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UN PROGRAMA SOBRE LA COMPLICIDAD CON EL PROCESO
Cuando Italia cerró la puerta



Por Laura Términe

t.gif (862 bytes)  El ex cónsul italiano en Buenos Aires, Enrico Calamai, definió tajantemente la política de su país hacia la dictadura militar argentina: "La embajada italiana estaba cerrada para quien buscaba asilo político". En una larga entrevista para el programa "Cosí va il mondo", emitido ayer a la noche por RAI 3, Calamai acusó al gobierno de Aldo Moro de "complicidad" con la junta argentina, recordó el terror que se vivía en el país y relató cómo, desobedeciendo órdenes expresas de Roma, obtuvo pasaportes para perseguidos políticos ítalo-argentinos.
El programa, dedicado a las investigaciones "duras", mostró imágenes de militares y policías reprimiendo manifestantes, y de la primera junta militar encabezada por Jorge Rafael Videla. Calamai aseguró que "es impensable que a nivel político en Italia no se supiera nada" sobre la persecución a disidentes políticos y la desaparición de personas en la Argentina, y contó cómo el embajador italiano recibió órdenes de cerrar ojos y puertas a quien buscaba refugio político en el edificio porteño de la sede diplomática.
"Pocos días antes del golpe, el embajador fue convocado al Ministerio de Relaciones Exteriores y le fue dicho que no se querían refugiados en la embajada", relató el diplomático, que en 1976 tenía 31 años. Con fondo de tangos, Calamai señaló los "grandes intereses económicos italianos en Argentina" para explicar la actitud de su país, que por ese entonces era gobernado por el presidente democristiano Giovanni Leone y el primer ministro Aldo Moro, que cursaba su quinto mandato y sería asesinado en 1977.
"No se quería reconocer la realidad de que existían perseguidos políticos", continuó el ex cónsul, que escondió personas buscadas por los grupos de tareas en una habitación del consulado y ayudó a salir del país a varios ciudadanos ítalo-argentinos. "Una vez tuvimos a dos jóvenes varios meses en esa sala del consulado, y finalmente los acompañé a Río de Janeiro porque quería estar presente cuando pasaran el control de pasaportes en el aeropuerto; si los hubiera dejado solos, podían desaparecer", recordó Calamai, sin dar nombres. El programa mostró el testimonio de un sobreviviente argentino, Claudio Tognonatto, que hoy vive en Italia. Tognonatto recordó que cuando fue al consulado salió en media hora con dos pasaportes italianos. "Habían ido a buscarme y, como no sabían cuál era mi departamento, se llevaron a una pareja de estudiantes de arquitectura que hoy son desaparecidos", relato Tognonatto.
Para ilustrar hasta qué punto se llegó para cumplir con la orden de no dar asilo, Calamai contó que se colocaron puertas "como las que ahora tienen los bancos" en la embajada, para poder saber con prudente distancia quién estaba entrando al edificio.

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