Por W. U.
Sin siquiera mencionarlo por su nombre y refiriéndose tan sólo al �observador�, la Conferencia Episcopal Argentina �deploró� lo que calificó de �abuso de confianza� en el que incurrió Guillermo García Caliendo, secretario ejecutivo de Pastoral Social, �al tomar parte activa como orador� en el acto realizado el miércoles en Plaza de Mayo y organizado por la CGT disidente. Según la declaración que dio a conocer ayer el Episcopado, García Caliendo tomó esa actitud �careciendo de autorización para ello por parte de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y de la Comisión Ejecutiva de esta Conferencia�.
En el mismo comunicado, de una dureza inusitada para lo que es acostumbrado en las declaraciones episcopales, se aclara que lo decidido por Primatesta �bajo su responsabilidad� y tal como lo había admitido el presidente del Episcopado, el arzobispo Estanislao Karlic, había sido �enviar un observador a la marcha�. En otro párrafo, el tercero y final del breve comunicado de apenas quince líneas, se dice que �queda claro que la postura del Episcopado en relación con la enorme inequidad que interpela a todos los argentinos en estas circunstancias está implícitamente indicada en el documento Jesucristo, Señor de la historia.
Durante la jornada de ayer los diálogos entre los obispos se sucedieron con un ritmo y una intensidad fuera de lo común. Todas las preguntas estuvieron encaminadas a determinar si el secretario de Pastoral Social había actuado por su cuenta y cuál era la responsabilidad de Primatesta con el hecho. Si bien ningún obispo quiso agregar nada a lo expresamente dicho en el comunicado y el propio García Caliendo prefirió eludir los contactos con la prensa, los conocedores de los temas eclesiásticos coincidían ayer en que la contundencia de los términos utilizados en la declaración pone al secretario ejecutivo de Pastoral Social en una situación insostenible y al borde de su renuncia. Distinta es la situación de Primatesta, quien según la propia versión episcopal aparecería como una víctima del �abuso de confianza� de su secretario. Sin embargo, es evidente que el malestar creado en el Episcopado lo toca también al cardenal aunque los debates entre los obispos sobre este tema se posterguen hasta que los ánimos se calmen.
Hombre vinculado políticamente al peronismo, García Caliendo había venido creciendo en protagonismo dentro de la escena de la Iglesia argentina, aunque siempre actuando bajo el ala del cardenal Primatesta. El dirigente no goza, sin embargo, del respaldo de muchos de los obispos. Las dificultades de García Caliendo quedaron en evidencia a comienzos del año cuando Primatesta propuso su nombre a la Comisión Permanente para ocupar la Secretaría Ejecutiva de Pastoral Social. El cuerpo episcopal, integrado por una veintena de obispos, estuvo en principio de acuerdo en rechazar la candidatura de García Caliendo. Frente a la negativa Primatesta insistió hasta poner como condición su propia continuidad en el cargo si no se le aceptaba la nominación. Finalmente García Caliendo accedió a la secretaría por un segundo período.
Las reservas planteadas entonces por varios de los obispos se refirieron concretamente a que García Caliendo habría hecho uso de sus atribuciones en Pastoral Social para fines políticos personales o sectoriales e, incluso, para intervenir en disputas internas del peronismo, fuerza política de la cual García Caliendo reconoce formar parte al margen de su labor en la Iglesia. Sólo la insistencia de Primatesta y el prestigio que el anciano cardenal tiene dentro del Episcopado pudo hacer que García Caliendo fuera confirmado.
Por otra parte y hablando en Bariloche donde participó de un encuentro eclesiástico, el arzobispo Karlic se manifestó ayer en desacuerdo con la �desobediencia fiscal� a la que convocó Hugo Moyano y dijo que para llegara tal determinación primero �hay que establecer que la ley es injusta�. El nuncio apostólico, Santos Abril, respaldó la postura de Karlic, subrayando que �hay que tener mucho cuidado porque uno fácilmente puede decir que yo me tomo la justicia por mis manos�.
TODAVIA NO CONVALIDARON LOS RECORTES SALARIALES DEL �95
La Corte dilata y se hace desear
La Corte Suprema de Justicia postergó su pronunciamiento sobre los recortes salariales a los trabajadores del sector público. Así lo confirmó el ministro Enrique Petracchi, quien no pudo precisar cuándo habrá una decisión al respecto. El Alto tribunal tampoco analizó �la invitación� del Poder Ejecutivo para acompañar las medidas de ajuste anunciadas por el presidente Fernando de la Rúa, es decir sumarse a la rebaja de sueldos.
Ayer, poco antes del mediodía, la Corte pasó a un cuarto intermedio en su sesión plenaria. �Comenzó el tratamiento de la cuestión, pero aún no se ha resuelto nada. Podemos volver a reunirnos esta tarde, mañana o el lunes, esto tiene continuidad�, dijo Enrique Petracchi a la salida del acuerdo. Sin embargo, voceros de la Corte aseguraron a la agencia Télam que el acuerdo se reanudará hoy a las 9.
