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�Cuidate judía Vamos a limpiarte�

Una serie de tres violentas amenazas contra profesores y contra el rector conmocionó al Instituto del Profesorado Joaquín V. González. La Justicia investiga si los anónimos antisemitas fueron enviados por alumnos.


Por Sergio Kiernan

t.gif (862 bytes) El Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González está conmocionado y movilizado por una serie de violentas amenazas a dos profesores, al vicerrector y al rector. Las amenazas, que llegaron en la forma de un e-mail, una llamada telefónica y una carta certificada, son claramente antisemitas y usan un lenguaje típicamente nazis. �Somos del partido neonazi y algunos de nosotros esta en Juaquin V Gonzales�, comienza, con accidentada gramática, la primera amenaza, �donde te tienen vigilada, perra judía�. La segunda acusa a un profesor de �sefardo hijo de puta� y asegura que �te vamos a reventar�, mientras que la tercera promete al rector que �si sigue así vamos a hacer patria y antes de meterlo al horno se va a tragar la estrella�.
La historia comenzó el lunes 24 de abril, cuando una de las profesoras del González volvió de un fin de semana afuera con su familia. En su computadora la esperaba un mail recibido el sábado 22 a las 19.47, ilustrado con una foto de Hitler. �En cualquier momento podés tener algún accidente, vos, tu ayudante y mucha gente más que en verdad deberíamos llamarlas lacras,� prometía la nota. �Tenés un bajo valor humano en el profesorado, te advierto que vamos a limpiarte. Cuidate Judía. Cuidate Judía. Cuidate Judía. Gracias por tu jabón asqueroso de mierda.� El mensaje estaba firmado por �el mensajero de la esfinge� y avisaba que llamarían a la profesora �si tenés que hacer algo.� Si no cumpliera sus órdenes, los autores amenazaban hacerle �algo macabro medieval con tu cuerpo, una fiesta pagana�.
Pese al miedo �que impuso la condición del anonimato para contar su historia�, la profesora comenzó la movilización del González. La movía la fuerte sospecha de que los autores de la amenaza eran alumnos del profesorado o por lo menos tenían un informante entre los 5000 alumnos. Las paredes del viejo edificio se llenaron de copias del mail y de repudios del centro de estudiantes, que organizó la primera de una larga serie de asambleas, reuniones y debates sobre la intolerancia. �La reacción fue fuerte,� explicó a Página/12 la profesora amenazada, �y yo hice la denuncia policial junto al rector. Nunca me había pasado algo así, nunca me habían amenazado por ser judía.�
Pocos días después, el 28 de abril, otro profesor encontró una amenaza en su contestador. Tres voces se turnaban o se unían para dejar un mensaje folklóricamente nazi: �Revienta Judá. Juden Raus (�fuera judíos�, la consigna de la Noche de Cristal, el primer pogrom nazi, en 1933). Tu nombre es Daniel, que quiere decir Dios es mi juez, pero tus jueces somos nosotros y los vamos a reventar, amigo de los judíos. Todos tus ayudantes son eso, traidor a tu raza. Aunque no creemos que lo seas, porque debés ser judío. Pero seguramente sos un marrano converso medieval. Sefardo hijo de puta, los vamos a reventar. Váyanse del Joaquín. ¡Heil Hitler! ¡Heil Osterrëich! (Viva Hitler, Viva Austria)�.
El siguiente paso de la escalada fue una carta certificada que llegó el 16 de mayo a la sede del González, a nombre de uno de los profesores pero en realidad conteniendo un mensaje para el rector, Alfredo Cóccola. �Jorgito, usá tu arte para convencer a tu socio el rector para que deje de protejer a los Judíos, Surditos, Subersivos, Perejiles que apaña,� leía el mensaje, con atroz ortografía. �Mas le vale que se dedique a limpiar el joaquín�, encargaba la carta, que incluía como amenaza la dirección particular del rector y estaba firmada con una palabra, �zeitwende�, que en alemán indica una etapa de cambio, el nacimiento de una nueva era.
