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VICTORIA OFICIAL DEL 75 POR CIENTO EN LAS ELECCIONES PERUANAS
El día después del fujifraude anunciado


El que "ganó" se refugió en el Palacio de Gobierno. El que "perdió" llevó 70 mil personas al centro de Lima. Además, Alejandro Toledo amenazó a Alberto Fujimori con no dejarlo asumir el 28 de julio. Estados Unidos dijo que la victoria de Fujimori fue "ilegítima". 

El presidente peruano Alberto Fujimori, después de ser felicitado por sus ministros por la re-reelección



Por Carlos Noriega
Desde Lima

t.gif (862 bytes) El presidente Alberto Fujimori corrió solo y perdió. Porque aunque los resultados oficiales que exhiben con falso júbilo los oficialistas lo den ganador con el 75 por ciento de los votos válidos, el re-reeleccionista presidente peruano ha sido el gran derrotado de la violenta jornada del domingo. Su farsa electoral no ha convencido, ni dentro ni fuera de las fronteras del ahora convulsionado Perú. Las esforzadas explicaciones de los voceros fujimoristas insistiendo que todo se ha desarrollado normalmente y que las elecciones han sido un ejemplo de democracia, han resultado patéticas. Ahora la situación de Fujimori es la de un autócrata cuya victoria oficial en las urnas lo debilita antes que fortalecerlo. Deberá remontar su imagen gracias a la monopolización de la televisión de señal abierta y de un indiscriminado uso de recursos del Estado para su campaña electoral. La asociación civil Foro Democrático presentó ayer ante el Jurado Nacional de Elecciones un pedido de nulidad general del entero proceso electoral.

  Contabilizando el total de votos al 88,94 por ciento, según los resultados de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Fujimori obtuvo el 50,82 por ciento, mientras que Toledo --a pesar de que pidió a los electores que no votaran por él, sino que se abstuvieran de concurrir a las urnas o que votaran viciado-- alcanzó un 17,15 por ciento. Los votos viciados y en blanco sumaron un 32 por ciento. Esto significa un virtual empate entre Fujimori y Toledo, sin contar siquiera a los abstencionistas, que sumaron cerca del 20 por ciento. El apoyo a Fujimori podría ser aún menor, si se toma en cuenta que el conteo de votos ha carecido de supervisión imparcial y que la independencia de la ONPE está seriamente cuestionada, luego de que en la primera vuelta manipuló las cifras para favorecer la candidatura oficialista.

  Y mientras los fujimoristas tratan de ocultar el papelón mundial que han hecho, el opositor Alejandro Toledo ha anunciado que seguirá con sus marchas y mítines a lo largo de todo el país "mientras sea necesario". Toledo ha amenazado a Fujimori con impedir su asunción oficial de mando para su tercer mandato el próximo 28 de julio. "Si Fujimori subsiste hasta el 28 de julio, tenemos planificado marchas desde los cuatro suyos (puntos cardinales) que converjan en Lima. Traeremos a cuatro millones de personas que van a impedir la proclamación de Fujimori", anunció Toledo.

  En lo que significa un paso más hacia el aislamiento internacional del régimen fujimorista, un vocero del Departamento de Estado norteamericano calificó la victoria de Fujimori como "ilegítima" y señaló que el gobierno peruano representa "una amenaza a la democracia regional". El Consejo Permanente de la OEA analizará mañana el informe del ex canciller de Guatemala, Eduardo Stein, quien presidió la misión de observadores de la OEA para los comicios peruanos. Stein abandonó el Perú dos días antes de las elecciones y descalificó el proceso electoral. El siguiente paso sería que el caso peruano fuera tratado en la Asamblea General de la OEA que comenzará el 4 de junio en Canadá. Sin embargo, el canciller peruano, Fernando de Trazegnies, confía en que esto no ocurra. Ayer declaró que el caso peruano no figuraba en la agenda de la OEA, pero tuvo que reconocer que puede ser revisada. Por su parte, Toledo aseguró que "ha llegado el momento de aplicar la resolución 1080".

  Las protestas que marcaron la jornada electoral del domingo han sido las más importantes en el país en los últimos 20 años, y ayer se repitieron aunque con menguada intensidad en el interior del país. La violenta represión policial dejó un saldo de varias decenas de heridos, uno de ellos de gravedad, un joven que recibió una bomba lacrimógena en la cara, y más de cuatrocientos detenidos. En la andina ciudad de Huancayo, a unos 300 kilómetros al este de Lima, se registraron los hechos más violentos. Sólo en esa ciudad se registraron más de 20 heridos.

