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MAS NOTICIAS MALAS QUE BUENAS DE MACHINEA PARA LOS JUBILADOS
Con 50 pesos menos en el porvenir

Una poda del 25 por ciento a la PBU es el ingrediente central de una nueva batería de reformas al fallido régimen previsional.


Por Julio Nudler
t.gif (862 bytes) La Prestación Básica Universal, que está a cargo del Estado, bajará de 200 a 150 pesos, en lo que implica la extensión a los jubilados del recorte anunciado ayer en los sueldos públicos. Esa quita del 25 por ciento regirá para quienes se jubilen luego de que entre en vigencia la nueva ley. Vale decir que afectará incluso a quienes estén a punto de jubilarse al sancionarse esta nueva reforma. La tala afecta tanto al régimen de reparto como al de capitalización. El ahorro para el fisco será insignificante en lo inmediato, pero para el 2010 representará unos 500 millones de pesos anuales. En el caso de las mujeres, a cambio de haber abandonado la idea de volver a subirles la edad jubilatoria, que seguirá siendo de 60 años, se las castigará con una disminución del 37,5 por ciento en la PBU, que para ellas caerá de 200 a 125 pesos. Esta sobrequita la podrán recuperar con el sudor de sus frentes: por cada año adicional trabajado y aportado, las señoras recibirán 5 pesos más de Prestación, hasta un tope igual al de los hombres.

  Algo bueno para las mujeres es que las tablas actuariales para las rentas vitalicias serán unisex, con lo que dejarán de cobrar menos en razón de su mayor esperanza de vida. Las tablas tampoco podrán discriminar por ningún otro parámetro. Las rentas vitalicias son contratadas al momento de jubilarse.

  La reducción de la PBU se suaviza, políticamente, con el establecimiento de pensiones no contributivas de 80 pesos mensuales, a las que tendrán derecho los mayores de 70 años. Estos deberán cumplir varios requisitos: no tener otro beneficio previsional ni otros ingresos, ni una vivienda como la gente ni otras manifestaciones de riqueza. Cuando una pareja reúna las condiciones, sólo uno de los cónyuges o convivientes podrá percibir la paga. De todas formas, quedará un hueco de cinco años de total desamparo, ya que la edad jubilatoria es de 65 años. Hoy ya rige un beneficio por edad avanzada, pero tan restrictivo que casi nadie lo percibe. Es preciso aclarar que el ahorro que se logre con la poda de la PBU no irá directamente a financiar las mencionadas pensiones no contributivas. Estas se solventarán con recursos generales.

  El recorte de la PBU se acolchona también con otra concesión: esta Prestación recupera la movilidad perdida, ya que en el futuro se ajustará por un índice salarial que armará el Indec.

  Se desechó la opción de flexibilizar el requisito de 30 años de aportes para poder jubilarse. De manera que, tal como rige desde la reforma previsional de 1994, quien no alcance el mínimo de tres decenios de aportes no cobrará ni un peso de PBU, teniendo en adelante derecho a pedir la contribución de 80 pesos al cumplir los 70.

  Se establecerá por ley un piso de 250 pesos para los nuevos jubilados (dados de alta tras la sanción). En realidad, esta garantía es superflua, ya que cualquier pasivo con 30 años de aportes, sea por capitalización de su fondo o por la PAP (Prestación Adicional por Permanencia) en el sistema de reparto percibirá 100 pesos mensuales que, sumados a los 150 de la PBU, le supondrán los mencionados 250. Este número se dibujó con la idea de suscitar en la gente la comparación con el actual haber mínimo de 150 pesos para el viejo régimen. De hecho, quienes están jubilándose hoy reciben en promedio unos 450 pesos. Respecto de esta referencia, el recorte de la PBU equivale a una quita del 11 por ciento.

  La enorme evasión previsional no mereció ningún anuncio específico. El problema queda subsumido dentro del de la evasión impositiva en general. Respecto de las jubilaciones de privilegio, se les rebanará el 50 por ciento a los menores de 50 años que las perciban. Para quienes naveguen entre los 50 y los 60, la deducción será del 33 por ciento. La decisión del Poder Ejecutivo es pelear los juicios que planteen los afectados, confiando en que la Corte Suprema falle a favor del Gobierno, tomándose de la emergencia fiscal y de la presunta irrazonabilidad de esos beneficios.

  En relación a los regímenes jubilatorios especiales --que rigen para diplomáticos, docentes, militares, policías, investigadores y funcionarios--, la idea es ir suprimiéndolos, mientras se intenta reformar el régimen vigente para la Justicia. Pero no hay una decisión tajante del Ejecutivo en estas materias. En realidad, Machinea se equivocó al formular sus anuncios, confundiendo las jubilaciones especiales con las de privilegio. Economía no logró avanzar en esto sobre áreas que corresponden a Ricardo López Murphy, Adalberto Rodríguez Giavarini, Juan José Llach y otros ministros. Según cálculos de la ANSéS, el tijeretazo descargado sobre las jubilaciones de privilegio permitirá ahorrar más de 200 millones de pesos anuales, pero la cifra suscita dudas.

  Los monotribustas, que con sus aportes sólo pueden aspirar a cobrar la PBU, sufrirán la quita de 50 o 75 pesos, según sexo, en esa Prestación. El empleado que trabaja para un monotributista padecerá el mismo perjuicio.

  La idea de reabrir por un lapso la posibilidad de regresar al reparto para quienes optaron por la capitalización fue descartada por el propio Fernando de la Rúa. Eligió esa manera de castigar el desliz de Melchor Posse, cuando anunció un aumento jubilatorio, y de paso aventar la inquietud de los grupos financieros que controlan a las principales AFJP.

  La noticia desagradable para éstas es que los indecisos serán asignados a la Administradora que cobre la menor comisión para el correspondiente tramo de ingresos. Hoy un 70 por ciento (unos 30.000 por mes) de los nuevos trabajadores no hace ninguna opción, y son por tanto distribuidos a prorrata entre todas las AFJP. Se espera incentivar así la reducción de comisiones, lo que beneficiará al universo de afiliados, pero ese efecto no es seguro. A una Administradora grande --caso de Consolidar, que pronto tendrá un millón de asociados-- quizá no le interese bajar la comisión para captar a unos pocos miles.

 

Antievasión va por decreto

  Entre las medidas anunciadas ayer se decidió poner fin a la espera de la Ley Antievasión demorada en el Congreso desde principios de enero. El salto consistirá en activar de manera inmediata, a través de un decreto del Poder Ejecutivo, algunas de sus medidas, entre ellas:

* El límite a las transacciones en efectivo (10 mil pesos).

* La obligación de informar el CUIT/CUIL en las transferencias de dominio.

* La extensión de los sistemas electrónicos de medición para actividades agroindustriales (faenamiento de hacienda y molienda de trigo).

* La introducción de un nuevo sistema para la devolución del Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) para los combustibles destinados a la fabricación de productos exentos; tales como los solventes y las pinturas.

* La Introducción de mejoras al régimen de verificación de la exención impositiva que alcanza a los combustibles consumidos en la región patagónica.

  De esta manera se intentará atacar a los rubros más acuciantes que desvelan a los recaudadores hasta que el Congreso sancione la norma, que entre otros puntos incluye la creación de una cámara tribunal oral para el fuero penal tributario.


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