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Por Mariana Carbajal El servidor de correo electrónico del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini quedó saturado esta semana. No fue un virus cibernético. El ministro recibió un aluvión de mensajes de científicas, académicas, abogadas, psicoanalistas y otras integrantes del movimiento de mujeres �sumamente preocupadas� por la posición que llevará la Argentina a la Conferencia Mundial de Mujeres, que comienza oficialmente mañana en Nueva York. La campaña de e-mails fue impulsada por Ongs muy vinculadas a la Alianza, que tuvieron acceso a un paper reservado de la Cancillería que revelaba la intención del Gobierno de mantener la misma alineación con el Vaticano que tuvo la gestión menemista, y que se traduce en la defensa de la familia tradicional, la oposición a la promoción de los derechos sexuales y reproductivos y la sobreactuación para condenar el aborto. Un dato significativo: la delegación oficial estará encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Enrique Candiotti, un jurista de prestigio internacional, de estrecha vinculación con la Santa Sede. La noticia explotó como una bomba en el Consejo Nacional de la Mujer, cuya titular, Carmen Storani (hermana del ministro del Interior), continuaba anoche pulseando con la Cancillería para suavizar la posición conservadora, que en Latinoamérica comparte únicamente Nicaragua. Durante la Conferencia, que tendrá lugar hasta el viernes en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, los países analizarán el cumplimiento de la Plataforma de Acción, acordada 1995, en la última cumbre desarrollada en la capital china. Por esa razón, se la conoce internacionalmente como �Beijing+5�. La escritora Tununa Mercado, la psicoanalista Eva Giberti y la académica Hilda Sábato son tres de las más de 150 mujeres que adhirieron al mensaje, que también atestó la casilla de correo electrónico del presidente Fernando de la Rúa y de otros miembros del gabinete nacional. �Nos preocupa que se sigan negando los derechos humanos de las mujeres y se frustren así las expectativas de que este gobierno cambie las posturas intolerantes que adoptó en el pasado nuestro país. Esta posición impacta directamente en la vida cotidiana de las mujeres argentinas, afectadas por la morbi-mortalidad materno-infantil�, repitieron una y otra vez, en sus e-mails. �Pedimos expresamente que se respeten los derechos de las mujeres expresados en la Convención contra toda Forma de Discriminación, desde 1994 con rango constitucional, con énfasis especial en nuestros DERECHOS REPRODUCTIVOS Y SEXUALES, posición que cuenta con el consenso de todos los países de América latina, con la sola excepción de Nicaragua�, continúa el e-mail que taponó el servidor de Rodríguez Giavarini. �La sensación es pésima. El documento reservado de Cancillería revela que la posición argentina podría ser tan conservadora como en la época de Menem�, señaló, off the record, una asesora del Consejo Nacional de la Mujer. Cuando se enteró, días atrás, Carmen Storani montó en cólera y empezó una acción de lobby en el Ministerio de Relaciones Exteriores, para modificar el discurso que leerá el jueves por la tarde, posiblemente Candiotti, en los 8 minutos que tiene asignados el país en el recinto de la ONU. Según pudo saber Página/12, el único punto que habría conseguido cambiar está relacionado con el acceso a la anticoncepción de parte de los adolescentes: en coincidencia con la Iglesia Católica, la Cancillería pretendía que la delegación oficial expresara su oposición a que los menores reciban información sin el consentimiento de sus padres, una forma de trabarles el acceso a los métodos contraceptivos. En cambio, la Cancillería seguía firme en una condena explícita al aborto, aunque no es un tema en discusión en la Conferencia; la defensa de la familia tradicional, es decir, formada únicamente por un padre, una madre y los hijos, lo que significa negar la existencia de hogares monoparentales (el 30 por ciento de las familias de Capital y Gran BuenosAires tiene como jefa a una mujer); y el rechazo a la promoción de los derechos sexuales y reproductivos que, entre otros, incluyen el derecho a elegir el número y el intervalo entre los hijos. Storani integrará la delegación argentina y viajará hoy hacia Nueva York. La posición oficial cayó como un balde de agua helada entre las mujeres de la Alianza. De hecho, una de las Ongs que impulsó la campaña de e-mails es Mujeres en Igualdad, presidida por Monique Thiteux-Altschul, una conocida feminista, que está trabajando en el Consejo Nacional de la Mujer. También se sumaron al movimiento la Fundación Karakachoff, con mayoría de mujeres radicales, entre ellas Luisa Storani, hermana de Carmen y Freddi, y el Instituto Social y Político de la Mujer, presidido por María José Lubertino, alineada dentro de la UCR al jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno.
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