A esta altura, a todo el mundo le resultaba obvio que las amenazas partían de alguien que participaba de la vida del González. �Hasta lo mencionan como �el Joaquín�, como hacemos nosotros,� definió una indignada alumna. El pasillo principal del instituto de formación terciaria se pobló de carteles. Uno, de vivo color naranja y con una esvástica, exhorta a que�no permitamos que este símbolo nefasto se instale en nuestra comunidad. Para desterrar definitivamente la enfermedad nazi, sumate a las actividades de repudio. Centro de Estudiantes.� En el mismo pasillo, una cartelera especial recoge los materiales del caso: las amenazas y los repudios de la Dirección de Educación Superior del gobierno porteño, del rectorado, de la Asociación de Magisterio de Enseñanza Media y Superior, de la Federación Sindical Docente de Capital y de la Junta departamental de Filosofía, Psicología y Ciencias de la Educación. Una parodia de las amenazas avisa que �Se necesita xenófobo: con miedo a lo distinto, psíquicamente débil, serios problemas de comunicación, experiencia en anónimos. Se ofrece tratamiento psiquiátrico gratuito, remedios con descuento del 20 por ciento, taller de normativa gráfica.�
Las seis semanas de debate constante entre profesores y alumnos creó un ambiente llamativo: por un lado, una clara solidaridad con los atacados, por el otro una apasionada búsqueda del culpable. Cada alumno parece tener una teoría y un sospechoso, todos parecen coincidir en exigirle al rectorado que investigue. �Pero nosotros no podemos investigar como autoridad escolar,� explica el rector Cóccola. �Esto es un delito que están investigando la policía y la Justicia. Ya hay una causa abierta. Yo no puedo interrogar a alumnos.� 
Internamente, el González vivió a mediados de la semana pasada una crisis: la profesora amenazada y la ayudante mencionada en el anónimo decidieron dejar de dar clase, por sentirse inseguras y desprotegidas. Después de una nerviosa asamblea entre profesores, alumnos y directivos, se decidió dividir en dos el enorme grupo de 80 alumnos que atienden las docentes. �Queríamos manejarnos con menos desconfianza,� explicaron. �Un grupo tan grande no se puede conocer, no se puede establecer una dinámica. Con 40 alumnos puede existir un trato más personalizado.� 
Las pistas concretas con que se cuenta son escasas, pero superiores a las que se suelen tener cuando se trata de anónimos. La primera es un detalle del mail que inauguró el episodio: el nombre del archivo de la foto de Hitler que �decoraba� el mensaje parecía un número de teléfono móvil (ver aparte). La segunda es un simple análisis: todos los amenazados pertenecen a la misma sección del Instituto, que vive una crisis de gobierno interno. �Es la única razón que remotamente se me ocurre para que esto comience a pasar,� explicó la profesora que recibió la primera amenaza. �Que haya alguien a quien no le gusta la forma de gobierno del departamento y empiece a amenazar a sus miembros.�
El viernes, la Justicia federal tomó la primera declaración a la profesora amenazada, mientras que el Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, Inadi, también abrió una causa. 


Una visita inesperada

Las secretarias del Instituto notaron un detalle que había pasado desapercibido: el mail que inauguró la cadena de amenazas contenía el nombre de un archivo gráfico tipo JPG. El contenido del archivo era una foto de Hitler; el nombre era una serie de ocho cifras que recordaba a un teléfono móvil. A las secretarias se les ocurrió probar si era una casualidad y llamaron. Encontraron, efectivamente, el contestador de un celular.
Con lo que no contaban estas empleadas era que el número marcado parece tener un identificador de llamadas. Pocos días después, un señor alto, rubio, de unos treinta años de edad y elegantemente vestido de traje se presentó en la secretaría del González. �Ustedes me llamaron�, dijo a laempleada que lo atendió. �¿Nosotras?�, fue la respuesta. El hombre explicó que era el dueño del celular y que el contenido del mail �va en serio, tómenlo en serio, no es broma�. Sin decir su nombre, se retiró, ante la mirada asustada y asombrada de la secretaria.

 

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