�¿Fujimori tiene alguna posibilidad de revertir la actual mala imagen internacional que tiene?
�No. Hay unanimidad en ver al gobierno de Fujimori como un gobierno autoritario, que no respeta reglas.
�¿Cómo ve a un Toledo líder de la oposición democrática?
�El azar ha colocado a Toledo como cabeza de la oposición. Es un reto muy grande. Tiene que aprovechar este momento político y constituirse como un líder de altura. Creo que lo está logrando. En el hipotético caso de una elección adelantada, los demás opositores le dejarían la cancha libre. Toledo está jugando al desgaste de Fujimori y a posicionarse él como un político de recambio.
�¿Fujimori terminará su mandato de cinco años?
�Es muy difícil que pase eso.
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