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Por Raúl Dellatorre El Gobierno no esperó el retorno del presidente Fernando de la Rúa de Alemania para disponer la apertura a la competencia privada del sistema de obras sociales. El vicepresidente Carlos Alvarez y los ocho ministros presentes en el país le pusieron la firma al decreto de necesidad y urgencia que le otorga, a partir del 1º de enero próximo, �el derecho de opción� a los beneficiarios del sistema para elegir entre cualquiera de las obras sociales o las entidades privadas que se adhieran al Sistema Nacional del Seguro de Salud. Desde otro enfoque, otorga a la medicina prepaga �la opción� de lanzarse sobre el apetecible mercado de la salud de una masa de 10,5 millones de personas integradas en el sistema, que aportan 4000 millones de pesos al año. �Hablé con el Presidente de la Nación por teléfono y me dio la directiva de que firme el decreto de libre elección de la obra social�, señaló Alvarez al término de la reunión de gabinete nacional, a las 21.30 horas de anoche. �El Estado va a garantizar la solidaridad y la calidad de las prestaciones�, aseguró. �A nadie se le escapa que el sistema de obras sociales está atravesando una situación de desfinanciamiento y de crisis muy importante�, agregó. Las empresas de medicina prepaga no parecen ser una solución ideal, ya que gran parte de las entidades del sector atraviesan situaciones de quebranto y muchas de ellas están a la búsqueda de un comprador en el exterior. Las que han logrado ingresar al sistema de obras sociales captando el gerenciamiento de entidades sindicales están lanzadas a la caza desesperada de afiliados de alto nivel de ingresos (y buena salud) para mejorar su balance de ingresos y gastos. El régimen dispuesto por el decreto firmado anoche establece: La opción por el cambio de prestador de salud podrá ejercerse sólo una vez durante el año calendario, y se hará efectiva a partir del primer día del tercer mes posterior a la solicitud. Deberá ejercerse en forma personal ante la entidad elegida. Cuando ambos cónyuges fueran afiliados titulares, deberán unificar sus aportes en una misma entidad. Las entidades privadas que se adhieran al sistema deberán atenerse a una normativa a definir por la Superintendencia de Servicios de Salud. Deberán admitir la afiliación de todo beneficiario titular del sistema que lo solicite y no podrá estar supeditada a condiciones ajenas a las establecidas en la normativa vigente, al estado de salud o edad del beneficiario, como tampoco podrán establecerse exámenes psicofísicos. Queda prohibido establecer períodos de carencia para las prestaciones médicas obligatorias. La entidad receptora, como mínimo, tendrá la obligación de brindar el Programa Médico Obligatorio (PMO). Los afiliados podrán convenir con la entidad planes que provean mayor cobertura, aprobados previamente por la Superintendencia. Los aportes al sistema (patronales y los descontados al trabajador) se distribuirán entre la entidad prestadora y el Fondo Solidario de Redistribución según la escala de remuneraciones brutas del afiliado: hasta 700 pesos, 90 por ciento a la primera y 10 por ciento al segundo; más de 700 y hasta 1500 pesos, 85 y 15 por ciento, respectivamente; más de 1500 pesos, 80 y 20 por ciento. El Tesoro Nacional integrará al citado Fondo un monto equivalente al importe efectivamente ingresado por aplicación del IVA a las prepagas. �Tenemos que hacer una campaña de información muy fuerte para la gente y sobre todo decirles que aquellos que tengan una buena obra social no tienen que tener ninguna intranquilidad, porque éste es un sistema de libre elección�, señaló Alvarez. Sin embargo, aun aquellas obras sociales que no pierdan afiliados sufrirán un recorte de sus ingresos por el aumento del aporte al Fondo de Redistribución de aquellos afiliados coningresos superiores a los 700 pesos (hasta ahora, la retención era el 10 por ciento para todos). La forma en que se administre dicho Fondo de Redistribución será clave para determinar el funcionamiento futuro del sistema. Alvarez aseguró que el reintegro a las obras sociales por prestaciones médicas de alta complejidad o de elevado costo y baja frecuencia de uso, y para subsidiar a aquellos titulares de menores ingresos (se asegurarán 20 pesos mensuales de aporte por beneficiario) será automático y �sin criterio de clientelismo�. Aún hoy el régimen funciona como un sistema de premios y castigos a los sindicatos, de acuerdo a su relación con el gobierno.
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