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Por Felipe Yapur No fue tan dura como algunos la pintaron, ni tan cordial como se esforzaron otros por describirlas. Lo concreto fue que los integrantes del bloque de diputados del Frepaso, rebeldes y disciplinados, discutieron el jueves durante ocho largas horas el último ajuste y, sobre todo, el rol como partido dentro del gobierno nacional. Todos coincidieron en que no puede haber más ajuste y, sobre todo, en que las políticas económicas más duras �son alentadas por el núcleo más representativo del establishment encarnado por Fernando de Santibañes, Ricardo López Murphy y Adalberto Rodríguez Giavarini�. Las diferencias surgieron, según reconocieron varios diputados, en la metodología a seguir para enfrentar este problema. Algunos plantearon la necesidad de revitalizar el Frepaso con iniciativas parlamentarias, pero también hubo pedidos �que no llegaron a ser exigencias� de �administrar la disidencia�. Por el momento, el debate en el Frepaso continúa. El hecho de que más de 30 legisladores se hayan reunidos y que después de varias horas de discusión se disiparan los fantasmas de una posible fractura no evitó para nada que entre los participantes se hayan pasado algunas �facturas�. Y es claro, porque el grupo de los once rebeldes que protestaron con un documento �ahora son catorce� contra el ajuste tiene preminencia de frepasistas. Pero antes de llegar a las coincidencias pasó un extenso lapso de análisis crítico de las conductas de los grupos internos y de cómo se debe manejar el bloque oficialista. José Vitar, uno de los miembros de la conducción del bloque, remarcó que el Frepaso sigue siendo la mejor opción política y que el bloque es una de las expresiones institucionales de mayor jerarquía que tiene el frente, y �como tal no podemos darnos el gusto de tener fisuras �aseguró�. Así que debemos asumirnos como parte del Gobierno y la pelea debemos darla con inteligencia�. La pelea a que hizo referencia el legislador tucumano es uno de los puntos del análisis en que coincidieron todos los participantes y que fue explicado de la siguiente manera: las políticas más duras las impulsan los representantes del establishment en el Gobierno. Para los presentes, quienes transitan por ese sector son el secretario de la SIDE, Fernando de Santibañes, y los ministros Ricardo López Murphy y Adalberto Rodríguez Giavarini. Las coincidencias no acallaron las quejas contra los rebeldes. Según varios de los �por así llamarlos� disciplinados, �las actitudes disidentes le hacen el juego al establishment�. Una de las expresiones más duras con respecto al grupo liderado por Alicia Castro y Alfredo Bravo provino de Irma Parentella. Ella dijo que no entendía la actitud de marcar una diferencia con un documento y señaló, según relataron algunos de los diputados a Página/12, que �este tipo de actitudes perjudica directamente a Chacho�. A renglón seguido, la diputada porteña desgranó una extensa reivindicación de la figura de Alvarez y aseguró que, a pesar de tener que acompañar las últimas medidas del Gobierno, �Chacho nunca nos va a traicionar�. Afirmación que fue asentida por todos. Contrariamente a lo anterior, durante todo el encuentro ninguno de los presentes realizó la misma afirmación respecto de Fernando de la Rúa. Ello no evitó que Bravo se quejara de la metodología que últimamente está utilizando el Ejecutivo y que definió como la costumbre de �hacernos partícipes de hechos consumados�. Reclamó un mayor respeto por el partido al que representa, el Socialismo Democrático y se valió de la ironía para justificar su integración en el grupo rebelde y, sobre todo, la participación en la marcha contra el FMI: �Hoy (por el jueves) cuando llegué al Congreso varios diputados del radicalismo me miraron como si fuera un leproso. Así fue que me dirigí al baño y me miré con detenimiento al espejo. Me quedé tranquilo porque a pesar de sus miradas inquisidoras sigo siendo el mismo�. Justamente éste fue el punto que más reclamó la conducción del bloque: las actitudes rebeldes. Rodolfo Rodil remarcó como saludable la existencia de diferencias, pero advirtió que es preferible �administrar esas disidencias� porque hacia afuera se genera una imagen de �buenos y malos� que puede terminar en una fractura del bloque. Nada de ello pasó. Todos coincidieron en que no hay peligro de quiebre. Pero también quedó en claro que nadie, rebeldes y disciplinados, están dispuestos a soportar otro ajuste. Lo que todavía no pudieron encontrar �y esto es algo en que también hay acuerdo del conjunto del bloque� son �las herramientas para que el Frepaso en la Alianza pueda rechazar las presiones del establishment y gobernar como había prometido�.
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