La Corte estaría a punto de convalidar el decreto 290/95, dictado durante el gobierno de Carlos Menem, que también había decidido una poda de los haberes de los empleados públicos. La decisión sobre la constitucionalidad de ese decreto es fundamental para legitimar el nuevo recorte porque cerraría las puertas a eventuales reclamos judiciales por la poda salarial ya que sentaría jurisprudencia y marcaría el criterio a seguir en el futuro. El lunes pasado, el procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, avaló el decreto de la era menemista. En 1995 la Corte emitió una acordada en la que afirmó que �es un deber de todos los habitantes contribuir en las medidas de sus fuerzas al restablecimiento del equilibrio de las rentas con los gastos públicos� y por ello, �con alcance transitorio y excepcional�, los ministros Julio Nazareno, Eduardo Moliné O�Connor, Carlos Fayt, Antonio Boggiano y Ricardo Levene dispusieron �voluntariamente una quita de sus compensaciones� e invitaron a los integrantes del Poder Judicial a �adoptar un temperamento semejante�.
Petracchi aclaró ayer que no se trató la invitación del Poder Ejecutivo para que los funcionarios judiciales comprendidos en el régimen de intangibilidad de los salarios �acompañen� las medidas de ahorro dispuestas por el Gobierno, tal como lo estableció el decreto 430/2000 publicado el miércoles en el Boletín Oficial. La Corte busca la forma de contribuir con el plan del gobierno. Mientras tanto, varios jueces decidieron recortar sus propios salarios para repartir ese porcentaje entre los empleados que se verían afectados por el ajuste. Así lo hicieron los magistrados Carlos Chediek, Claudio Bonadío, Carmen Argibay y Ana María Bulacio Núñez de Rúa. Por su parte, la comisión de Administración del Consejo de la Magistratura y la Asociación de Magistrados se pronunciaron en contra del recorte y destacaron la intangibilidad de los haberes prevista en la Constitución Nacional.
opinion
Por Washington Uranga |
Fuera de libreto
En la Iglesia argentina, en particular en la jerarquía, las contradicciones y los niveles de discrepancia no suelen traspasar las puertas de la sede episcopal y, mucho menos, ganar estado público a través de los medios de comunicación. Es más. Hay diferencias de enfoques y de estilos entre los obispos que alcanzan el nivel de secreto a voces entre quienes se mueven en los ambientes eclesiásticos y que, de manera oficial, los miembros de la jerarquía desconocen, desmienten o minimizan. Sin embargo, el primer plano televisivo de Guillermo García Caliendo y la arenga que el secretario de Pastoral Social lanzó desde el palco del acto encabezado por Hugo Moyano superó los niveles de tolerancia. La dureza de los términos utilizados en el comunicado emitido por la Comisión Ejecutiva del Episcopado evita cualquier otra consideración al respecto.
García Caliendo es el principal aludido por el severo comunicado emitido por la cúpula del Episcopado y, probablemente, se convierta también en la pieza de recambio que, con un paso al costado, ayude a aquietar las aguas de la interna eclesiástica. Sin embargo, el verdadero destinatario del malestar es el propio cardenal Raúl Francisco Primatesta. Aun admitiendo que García Caliendo, tal como lo dice la Conferencia Episcopal, se haya extralimitado en el mandato que le fue conferido, la condición de hombre de extrema confianza de Primatesta que el propio García Caliendo exhibe con orgullo ante quien quiera escucharlo hace muy difícil pensar que el arzobispo emérito de Córdoba no estuviese al tanto de lo que su secretario haría desde el estrado montado en la Plaza de Mayo.
El malestar es con Primatesta, aunque el fusible sea García Caliendo. Para argumentarlo se dice que con la actitud de Pastoral Social se desvirtúa una estrategia pacientemente montada por el presidente de la CEA, Estanislao Karlic, para que la Iglesia sea interlocutora de todos los sectores sociales pero sin embanderarse con ninguna de las posiciones en juego. Mucho más después de que el propio García Caliendo dijo que Pastoral Social no asistiría a la �mesa del diálogo social� convocada por el ministro Flamarique para �no politizar su accionar�. Mal podían entonces los obispos avalar la actitud de García Caliendo que, en definitiva, se constituyó en un claro acto de hostilidad hacia el Gobierno, cuando apenas pocas horas antes la Comisión Ejecutiva se había entrevistado con De la Rúa y mantenido con el Presidente, más allá de expresarle preocupación por la cuestión social, un diálogo que todos los participantes califican de cordial y con disposición mutua al trabajo conjunto en bien de la superación de la crisis. En ese marco la arenga de García Caliendo en la Plaza quedó fuera del libreto y Primatesta mal parado en el Episcopado. |
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