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LE REDUJERON UN AÑO Y MEDIO LA CONDENA A TROVATO
Un juez con suerte judicial

Con el voto de Amelia Berraz de Vidal y Ana María Capolupo, la Cámara de Casación redujo a cuatro años y medio la pena que mantiene en prisión al ex juez Trovato. Gustavo Hornos se pronunció en disidencia.

En julio del año pasado, Francisco Trovato fue condenado a seis años de cárcel.
La sentencia implica que, con viento a favor, recuperaría su libertad en abril del año que viene.


Por Laura Vales

t.gif (862 bytes) Francisco Trovato quedó mucho más cerca de salir de la cárcel. Un fallo de la Cámara de Casación Penal redujo en un año y medio la pena que debe cumplir por haber aceptado como coima el lujoso vestidor de 19 mil dólares que quedó en la memoria con el humilde título de placard. El ex juez había sido condenado en julio pasado por el Tribunal Oral Nº 11 a la pena de seis años de prisión, pero dos juezas de la Sala IV de Casación consideraron que el castigo era excesivo y lo rebajaron a cuatro años y medio. 
La nueva sentencia implica que, con viento a favor, Trovato podrá recuperar su libertad en abril del año que viene �cuando se cumplan los dos tercios de su condena�, o incluso un poco antes si su abogado consigue que se le aplique el dos por uno. El viento a favor incluye el concepto de buena conducta, una materia que el ex juez se llevó a marzo. Pero, por otra parte, sobre Trovato sigue abierta una causa por presunto enriquecimiento ilícito, que puede complicar sus mejores sueños de rápida libertad. 
A la hora de votar la medida que acaba de beneficiarlo, la Sala IV de la Cámara de Casación quedó dividida. Aunque sus tres integrantes coincidieron en que el delito cometido fue el de cohecho y no el de dádiva �al que corresponde un castigo menor�, hubo criterios dispares a la hora de evaluar el monto de la pena que debe cumplir. Amelia Lydia Berraz de Vidal y Ana María Capolupo definieron la cuestión acortando la condena en cuatro años y medio, mientras que el juez Gustavo Hornos se inclinó por mantener los seis años y medio que había fijado el Tribunal Oral. 
Para bajar el monto de la pena las juezas consideraron que la fuga de Trovato y su intención de hacer desaparecer el cuerpo del delito �esto es, de haber intentado desarmar el vestidor antes de que la Justicia allanara su lujoso semipiso� no debieron ser tomadas como agravantes. También resaltaron que Trovato no tenía ninguna condena anterior. El criterio estuvo en consonancia con el del fiscal general Juan Romero Victorica, quien había pedido la revisión de la sentencia tras estimar que el castigo se debía atenuar. 
Gustavo Hornos, en cambio, señaló en su voto en disidencia que la pena de seis años de prisión �no resulta arbitraria�. El juez destacó que está probado que Trovato �imprimió a la causa Manzanares un trámite irregular que tendió a la aceptación� de la coima. Como se recordará, la historia del famoso placard comenzó a raíz de la muerte de Lourdes Manzanares, una nena que cayó por el hueco de un ascensor en un edificio construido por la empresa Almagro Construcciones. 
Cuando en julio pasado los camaristas Enrique Pose, Floreal de Laurentis y Enrique Alvarez condenaron al ex juez dieron por probado que Almagro Construcciones entregó a Trovato el vestidor a cambio de ser beneficiada en la causa abierta por esa muerte. Los jueces de Casación no lo pusieron en duda, e incluso mantuvieron firme la inhabilitación absoluta y perpetua contra Trovato, además de la fijación de una multa de 35 mil dólares. 
Trovato está detenido en un edificio de Gendarmería. Desde que está en prisión generó varios escándalos por mala conducta. Tras ser capturado en Brasil, donde se había fugado para evitar enfrentar a la Justicia, pasó unos meses como preso vip en la cárcel de Caseros. Le fue mal: lo encontraron metido en un baño con su amante �la misma con la que había compartido sus días de prófugo� y sus compañeros de celda le achacaron una serie de comportamientos poco civilizados. Entre otras cosas el ex juez Carlos Wowe se quejó por los �ruidos� que Trovato emitía al compartir la mesa durante los almuerzos, y la mujer de Wowe se quejó ante los medios de que era �un abusivo que se comía la comida de los demás�. El ex funcionario bonaerense Gustavo Green agregó que la convivencia era imposible y que Trovato hasta se había armado con una plancha para defenderse de posibles ataques, y finalmente la esposa de Trovato se sumó al escándalo quejándose de que el reo tenía que bañarse a las tres de lamañana para que no lo molestaran. Lo llevaron a Gendarmería, y la jueza Silvia Ramond le ordenó que se sometiera a un tratamiento psiquiátrico. 
El ex juez lleva cumplidos hasta hoy 25 meses entre rejas. Todo indica que, tras la rebaja obtenida, su abogado Francisco D�Albora irá por más. Aunque ayer el defensor no quiso hacer declaraciones, allegados a Trovato indicaron a Página/12 que todavía le queda abierta una puerta ante la Corte Suprema de Justicia. Y que la intención del ex juez es recurrir a esa instancia para lograr una nueva revisión de la condena. 

