Por Javier Lorca
 Los rectores de las universidades nacionales y el ministro de Educación, Juan Llach, acordaron ayer la modalidad que asumirá el ajuste �voluntario� (así lo definieron y se encargaron de destacar) en las casas de estudios. Todas las autoridades con cargos jerárquicos (léase rectores, decanos, secretarios, subsecretarios, asesores y otros más) aportarán una porción de sus salarios, cercana al 12 por ciento, para constituir un fondo solidario de emergencia destinado a planes sociales. Además, el fondo se nutrirá desde otras dos vías: se abrirán cuentas para que alumnos, docentes y empleados puedan dejar su óbolo; y también se recurrirá a los recursos propios que generan las instituciones con la venta de servicios o tecnología. Llach quiere que la recaudación trepe hasta por lo menos 20 millones de pesos (y que incluya un achicamiento de gastos burocráticos), pero los rectores más optimistas apenas sueñan con superar los 10 millones.
Cerca del mediodía, en la sede de Educación, se reunieron el ministro, el secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi, y trece rectores: Oscar Shuberoff (UBA), José Martín (Cuyo), Daniel Malcolm (San Martín), Luis Lima (La Plata) y otros. �No fue fácil salvar a las universidades del paquete�, les dijo Llach, después de garantizarles que no habrá recortes en los 1800 millones que integran el presupuesto anual, ni rebajas en los sueldos de docentes y no docentes. No obstante, sí habrá ajuste para los fondos que maneja la Secretaría de Educación Superior, por lo que caerán programas que transfieren recursos a las universidades (los planes Fomec y Presnu, que sostienen proyectos de investigación y de obras para instituciones nuevas, respectivamente): allí se recortarán unos 40 millones.
�Ahorro� y �aportes voluntarios� fueron las palabras que eligieron ministro y rectores para hablar del ajuste interno consensuado ayer para el sistema de educación superior. �No se está hablando de recortes, sino de ahorro �dijo Llach�. Será una manera de solidarizarse con la situación tan difícil que se está viviendo en el país.� Luego, se ocupó de aclarar que �tanto en educación superior como en educación básica, la ejecución del presupuesto del año 2000 va a ser mayor que la del �99�.
Tras la reunión, Jorge Bettaglio, presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (el CIN, donde se reúnen los rectores de las 36 universidades nacionales), contó a Página/12 que �se acordaron propuestas generales para que luego cada universidad, dentro de su autonomía, elija cómo colaborar con el fondo de emergencia social. La idea es que la semana que viene puedan aprobar y empezar a aplicar las medidas�.
Esas �propuestas generales� son las siguientes:
u Todo el personal jerárquico de las universidades cederá cerca de un 12 por ciento de sus sueldos (aunque varía según los casos, un rector suele cobrar entre 4200 y 5000 pesos; un decano, entre 3500 y 4200; un secretario, unos 2000).
u Se convocará a toda la comunidad universitaria para colaborar voluntariamente con el fondo solidario. �Pueden hacerlo personas u organizaciones. Un centro de estudiantes, por ejemplo, puede organizar una fiesta a beneficio�, sugirió un funcionario.
u Las casas de estudios aportarán �se estima� un 5 por ciento de los recursos propios generados a través de auditorías, servicios o ventas de tecnología al sector privado. Cuando el cliente sea un organismo público, directamente aplicarán un descuento de la misma magnitud.
Pasado mañana, las medidas terminarán de definirse en un plenario del CIN. �En la UBA y en la Universidad de Córdoba ya hay acuerdo para aplicarlas �anunció el radical Shuberoff, en diálogo con este diario�. Los rectores tenemos muy buena disposición para no quedar ajenos al esfuerzo que está haciendo la Argentina�, concluyó quien, hace justo unaño, encabezó las protestas contra el recorte de 100 millones a las universidades que intentó el gobierno de Carlos Menem.
CHACHO ALVAREZ APURA LA SALIDA
El ciclo de Silvani
La cuenta regresiva para el alejamiento del titular de la AFIP, Carlos Silvani, continuó ayer su marcha. Esta vez no fueron sólo rumores o aislados trascendidos. El vicepresidente Carlos Alvarez fue contundente: el ciclo del funcionario �que no ha demostrado muchos avances está terminado�, afirmó. Machinea, por su parte, se refugió en la ambigüedad y evitó respaldar de manera clara a uno de los dos funcionarios (el otro es Pedro Pou, titular del Banco Central) de Carlos Menem que sobrevive en la nueva gestión económica. El propio Silvani sostuvo que no tenía tiempo para seguir desmintiendo su renuncia y que lo suyo era meter presos a los grandes evasores.
Esto no es una cuestión personal, yo creo que Silvani �hasta puede ser una buena persona�, aclaró el vicepresidente. Pero cuando hay una evasión reconocida por el propio organismo recaudador de 20.000 millones de dólares y no se ven mejoras en la recaudación se produce �una crisis de expectativas y una insatisfacción creciente�, afirmó Alvarez. Entonces, �ahí hay una decisión que no me corresponde a mí tomar, sino al ministro de Economía con autorización del Presidente�, para que �se termine el ciclo�, enfatizó.
Por su parte, el titular de la AFIP comenzó a perder la paciencia ante las insistentes versiones sobre su renuncia. �Para ser franco, no tengo tiempo de ocuparme de esto�, declaró.
El ministro de Economía, en tanto, no se mostró muy dispuesto a mantener el consenso para el jefe de los recaudadores, pero prefirió la ambigüedad. �Todo el mundo está hoy día confirmado como yo puedo no estar confirmado mañana. Esta es la situación de Silvani. Yo no le puedo asegurar si va a estar confirmado en su puesto los próximos 5 años�, expresó. Y aunque el titular de Hacienda aseguró que �no hay ninguna razón especial para pensar que Silvani se irá�.
También el ministro del Interior, Federico Storani, agregó otra nota discordante para el recaudador. �Hay situaciones en las que se han producido fallas�, afirmó en relación con la situación fiscal, y �una buena señal sería que se cambie donde se han producido esas fallas�, reclamó.
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