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 �El muchacho se ha enamorado�, dijo ayer el presidente Fernando de la Rúa ante un grupo de periodistas destacados en la Casa Rosada. �Que se sepa que él no ha querido hacer ostentación de su amor�, abundó, en una frase que podría ser incorporada a una canción melódica. Sin embargo, pese a la corrección con la que De la Rúa contestó todas las preguntas que se le hicieron al respecto, no pudo disimular la irritación que el tema le despertaba. Se había negado a hablar como Presidente, pero habló �como padre�. Y como padre se quejó de lo que, dijo, se está quejando su hijo: �Lo que veo que se da acá es un conflicto entre la libertad y el amor. Veo que se ha enamorado, pero al mismo tiempo, porque hablé con él, está abrumado por la tremenda y excesiva notoriedad que ha tenido el asunto�. Aunque, dice una voz popular, calavera no chilla.A las doce del mediodía de ayer, el presidente Fernando de la Rúa, el vicepresidente Carlos Alvarez y el vocero presidencial Darío Lopérfido recibieron a la prensa en el despacho del primero. Poco después iba a tener lugar el traspaso del mando en vistas al viaje de De la Rúa a Berlín. Las preguntas giraron en torno del ajuste, a la interna de la Alianza, al paro general anunciado para el 7 de junio. Después, el grupo se dividió. El vicepresidente y el vocero se quedaron contestando más preguntas, y el Presidente estaba por retirarse del despacho cuando un reducido grupo de periodistas lo siguió. El cronista de Radio Mitre fue directo al grano: �¿Qué se siente estar por ser el suegro de una cantante famosa?�. De la Rúa no perdió en ningún momento la compostura, pero su tono fue cortante más de una vez, especialmente cuando las preguntas giraron en torno de los gastos de Antonio en Bariloche y en Miami. �Mi hijo es totalmente ajeno al gobierno y no es empleado público�, remarcó. El punto más débil de la escapada amorosa del mayor de los chicos De la Rúa fue considerado ése, el del eventual derroche en un país una vez más ajustado y en un gobierno que, de acuerdo con una estrategia pergeñada por el propio Antonio, intenta hacer de la austeridad oficial una bandera. La imagen de Chacho Alvarez viajando en taxi, dicen, se diluye ante un hijo presidencial que se pavonea entre la nieve y la arena con su conquista favorita. El tema de los gastos de Antonio fue largamente discutido en Gobierno. Se comentaba, ayer, que a primera hora De la Rúa retó a Darío Lopérfido por haber hablado de más sobre cuánto gastó Antonio en Bariloche. �Está probado que gastó 450 pesos�, había dicho, para contrarrestar los seguramente abultados doce mil de los que se había hablado. Pero parece que no fue ni tanto ni tan poco. En varias radios capitalinas, en la mañana de ayer, los oyentes sugerían que se nombrara a Antonio secretario de Turismo, para que mucha más gente pueda acceder a paquetes de cuatro días en el Llao Llao a un precio tan razonable. Que no haya pagado él, sino la cantante enamorada, tampoco se ajusta a los usos y costumbres de las buenas familias argentinas. El �conflicto entre la libertad y el amor� del que habló el Presidente no quedó muy claro. Es cierto que el amor les resta libertad a todos los mortales, pero el Presidente pareció referirse a la libertad de no ser fotografiado, cosa perfectamente posible si uno se queda en su casa o en un cuarto de hotel. Pero todas las fotos y videos que circularon mostrando la pasión entre Antonio y Shakira fueron tomadas en playas, bares y calles de Miami. De la Rúa insistió en afirmar que su hijo fue �sorprendido� y �espiado� en sus escenas de amor con la cantante. �Yo deploro que mi hijo se vea expuesto, sometido a una sobreexposición así�, dijo, y finalmente se resignó a no poder �imponerle conductas sobre sus sentimientos, y no puedo porque es un chico grande y, además, eso es de otra época�. Mientras tanto, no sólo en la Argentina �que aporta al romance lo más parecido a un noble autóctono� el caso fue noticia. Colombia, después de todo, aporta su cantante pop más taquillera y prometedora. Los diarios locales ubicaron la noticia en sus primeras planas. Si aquí se habló del �ajuste entre Antonio y Shakira�, allí se habló del �concierto de amor�entre ambos. Si aquí el romance interrumpió la sucesión de repercusiones sobre el recorte de los salarios de los empleados públicos, en Bogotá la noticia dio un respiro entre los títulos que dan cuenta cotidianamente del conflicto armado interno. Hasta ahora, los únicos dos affaires de Shakira sobre los que la prensa se ocupó fueron los que mantuvo con el actor portorriqueño Oswaldo Ríos, y el que la unió por unos meses al hijo mayor de Emilio Stefan, marido de Gloria, el productor que suele abrirles la puerta del mercado norteamericano a los cantantes latinos. Shakira trabajó con él en el disco unplugged que grabó para la MTV, y que fue su primer paso para reconvertirse en una figura internacional. En Buenos Aires, el presidente De la Rúa terminó su improvisada conferencia de prensa sobre el romance de su hijo admitiendo que le hubiera gustado tenerlo aquí cuando hizo los anuncios del ajuste. Y que ahora, cuando se reúnan en Berlín, tendrán tiempo �para conversar�.
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