 


 

LA OA FIJA LA MIRA EN LA EX DE MEDIO AMBIENTE
María Julia cerca del juez

Por Adriana Meyer

El Gobierno quiere que María Julia Alsogaray empiece a dar explicaciones ante la Justicia. El jefe de la Oficina Anticorrupción (OA), José Massoni, pidió ayer la declaración indagatoria de la ex secretaria de Recursos Naturales y de siete de sus ex colaboradores por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario, negociaciones incompatibles con la función pública y administración fraudulenta. Además, la OA solicitó en el juzgado de Juan José Galeano ser considerada como querellante. Alsogaray pagó dos millones de pesos para refaccionar las oficinas destinadas a un programa de desarrollo ambiental y compró algunos materiales con más del 400 por ciento del valor de mercado. 
La Oficina Anticorrupción había denunciado en febrero �una maniobra ilícita orquestada desde el corazón mismo de la ex secretaría de Recursos Naturales, que bajo el escudo de un propósito formal inocuo posibilitó la administración fraudulenta de recursos estatales en beneficio de terceras personas ligadas estrechamente a las autoridades públicas involucradas�. Los �actores destacados� de esta historia son �la señora María Julia Alsogaray y su privilegiado colaborador, el arquitecto Santiago Bignoli�, a la sazón quien refaccionó su Petit Hotel de la calle Junín y ocupó ocho cargos distintos como funcionario de la ingeniera. 
Para financiar las obras cuestionadas la ex funcionaria había aprobado un contrato de fideicomiso entre el Banco Ciudad y la secretaría a su cargo. Massoni lo calificó como �un sistema de administración de dinero sui generis� que le permitió �gastar a su total arbitrio los fondos públicos de su gestión e instaurar un sistema de pago sin demoras ni controles para los proveedores particulares de ese emprendimiento�. Además, contrató a Bignoli en forma directa bajo la modalidad intuitu personae, es decir, por su habilidad sobresaliente. �Lo convocaron como si fuera Le Corbusier�, ironizó el segundo de Massoni, Manuel Garrido. A su vez, Bignoli llamó a empresarios amigos. 
En su escrito, Massoni elogió la �pronta y eficaz� tarea realizada por Galeano en la causa que permitió �la definitiva acreditación� de la denuncia. Sin embargo, en la OA entienden que ahora el magistrado tiene que tomar la decisión de citarla. Galeano también la investiga por enriquecimiento ilícito, la citó a declaración indagatoria en diciembre de 1998 pero nunca le puso fecha a la convocatoria. María Julia todavía no se sentó en el banquillo de los acusados de los tribunales federales de Retiro y en el último año sólo acudió para querellar a sus denunciantes. Allí, en cinco juzgados distintos, se acumulan expedientes que la involucran en hechos de corrupción. 

 

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