  En ese ambiente, el presidente no tenía nada que celebrar. Por eso ha permanecido en silencio y lejos de las cámaras desde que el domingo salió a votar. Ayer el presidente peruano se reunió por más de una hora con su gabinete ministerial. Pero no asomó ni un pelo fuera de Palacio de Gobierno. La paradoja de un candidato oficialmente ganador que se esconde y se refugia en el silencio absoluto, y de un supuesto perdedor que sale a las calles y convoca a cerca de 70 mil personas que lo vitorearon durante un enfervorizado mítin refleja claramente la situación en el Perú. Cuando se retiraban de la plaza pacíficamente, los partidarios de Toledo fueron atacados con gases y agua por la policía. Muchos de ellos fueron violentamente apaleados y después detenidos. Los uniformados les quitaron las banderolas y carteles que llamaban a defender la democracia.

 

JAVIER VALLE RIESTRA, EX PREMIER DE FUJIMORI
"Esto no dura más de dos años"

Por C.N.
"Un nuevo gobierno de Fujimori no va más allá de dos años", señala convencido Javier Valle Riestra, quien en 1998 fuera durante cerca de tres meses primer ministro del gobierno fujimorista, lo que le valió una ola de críticas y cuestionamientos. Jurista y ex dirigente y senador del APRA, el partido socialdemócrata del ex presidente Alan García, Valle Riestra habló con Página/12.

  --¿Cuáles cree que serán los próximos pasos que vaya a dar Fujimori para buscar salir de la crisis de legitimidad que afecta a su gobierno?

  --Lo que debería hacer es formar un gabinete multipartidario para intentar una administración en la que se deroguen las leyes anticonstitucionales y antidemocráticas del fujimorismo, como el sometimiento del Poder Judicial, por ejemplo, y nombrar una comisión para reformar la Constitución, prohibiendo la reelección presidencial.

  --Usted, que ha sido primer ministro en el actual gobierno de Fujimori y que, por lo tanto, lo conoce bien, ¿cree que Fujimori va a hacer algo como lo que usted está diciendo?

  --No lo creo. No hay ningún síntoma de que vaya a ser así. En toda su campaña no ha insinuado nada de esto. Seguramente habrán cambios en el gabinete, pero cambios poniendo tecnócratas, burócratas, nunca demócratas.

  --¿Está Fujimori en capacidad de revertir las críticas externas que parecen encaminarse a un aislamiento del Perú o se ha llegado a un punto de no retorno en ese terreno?

  --Yo no creo que la OEA esté muy lista a aplicar sanciones. Recordemos que la OEA, luego del nefasto golpe militar del 5 de abril de 1992, le dio la salida a Fujimori y lo santificó, en lugar de bloquearlo y sancionarlo.

  --¿Y las fuertes críticas hechas por el Departamento de Estado norteamericano?

  --Hay que recordar que el imperialismo tiene una doble moral. Por un lado es ultrademocrático, pero por otro lado necesita de gobiernos fuertes en la región.

  --¿Qué salida propone usted a la crisis?

  --Que se reúna el nuevo Parlamento y que elija como presidente de la República al presidente del Congreso, que se deroguen las leyes anticonstitucionales y se vaya a una nueva elección del Parlamento y del presidente de la República, con mayoría simple y sin segunda vuelta, y con prohibición absoluta de la reelección presidencial, lo que excluye a Fujimori. La otra alternativa es un golpe militar. La opción que propongo es para salvar al Perú de la anarquía y del golpe militar.

  --¿Existen condiciones para una salida de este tipo?

  --En la medida en que Perú sufra la presión económica internacional, y un perpetuo estado de asamblea de las masas, puede resultar eso.

  --¿Cuánto tiempo le daría al tercer gobierno de Fujimori?

  --No podría cumplir sus cinco años. Si no se puede dar pan, por lo menos hay que dar libertad. Un nuevo gobierno de Fujimori no va más allá de dos años.

  --Usted que ha trabajado en el gobierno de Fujimori, ¿cree que él es consciente de su debilitamiento actual?

  --Fujimori no tiene conciencia de su debilitamiento, ni de los cambios que tiene que hacer. El poder enceguece a todos. Fujimori tiene un fanatismo, un integrismo que lo hace actuar de manera equivocada y nadie se atreve darle opiniones contrarias. El único individuo que le ha dado opiniones contrarias estando dentro del poder he sido yo.

  --¿Y cómo reaccionaba Fujimori?

  --Las escuchaba con malicia, con una sonrisa criolla, pensando: "Este es un gilipollas".

  --Y nunca le hizo caso.

  --No me hizo caso. Por eso me tuve que ir.

 

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