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CLAUSURARON UN CASINO CLANDESTINO EN BARRIO NORTE
No hagan más juego, señores

Funcionaba en Las Heras y Scalabrini Ortiz. En el operativo fueron demorados diez empleados y 30 clientes. Se sospecha que pertenecía al mismo dueño del casino trucho de Puerto Madero.

El allanamiento se produjo a medianoche, pero la sala se fue desmontando durante todo el día.


Por Horacio Cecchi

t.gif (862 bytes) Un casino clandestino en pleno Barrio Norte, montado en un salón de 480 metros cuadrados sobre una galería de Las Heras y Scalabrini Ortiz, fue allanado y clausurado por la justicia contravencional porteña. El operativo fue rápido, certero, sorpresivo y nocturno. Tuvo lugar en los dos últimos minutos del miércoles pasado, cuando las mesas del casino comenzaban a cubrirse de fichas y colores. Durante el allanamiento fueron demorados diez empleados y más de 30 clientes, todos de muy alto poder adquisitivo. Caras famosas, no había ninguna. Salvo una: según fuentes de la investigación, confundido entre la clientela fue descubierto José Alberto Barmaimon, acusado como capitalista de los tres casinos allanados en Puerto Madero, el 9 de setiembre del �99, y con otra causa anterior por juego ilegal adosado a su currículum (ver aparte).
El método de juego obviaba el dinero en efectivo. Los jugadores recibían un crédito que se asentaba en un libro y la deuda era saldada fuera del local. Por ese motivo, en su visita inesperada, los federales se encontraron con poco más de 1500 pesos, pero, en cambio hallaron una cifra abultada en cheques y pagarés, en muchos casos firmados en blanco.
En octubre del año pasado, el local del primer piso de la galería Paseo de Compras, Las Heras 3741, quedó desocupado. Su dueño, Eduardo Saal, propietario de varios locales de la misma galería desde hace alrededor de una década, lo puso en alquiler. Con entrada directa apenas se traspasa la puerta principal de la planta baja y 480 metros cuadrados dispuestos en �L�, el local tentaba a la instalación de cualquier actividad empresaria.
Para esa fecha, las tres salas de Puerto Madero ya estaban vacías y la causa en trámite. A principios de año, un hombre se presentó ante Oscar Grattona, presidente del consejo de administración de la galería. �Tenía interés en el local �afirmó Grattona a Página/12�. Dijo llamarse Alvarez y ser representante de una compañía estadounidense que se instalaría por primera vez en el país.� La actividad: �Eventos empresariales�. Bajo ese rótulo, el misterioso Alvarez explicó que se realizarían encuentros de alto nivel, en los que se desarrollarían �juegos de habilidad, mesas de bridge y de canasta�. Según le explicó Alvarez, �los ganadores serían premiados con una semana de vacaciones en la modalidad de tiempo compartido�.
En marzo quedó cerrado el contrato de alquiler. Según señaló a Grattona el mismo y siempre misterioso Alvarez, se estableció un pago de 5000 dólares de alquiler, más 1200 de expensas. A partir de ese momento, un grupo de cinco o seis obreros trabajó noche y día para cambiar el aspecto del local. �Hicieron todo a nuevo. Techos, paredes, aire acondicionado, baños�, señaló el presidente del consorcio. Nadie sospechaba nada, aunque las versiones comenzaron a correr entre los vecinos.
�Van a poner una peluquería, a lo mejor Giordano�, le dijeron al encargado de un edificio cruzando Las Heras. �Un restaurante�, creyó Roxana, que atiende su kiosco sobre la misma avenida, a pasos de la galería. �Lo pensé cuando vi que entraban el mueble de un bar.� También vio �cerámica de calidad, costosas alfombras, mesas muy caras�, pero lo que más hizo dudar a la joven fue el día que vio a los obreros subiendo una bañadera. A partir de ese momento, ya no supo qué pensar.
El lunes pasado estaba todo dispuesto. A las nueve de la noche, cuando todos los locales de la galería cerraban, la puerta vidriada del misterioso Alvarez se abría para recibir a unos pocos invitados. Una reunión exclusiva. �Se veía que eran trajes a medida, sobretodos gruesos, anillos y relojes de oro. Había mucha plata�, aseguró Roxana, que a eso de las diez menos cuarto recibió a un par de empleados del lugar que le compraron cinco cartones de Marlboro y L&M box. Se estaba preparando el ágape de apertura.
�El martes estaba todo listo para el allanamiento�, aseguró a este diario el comisario Eduardo Saagián, de la División Leyes Especiales de la Policía Federal. Pero el martes el casino se mantuvo cerrado. Volvió aabrir el miércoles 31, para unos treinta invitados selectos. �Lo pusieron con todo, champagne Pommerie, Chivas, masas finas�, recordó Grattona. Pero a medianoche, veinte federales �por orden de un juez contravencional� avanzaron sobre la sala. Se encontraron con una mesa de ruleta profesional, tres de black jack, varias de poker, con sus correspondientes croupiers trajeados al mejor estilo. Y un cochecito de bebé, que iba a ser usado para retirar con disimulo la caja del día.
�Algunas evidencias nos hacen sospechar de una conexión con los casinos de Puerto Madero�, aseguró a este diario Jorge Enríquez, subsecretario de Gobierno porteño. Evidencias y sospechas parecen concentrarse en un nombre, que aunque oficialmente no fue mencionado, fue reconocido por fuentes de la investigación: entre fichas y comensales, los federales se toparon con José Barmaimon.

