Por Cecilia Hopkins
Después del éxito de Confesiones de mujeres de 30 �que luego de cuatro temporadas acaba de reestrenarse con nuevo elenco�, la directora Lía Jelín vuelve con un nuevo espectáculo basado en la problemática femenina. Sólo que esta vez, la etapa examinada desde el escenario es la adolescente. Ahora bien: ¿cuál es la clase de adolescencia que retratan estas cuatro chicas, cuyas edades oscilan entre los 15 y 19 años? A juzgar por el clásico jumper que visten, todas van a colegios privados, se sabe que sus madres pasean por el Patio Bullrich, que tienen casa en un country y que la clase de padre modelo que salta a la vista es uno que responde a las señas del intelectual de pipa y barbita. El autor, el brasileño Domingos Oliveira, eligió privilegiar a la figura paterna en el espectáculo, en tanto que deja a la madre bastante al margen: del tipo progre, el padre del que se habla es de los que aspiran a desarrollar en sus hijas una libertad de criterio que les permita abrirse paso en la vida. Lo cual no impide que, ante el imprevisto embarazo de la adolescente, ponga el grito en el cielo. Luego vendrá el abrazo comprensivo, no obstante lo cual no se revele nunca cuál será la decisión a tomar ante los acontecimientos.
La dirección de Jelín capitaliza la natural energía y el desparpajo de las jóvenes intérpretes, quienes hacen sus partes con un fervor equivalente al que suele empeñarse en los viajes de egresados. De la escuela se dan a conocer, como corresponde, todos los defectos de su código de convivencia entre profesores y alumnos. Que no se pueda transar en el recreo es uno de los límites más duros. Pero, después de todo, para eso está la disco, un ámbito cuyas relaciones aparecen reflejadas con exactitud a juzgar por las carcajadas de los que saben, es decir, el público adolescente que llena la sala. Entre otras confesiones figuran el relato de la primera relación sexual (o �la primera cogida� tal como anuncian con desinhibición) y del primer cigarrillo de marihuana que fumó una de ellas, �regalo de cumpleaños de un amigo ecologista�. Como se ve, en los tiempos que corren, no reviste ningún interés contar cómo fue la primera pitada del primer cigarrillo de tabaco.
La división clásica que se ha hecho de la personalidad femenina�.�la puta y la santa�� es el tema de otro de los sketches, en el que se forman dos bandos que luchan a muerte hasta llegar a la también clásica conclusión de que �todos los extremos se tocan�. �Mi mundo interior es un desastre total�, cantan las chicas mientras bailan asistidas por Lucas Alajian, que las acompaña en guitarra, además de asumir pequeños roles. Las cuatro entonan el tema cuya letra compuso Jorge Schussheim especialmente para la ocasión, haciendo una enumeración de sus pesares: se sienten gordas, depresivas, inseguras. Pero el estribillo ��Lo que me pasa es normal, normal, normal�� aporta un aire tranquilizador dirigido a las propias adolescentes y especialmente a sus padres, como para compensar algún sofocón.
�BAJO EL AGUA ESTAN LAS PALABRAS�, DE GARCIA LORCA
El poeta contra los �putrefactos�
Por Cecilia Hopkins
Sobre textos del Federico García Lorca menos conocido
�fragmentos de sus cartas, poemas y conferencias�, la directora Gabriela Marges escribió este espectáculo que toma la forma de un pequeño ritual concebido para tres actores Sobre un círculo de arena, los hombres bailan en torno de un muñeco que muestra las facciones del propio Federico. Los actores lo visten y acicalan como si él supiera que está por asistir al homenaje que esperan rendirle.
Así, la figura del poeta �el hombre que ronda las cosas por los vértices menos transitados� es evocada desde los recuerdos de una infancia que ya estaba atenta al olvido que depara la muerte. La simpatía que profesó Lorca por los excluidos intenta imponerse desde lo alto de un baúl y desde las palabras que fueron escritas en contra de los �putrefactos�, esa raza de hombres soberbios que Lorca detestó a dúo junto a Salvador Dalí, en sus días de juventud. Otro de los textos es un fragmento de una conferencia sobre poesía. �Misteriosa como el ritmo de las mareas�, dice el granadino, la actividad poética rechaza ser definida a través de figuras retóricas y se aviene, en cambio, a parecerse a �algo que anda en las calles�.
El round juguetón que surge entre dos hombres concluye en romance y, desde la banda de sonido, la potente voz de la venezolana Cecilia Todd se suma a las esperanzas de amor .�no siempre en los términos más convencionales, según se adivina� que el autor del Romancero Gitano dejó en muchas de sus poesías. Tal vez pueda señalársele a Bajo el agua están las palabras que, por tratarse de un espectáculo tan cercano al espectador, podría definir algunos aspectos formales que todavía no parecen resueltos, especialmente al comenzar y terminar cada pequeña escena. Del mismo modo, algunos objetos están poco aprovechados (es el caso del tren, el megáfono o la arena misma) ya que, por separado, cada uno podría ganar protagonismo en caso de convertirse en el centro de un juego de mayor peso.
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