Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


TRANSFIRIO A SU NOMBRE UN AUTO SECUESTRADO
La Corte marcha sobre ruedas

Fue acusada de narcotráfico y terminó absuelta. Pero su auto, que había sido secuestrado, fue transferido a la Corte. Se lo devolvieron con 70 mil kilómetros de más y 4500 pesos de deuda.

El abogado de Beatriz Díaz, Marcelo Buigo, aclara que la transferencia fue sin consentimiento


Por Cristian Alarcón
t.gif (862 bytes) Hace más de cuatro años Beatriz Griselda Díaz perdió, entre otras cosas, la libertad y el auto: fue detenida acusada de narcotráfico y su coche, un Renault Laguna modelo 94, secuestrado por la Justicia federal. Después de un largo proceso, en medio del cual salió de la cárcel, la mujer fue absuelta. Con la sentencia en la mano, Díaz se dispuso a recuperar el automóvil, algo que resultó hasta más difícil que demostrar su inocencia: la mujer descubrió que el auto de sus amores fue usado durante la investigación por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a quien fue transferida la titularidad del coche, sin su consentimiento ni su firma. Nada le parecieron los 70 mil kilómetros de más que encontró en el cuentakilómetros comparados con la cédula verde en la que su nombre ya no aparece, reemplazado por el del más alto tribunal de justicia. El auto, por añadidura, tenía una deuda de patentes por 4500 pesos.

  "Estas cosas pasan porque parecería ser que una vez que un ciudadano está imputado por drogas su seguridad jurídica ya no es algo que se le pueda garantizar", le dijo ayer a Página/12 el abogado de Beatriz Díaz, Marcelo Buigo, quien la defendió junto a Jacobo Grossman. En rigor, existe un acordada de la Corte del año 1994 por la cual se le permite al organismo utilizar los automóviles secuestrados en procedimientos por narcotráfico. "El auto estuvo secuestrado porque era de una procesada de la causa --explicó Buigo--. Pero de ahí a la trasferencia de la propiedad de un particular sobre el que hay presunción de inocencia, a manos del Estado, hay una distancia enorme, porque justamente el proceso penal es la garantía de que todos los ciudadanos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Si dentro del proceso penal se transfiere un bien de propiedad de un particular sin que haya una sentencia que lo disponga, esto afecta gravemente la seguridad jurídica."

  La causa por narcotráfico por la cual fue detenida la mujer comenzó a fines de 1995 y se conoció como "Mundo Blanco" o "Alas Blancas". Una investigación realizada por el inefable comisario Mario "Chorizo" Rodríguez, como titular de la Brigada de Investigaciones de Lanús, desbarató una banda que, según el policía, "había traficado en dos años unos 2100 kilos de cocaína". En los procedimientos dirigidos por Rodríguez se detuvo a nueve empleados de Aerolíneas Argentinas y por eso el caso se conoció también como el de "la banda de las azafatas". Beatriz Díaz no estaba entre ellas, como la mayoría de los imputados; fue detenida lejos de Ezeiza, a raíz de una supuesta red de escuchas telefónicas.

  De aquella supuesta banda fueron procesadas 19 personas. El 28 de diciembre pasado, el Tribunal Oral Federal de San Martín, por pedido expreso del fiscal, absolvió a diez de ellas: uno de los inocentes resultó ser Beatriz Díaz. En la sentencia, los jueces también indicaron que le debía ser devuelto el auto secuestrado. "En febrero empezamos a gestionar la entrega del vehículo y nos enteramos de que estaba afectado al uso de la Corte Suprema", cuenta Buigo. En la Corte, un funcionario les pidió que esperaran a que el máximo tribunal dictara una resolución para desafectar el uso del coche. Mientras, Díaz averiguó en el registro del automotor y descubrió que el legajo de su auto fue remitido a la Capital. Los documentos aparecieron en el registro porteño y del análisis del legajo "surgió claramente que se había transmitido la titularidad del dominio a la Corte con un formulario 08 en el que queda claro que hubo algo irregular, ya que lo único que figura es el nombre y apellido de la dueña".

  El 08 del auto de Díaz tiene en el rubro "C", comprador o adquirente, a la Corte Suprema de la Nación, con domicilio en Talcahuano 250, el Palacio de Justicia, y como comprador figura el secretario de la Corte, Luis María Freire. De todos modos, Beatriz Díaz, libre, sin culpa ni cargo, hoy maneja su automóvil. Tenía diez mil kilómetros cuando se lo secuestraron, lo encontró con 80 mil. Había pagado sus impuestos, lo encontró con una deuda por patentes de 4500 pesos. Su abogado le contó a este diario que, para que pudiera circular, en la propia Corte "le dieron un número de teléfono celular, para que si la policía la paraba en la calle les dijera que se comunicaran con los funcionarios judiciales que explicarían que era legal la posesión del auto a pesar de que la tarjeta verde está a nombre de la corte".

 

PRINCIPAL