Por Cristian Alarcón
Como hacía tiempo no ocurría, los fundamentalistas del catolicismo hicieron esta semana reaparición pública para terciar en el más hereje de los combates, el de Dios versus el arte. Reflejado por el eternamente rebelde León Ferrari en su muestra �Infiernos e Idolatrías� instalada en el ICI, Centro Cultural de España, sobre la calle Florida, la lucha simbólica y milenaria tuvo su correlato material en una serie de manifestaciones de católicos que desde el viernes se dedicaron a rezar el rosario frente a la sala de la exposición. Pero los ánimos de los ofendidos, identificados como Juventud Católica Argentina y como Agrupación Custodia, empeoraron hasta llegar ayer a un pico de violencia: al mediodía, aprovechando el cambio de la guardia privada que custodiaba el ICI, un hombre arrojó al interior del local una bomba de gas lacrimógeno, basura y un tacho de pintura. �Para mí es una continuación de la muestra �le dijo ayer a este diario Ferrari�. Ellos son los que mejor entendieron lo que transmito con la obra, al condenar al infierno prometido para nosotros los herejes a sus propios santos. Ellos completaron su significado al protestar contra el infierno.�
Es que la muestra del artista, dedicado hace más de 30 años a trabajar en la relación entre religión y violencia, es todo un �alegato contra la tortura, divina o humana�. Como selecto integrante del autodenominado Cihabapai (Club de Impíos Herejes Apóstatas Blasfemos Ateos Paganos Agnósticos e Infieles), León Ferrari basa Idolatrías en la idea vaticana de que los incrédulos �todos los del club� serán torturados en el más allá. Las obras expuestas en el ICI cuestionan �esa idea sobre el futuro de una parte de la humanidad que se enfrenta con la Declaración Mundial de los Derechos Humanos que hasta el Vaticano dice respetar�. Ferrari reprodujo unos 30 infiernos famosos, desde el de Boticcelli al de Giotto, en originales versiones en las cuales los artistas sufren los mismos males que supieron imaginar para la Iglesia. Por camino separado hizo padecer a una serie de santos suplicios modernizados: así hace, por ejemplo, quemarse en las llamas de una tostadora al propio Jesucristo.
Los militantes católicos tardaron en reaccionar frente a las imágenes paganas creadas por el artista, que se expusieron en Florida 943 desde el 9 de mayo, con el auspicio de Página/12. Lo cierto es que el viernes aparecieron, junto a los volantes repartidos por una Juventud Católica Argentina que invitaban al rezo comunitario, unos 50 que se largaron al murmullo cristiano para exorcizar el arte de Ferrari. Los mismos se convocaron para el lunes, cuando unos cincuenta manifestantes, otra vez rezando, intentaron impedir que entraran al lugar a los poetas que llegaban a un encuentro al ICI. �¡Blasfemos!�, se desgañitaban los militantes, a los empujones contra los poetas de mayor edad, que resultaron en definitiva los que más fuerza opusieron a los cristianos enardecidos. Mientras algunos modernos daban la media vuelta y los dejaban hechos un solo grito sin confrontación, los de canas mostraron cierta maestría en los codazos con los que se abrieron camino. En el medio del tumulto, algunos de los católicos golpearon a dos empleados del ICI.
Fue más grave lo ocurrido ayer pasadas las 12.30. �Un loco, un intransigente, arrojó una bomba de gas lacrimógeno y al tiempo un poco de basura y un poco de pintura en un tacho �contó Tono Martínez, director del ICI en Buenos Aires�. Esto ha sido una acción pensada, una intimidación publica a la libertad de expresión�. Ferrari pidió que si hay adhesiones, sean enviadas a infoarrobaicibaires.org.ar. �Es alentador que haya creyentes que protestan contra el infierno �opinó�. Los católicos progresan: dos o tres siglos atrás hubiera sido la hoguera, 25 años atrás un vuelo final sobre el río, hoy sólo piden que no les muestren las ideas de sus dioses.�
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