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Aquí llega el amigo americano con un escudo espacial que nadie quiere

Europa Occidental en unísono rechaza el sistema antimisilístico propuesto por la administración Clinton. Pero Bill no se cansa y hoy trata de vendérselo a Rusia, que desea el escudo todavía menos.


Por Tony Paterson, Ian Black y Ian Traynor
Desde Berlín, Bruselas y Moscú

t.gif (862 bytes) La gira de despedida del presidente norteamericano, Bill Clinton, por Europa fue algo estropeada ayer por las críticas públicas y sin rodeos de los europeos contra el controvertido plan estadounidense para desarrollar un sistema de defensa antimisilístico. Se teme que ese proyecto gatille una nueva carrera armamentística y debilite a la OTAN. Clinton estaba en la ciudad alemana de Aachen para recibir el preciado Premio Carlomagno por la Unidad Europea. Pero detrás de los cumplidos había un creciente enojo sobre el proyecto para el llamado �hijo de Star Wars� �en referencia a la idea inicial de Ronald Reagan�: un escudo de defensa diseñado para proteger a Estados Unidos de misiles balísticos nucleares. 
�Por supuesto, es el derecho soberano de nuestros aliados norteamericanos tomar las decisiones que crean necesarias para su seguridad externa�, reconoció el canciller alemán Gerhard Schroeder, luego de discutir el tema con Clinton. Pero inmediatamente después disparó que �sin embargo, dado que este asunto podría tener repercusiones mucho más allá de los Estados Unidos, está en los intereses de la Alianza tratarlo en un espíritu de amistad�. Días antes, el presidente francés, Jacques Chirac, había lanzado una advertencia igualmente franca: �¿Cómo se convence a una nación de dejar de aumentar sus arsenales mientras que potencias más poderosas dicen que es necesario desarrollar tecnologías que ponen en duda los mismos equilibrios estratégicos que a tan duras penas se lograron?�. Esas declaraciones formaban un creciente coro de preocupación desde los aliados europeos de Estados Unidos. Y Clinton puede anticipar que también encontrará preocupación en Moscú cuando se reúna hoy (por primera vez) con el presidente ruso, Vladimir Putin. Por otra parte, ayer a la noche se detectaron señales de que se podría llegar a un acuerdo. 
Se espera que el tour europeo de Clinton, que terminará en Ucrania, será el último antes de que se celebren en noviembre las elecciones presidenciales norteamericanas �a menos que decida visitar de nuevo a Irlanda del Norte�. Esta semana, durante la cumbre bianual entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) en Lisboa, logró eludir las todavía irresueltas disputas comerciales transatlánticas sobre la carne con hormonas, bananas y subsidios fiscales. Pero prometió a los europeos que la controversial tecnología antimisilística sería compartida con las �naciones civilizadas�. Washington dice que ese sistema de defensa (con un costo estimado en miles de millones de dólares) es vital para derribar cohetes lanzados desde Estados parias tales como Irak o Corea del Norte. 
Al referirse nuevamente a los temores europeos sobre la dominación norteamericana, Clinton prometió que reforzará el vínculo transatlántico que muchos ven debilitado tras la Guerra Fría. Pero Schroeder eligió enfatizar lo importante que eran los inicios de los propios europeos en materia de defensa. Son iniciativas que preocupan mucho a Estados Unidos, que teme que los complicados arreglos y procedimientos de la Unión Europea son incapaces de producir una fuerza militar creíble y socavarían además a la OTAN. Pero muchos europeos sienten que la crisis de Kosovo del año pasado resaltó la urgencia de crear fuerzas de defensa europeas autónomas. Por ahora han progresado más en las estructuras burocráticas que en las capacidades de combate. En ese sentido, Chirac llamó a que los gobiernos de la UE aceleren la creación de una fuerza móvil de 60.000 hombres. 
Mientras tanto, Putin afirmó ayer en Moscú ante la cadena norteamericana NBC que los países involucrados en el debate deberían desarrollar juntos el escudo misilístico propuesto. Si bien no queda nada claro si Estados Unidos está preparado para compartir su tecnología de intercepción, el líder ruso dejó entrever que un arreglo de este tipo podría resultar en uncompromiso sobre el tema. �Tales sistemas son posibles si juntamos nuestros esfuerzos hacia la neutralización de las amenazas contra Estados Unidos, Rusia, nuestros aliados y Europa en general�, explicó el presidente ruso. De hecho, �ya tenemos propuestas en ese sentido y planeamos discutirlas con el presidente Clinton�, remató. 
Indicando sus buenas intenciones durante su discurso de Aachen, el presidente instó a los europeos a asegurar que Rusia se sienta bienvenida en su seno: �No se puede cerrar ninguna puerta a Rusia, ni la de la OTAN ni la de la UE�. La otra asignatura pendiente de la UE es �debalcanizar� al sureste europeo y hacerlo una parte íntegra de un continente unido. Clinton es el primer presidente norteamericano en recibir el Premio Carlomagno, que fue antes otorgado a Winston Churchill, Konrad Adenauer y Tony Blair.

 

Claves

El sistema antimisiles fue originalmente una inspiración del presidente Ronald Reagan en la década del �80. Se le apodó �Star Wars�. 
Ahora que fue resucitado por la administración Clinton, tiene significados radicalmente distintos para los principales actores involucrados. 
Para Estados Unidos, el sistema antimisiles es una garantía contra ataques desde �Estados paria� tales como Corea del Norte o Irak. 
Pero Europa considera que el Star Wars 2 desligaría a Estados Unidos de la OTAN y de sus compromisos con Europa Occidental. Los líderes europeos también dicen temer una renovada carrera armamentística. 
Para Moscú, la discusión tiene una importancia mucho más inmediata: el escudo antimisiles norteamericano significaría que Estados Unidos sería capaz de atacar a Rusia con impunidad. 
Es por ese motivo que Putin sugirió ayer que Estados Unidos lo desarrolle juntamente con su país y con los de la Unión Europea.

 

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