Por Santiago Rodríguez
 Volver de vacaciones nunca es sencillo y si las cosas en el trabajo se complican, resulta todavía más duro. Puede decirlo Aníbal Ibarra, quien ayer regresó de unos días de descanso en Cuba y se encontró con que la guadaña del ajuste amenaza con cortarle 50 millones de pesos al presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires. Ese es el monto que el Ministerio de Economía pretende que los porteños le paguen a la Nación por �los servicios prestados por la Policía Federal� en el distrito, pero el jefe de gobierno electo no está dispuesto a desembolsarlo así porque sí.
Ibarra dijo a los suyos que no piensa darle un solo peso a la Nación en esos términos y su estrategia quedó clara en boca de sus principales asesores. �En todo caso debemos sentarnos a discutir con la Nación en un nuevo marco, que tiene que ver con los servicios que la policía presta en el distrito, con la forma en que se realizará el traspaso y con la situación de la ciudad en relación con la ley de coparticipación federal�, explicó a Página/12 el presidente del bloque de legisladores del Frepaso, Raúl Fernández, uno de los integrantes de la reducida comitiva que Ibarra llevará a su gira por Europa. Los otros dos que hoy se subirán con el jefe de gobierno electo al avión presidencial, para acompañar primero a Fernando de la Rúa en su visita a Berlín y viajar después a Londres, son su asesora Verónica Torras y el secretario de Obras Públicas porteño, Abel Fatala.
La intención de Economía de cobrarle a la ciudad por la policía sorprendió a Ibarra a su regreso de Cuba, pero también a sus colaboradores que estaban en Buenos Aires. La decisión de recurrir a ese recurso para embolsar 50 millones de pesos más al año fue tomada en Olivos el último domingo a la noche durante la reunión en que se terminó de armar el paquete de ajuste, a pesar de que hasta entonces nunca se había barajado. En esa reunión estuvo Cecilia Felgueras, quien admitió a este diario que no estaba al tanto del asunto, aunque dijo que �creo que alguna vez Aníbal habló del tema con (José Luis) Machinea�. �Pero si nunca hablé con nadie�, dicen que reaccionó Ibarra aquellos que estaban en su despacho cuando uno de sus asesores le informó del comentario de Felgueras. Con quien sí habló Ibarra fue con el actual jefe de gobierno, Enrique Olivera, para unificar criterios y ambos quedaron en reunirse hoy.
La Ciudad de Buenos Aires paga en la actualidad algo más de 5 millones de pesos por algunos servicios adicionales para reforzar la seguridad y el control del tránsito y colaborar con el equipamiento policial. La idea de cobrarle de ahora en más 50 millones de pesos al año se la atribuye el ministro del Interior, Federico Storani. �La ciudad tiene superávit así que puede pagar�, razonó uno de los miembros de su gabinete.
�El superávit es para hacer obras para los porteños y no para pagar la policía�, se indignaron en el gobierno de la ciudad, donde aseguraron que �no se tomará ninguna decisión sin consultar a las próximas autoridades�. La voz oficial de la actual gestión porteña fue el subsecretario de Gobierno, Jorge Enríquez. �Hasta ahora no ha habido ningún planteo formal de la Nación en ese sentido�, aclaró.
�Las cuestiones de seguridad no pueden ser variable de ajuste. Si lo que quieren es que la ciudad financie a su policía, que planteen el traspaso con las partidas correspondientes y rediscutamos la coparticipación. Eso es serio, lo demás son problemas de caja�, se quejó Marcelo Saín, jefe del equipo que redactó la propuesta de Seguridad de Ibarra durante la campaña.
La izquierda repudia el ajuste y hace vaticinios
�La Alianza, como está, se rompe�
Todos coincidieron en las críticas. Cuestionaron el ajuste y pronosticaron un progresivo aumento del conflicto social. Mientras se preparaban para la movilización al Obelisco que realizarán hoy, los dirigentes de la izquierda pronosticaron la fractura de la Alianza. Pero no acordaron a la hora de analizar lo que vendrá. Izquierda Unida, por ejemplo, anunció la conformación de un �Frente Anti-Ajuste�. La Corriente Patria Libre habló de una �nueva alianza política�. El Partido Obrero y el MAS, en cambio, denunciaron el �intento del PJ, la CGT y el Episcopado de armar una concertación social con el Gobierno�.
A continuación, sus evaluaciones:
 Patricio Echegaray, legislador porteño electo (Izquierda Unida): Las medidas son antipopulares y muestran el grado de sumisión, pérdida de identidad y soberanía de estos gobernantes. Insisten en un modelo fracasado: la receta del FMI. Sectores de la UCR y el Frepaso ven con estupor cómo la Alianza ha hecho una opción por el modelo neoliberal más duro, pro FMI.
Jorge Altamira, Partido Obrero (PO): Este ajuste es antiobrero y no tiene posibilidad de sacar al gobierno del empantanamiento político. La Alianza a corto plazo va a tener una gran crisis de gobierno. El gabinete va a saltar apenas se ponga en evidencia que estas medidas no llevan a ningún lado.
Vilma Ripoll, legisladora porteña electa (Izquierda Unida): Los piqueteros y ahora Télam, demuestran que al Gobierno se le puede ganar. La Alianza metió en meses los ajustes que Menem metió en años.
Lía Méndez, Partido Humanista (PH): Si el modelo no se toca, no va a haber más trabajo, no va a bajar el desempleo. Hay que salir ordenadamente de la convertibilidad, con 30 medidas de emergencia.
José Montes, Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS): Es un decretazo al estilo menemista. Nos roban entre el 12 y el 15 por ciento del sueldo a 140.000 estatales. Al gobierno no lo vamos a detener con una marcha y paros aislados.
Humberto Tumini, Corriente Patria Libre: Si este ajuste fracasa, el Gobierno va a poner de ministro de Economía a un hombre del establishment y a marchar a un ajuste aún más feroz, o a la dolarización. Y la Alianza, tal como está compuesta, se va a romper.
Laura Marrone, Movimiento al Socialismo (MAS): La única alternativa al ajuste es coordinar con los trabajadores del mundo �como los movimientos de Seattle y Washington� un enfrentamiento global al capitalismo.
Informe: Martín Piqué
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