 


 

LAS SALAS DE PUERTO MADERO, TAMBIEN DE BARMAIMON
Un hombre que no se da por vencido

No es la primera vez, ni la segunda, que la Justicia descubre un casino clandestino regenteado por José Alberto Barmaimon, un capitalista del juego que demostró tener aceitados contactos con el poder: el 8 de julio de 1997, la policía lo detuvo en un garito que funcionaba en una casa de Palermo, en El Salvador 407. Y dos años después, el 9 de setiembre último, fue pescado in fraganti en una de las tres salas de juego ilegal que funcionaban en Puerto Madero, a pasos de la Casa Rosada. Esa misma madrugada, fue allanado su lujoso departamento de la avenida del Libertador, donde los investigadores secuestraron una fotografía de su esposa con el ex presidente Carlos Menem, tomada durante el casamiento de Amira Yoma. 
Otro dato llamativo, que refleja los contactos de Barmaimon, fue revelado oportunamente por Página/12: tanto en el garito de Palermo como en uno de los de Puerto Madero, fue sorprendido Enrique Albisetti, un inspector de la Lotería Nacional, con muy buenas vinculaciones con autoridades de ese organismo. Puntualmente con los por entonces jefe del departamento de Fiscalización de Bingos, Pablo Noviello, y subgerente de Casinos, Daniel González, mano derecha de Jorge Ramos, el titular de esa gerencia durante la anterior gestión. 
Barmaimon siguió los pasos de los ricos y famosos acusados en tribunales durante la era menemista: cuando le iniciaron la causa por los garitos de Puerto Madero eligió como defensor al abogado Mariano Cúneo Libarona. No fue el único detenido de su familia: entre las 177 personas apresadas esa madrugada, estaban su esposa, Haideé, de 54 años, y sus dos hijos, Ariel Ricardo, de 23, y Alfredo, de 20. Todos, sin embargo, quedaron liberados a las pocas horas. 
Los casinos funcionaban en tres lofts de la avenida Alicia Moreau de Justo, presuntamente desde hacía más de un año. En los salones comunes la ficha mínima costaba un peso, pero para sentarse en el VIP había que comenzar con 500. Durante el procedimiento, la Prefectura y la Policía Federal encontraron numerosos pagarés y cheques a nombre de terceros por cifras muy abultadas �que superan los cien mil pesos� que dieron una idea del movimiento de dinero de los casinos. En el casino clausurado ayer, la modalidad era la misma: poco �casi nada� en efectivo, pero muchos cheques y pagarés.

 

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