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La OEA del Chino En su reunión anual, que comenzó ayer en Windsor, Canadá, representantes de todos los países americanos (excepto Cuba) asistieron a un informe que enumeraba las desprolijidades en que incurrió el "Chino" Albert Fujimori para obtener su re-reelección el pasado 28 de mayo. Pero ninguna de las naciones está dispuesta a "interferir en los asuntos peruanos". El País (Madrid) The Washington Post Tanto dentro como fuera de la Administración Clinton, muchos opinan que la cooperación de Fujimori en la lucha antidrogas debería mitigar las preocupaciones sobre su "mala conducta" política. De hecho, apenas terminó la elección en Perú, la Administración Clinton calificó la victoria de Fujimori como "una amenaza". Luego retrocedió un poco. Hasta ahora, Estados Unidos quiere obtener el mayor apoyo colectivo posible dentro de la OEA para adoptar duras sanciones contra el Perú de Fujimori, pero los países de la región no parecen dispuestos a seguir a Washington. Por lo tanto, Estados Unidos debe seguir presionando a la OEA tanto para una condena formal como para que Perú sea severamente vigilado. Estados Unidos también debe tomar medidas unilaterales para mostrarle a Fujimori que su conducta tiene un precio. Una respuesta tibia debilitará a la democracia en todo el hemisferio. (Editorial) The Economist Estados Unidos calificó las elecciones peruanas como "inválidas" y a Alberto Fujimori como "una seria amenaza al sistema interamericano y a su compromiso con la democracia". Después, Washington cambió el término por "elecciones viciadas". Es que, aunque la misión de observadores de la OEA expuso muchos de esos "vicios", los países latinoamericanos prefieren no meterse en los asuntos de los demás. Y menos aún, que lo haga Estados Unidos. Por otra parte, Estados Unidos es reticente a aplicar sanciones contra Perú: es un gran aliado de su lucha antidrogas. Y, de hecho, hasta Alejandro Toledo reconoció que las sanciones económicas no harán retroceder a su presidente, sino golpear a los más pobres. (Editorial) El Perú del Chino
Expreso Los ayayeros de Toledo le han dicho que se podría transformar en el nuevo Gandhi peruano y ha iniciado, según él, una "resistencia pacífica" que se contradice con sus discursos incitando al desorden: "No le permitiremos juramentar". No se da cuenta el señor Toledo que este constante e irresponsable azuzamiento de la violencia puede terminar en tragedia. ¿No es acaso conocido mundialmente que este tipo de manifestaciones se escapa del control de quien las dirige y que muchas veces acarrean destrucción física de inmuebles, delincuencia común e incluso muertes de inocentes? Y ello por más que él diga y repita "lo haremos pacíficamente". Ahora que sus "embajadores" han viajado a entrevistarse con funcionarios del Departamento de Estado norteamericano, deberían preguntar qué pasa en los países del hemisferio cuando se dan este tipo de concentraciones, incitando de manera ingenua o sutil a la violencia ¿Quienes serán los responsables si esto sucede? ¿El, sus ayayeros, la OEA? (Néstor Scamarone) La República Para ablandar la protesta, el gobierno empieza a tratar el fraude electoral como si fuera un mero error. Promete rectificaciones que no precisa, a cambio de que la oposición acepte el hecho consumado en nombre de alguna abstracta unidad. El operativo parece sobre todo para consumo externo, aunque podría terminar influyendo en los opositores locales más fatigados (...) Lo que Fujimori llama "conceptos que pueden estar fallando" no es simplemente una serie, larga o corta, de actos cometidos. Es la estructura misma del Estado fujimorista, diseñado a partir de 1992 como un enorme operativo clandestino y permanente para impedir el funcionamiento cabal de la política civil en el país. (Editorial) El Comercio El oficialismo tiene que comprender que son tiempos de necesaria mesura y, sobre todo, de movimientos cautelosos, en un escenario boscoso que no sabemos todavía qué puede esconder en sus profundidades. En efecto, llegamos al final de una semana en la que el propio jefe de Estado y candidato presidencial por Perú 2000, está más pendiente del veredicto que obtengan en el exterior los comicios recientemente realizados que el que se espera, en definitiva, de los órganos electorales propios, gravemente afectados en su credibilidad pública. Y aunque hay un avance considerable en las gestiones del lado oficial peruano, nada está aún descartado: desde el pedido de nuevas elecciones hasta la imposición de sanciones, pasando por algo más tibio: la invocación a quienes tienen actualmente la sartén por el mango para que se comprometan a encauzar al país hacia una real y efectiva institucionalidad democrática. (Juan Paredes Castro) Un americano en Moscú
La resistencia que cosechó Bill Clinton durante su gira europea por el controvertido Sistema de Defensa Contra Misiles Nucleares (NMD) es sólo un capítulo más dentro de los crecientes conflictos económicos, políticos y hasta militares entre Europa y Estados Unidos. Y esto, más allá de las formales declaraciones de unidad y amistad que rodearon a la visita. Europa y Estados Unidos también sostienen disputas abiertas en Africa y se lanzan recriminaciones mutuas por el hecho de quién carga con el mantenimiento de las fuerzas de la OTAN en Kosovo. Otras áreas de conflicto entre los dos incluyen las eternas sanciones norteamericanas, bajo la forma de embargo, contra Cuba, Libia e Irak. (Editorial) The Independent El problema central del NMD es que podría desestabilizar ese balance de terror nuclear que existe actualmente. ¿Cómo? Contradiciendo los intentos de reducir la amenaza nuclear en el planeta, tal como lo indica el tratado antinuclear de 1972, e invitando a los "estados incivilizados" a buscar por todos los medios la manera de ver cómo penetrar en los sistemas de defensas de sus países enemigos, o esa, empujarlos a una carrera armamentista a la que ya recurren demasiado a menudo. El mundo necesita que algún día se haga realidad lo que se le pide todos los días a la ONU: que se terminen las armas nucleares. No necesita, precisamente, que se lancen nuevos proyectos para continuar con la carrera. (Editorial) The New York Times La reunión de Bill Clinton con el presidente ruso Vladimir Putin es una buena oportunidad para discutir muchas cuestiones, desde el control de armas nucleares hasta las reformas económicas de mercado, pasando por los derechos humanos. Clinton debe usar sus apariciones públicas para alentar a Putin en lo que tiene de reformador y criticar sus preocupantes signos de autoritarismo (...) Se sabe que Putin se opone al NMD tal como lo plantea Clinton, por lo que el presidente norteamericano debe escuchar atentamente cada uno de sus argumentos. Clinton y Putin deberían escucharse mutuamente para facilitar un nuevo acuerdo sobre el controvertido tema de las armas nucleares. (Editorial)
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