|
Por
Mónica Flores Correa Desde Nueva York Después de responder en español, ¿puede traducir lo que dijo al inglés?, le pidió un periodista norteamericano a José Luis Machinea en la conferencia de prensa que tuvo lugar ayer en el consulado. El ministro de Economía lo miró con cierta perplejidad agobiada. ¿Además esto?, musitó hundiendo la cabeza en los hombros con un irrefrenable gesto de cansancio. El secretario de Finanzas, Daniel Marx, se ofreció a liberarlo de la carga de hablar en dos idiomas después de un largo día de reuniones con representantes del mundo financiero internacional que aún no había terminado. Yo me encargo, dijo Marx que parecía bastante menos fatigado. Por cierto, Machinea y su equipo tuvieron ayer una nueva ronda de exámenes frente a los inversores y banqueros de Wall Street, en la cual explicaron las nuevas medidas de ajuste recientemente tomadas por el gobierno de Fernando de la Rúa. Estamos todos, ellos y nosotros, más optimistas, afirmó Machinea. La actitud hacia la Argentina ha cambiado. Hace 15 días había mucha preocupación que tenía que ver con la volatilidad de los mercados (en el marco externo) y con algún ruido interno de la Argentina, dijo, y agregó que la actitud positiva de los inversionistas obedecía a que la Argentina ha reaccionado tomando las medidas que corresponden, no sólo frente al déficit fiscal sino también medidas estructurales. Desde este punto de vista, creo que hemos llevado tranquilidad al conjunto de inversores, sostuvo. El ministro comentó también que había asegurado a sus interlocutores que el Gobierno ha asumido un compromiso de mantener la austeridad en el gasto público en los próximos 3 años. Pero, subrayó, también dije que no veo ninguna necesidad de volver a hacer ajustes muy fuertes en el gasto público, del nivel del que acabamos de hacer. Machinea y su pequeña comitiva cumplieron con una apretada agenda que incluyó un desayuno con analistas económicos, un encuentro con editores del Wall Street Journal, una reunión con compañías evaluadoras de riesgos, calificadores de bonos y bancos de inversiones, y una visita a la Reserva Federal de Nueva York. Al cierre de esta nota, Machinea, Marx y Julio Dreizzen hacían otra presentación con otro grupo de inversores en el consulado argentino de la calle 56. Posteriormente, iban a tener un encuentro con Paul Volcker, ex presidente de la Reserva Federal. Como bastante positiva definió David Sekiguchi de JP Morgan la reunión que Machinea tuvo con los bancos de inversiones casi al mediodía, a la que asistieron, entre otros, representantes de Goldman Sachs, Citibank, First Boston y la calificadora de riesgo Standard & Poors. El analista comentó que la gran inquietud de los inversores se concentra en la posibilidad de crecimiento de la Argentina. También hay preguntas con respecto a la intranquilidad social. Los dos temas están vinculados. Si el crecimiento tarda en llegar, también tardan los recursos para aliviar la pobreza, opinó. Consideró que la Argentina, pese a las dificultades, está en mejor posición para colocar deuda y no sólo por las medidas recientemente tomadas sino porque los mercados en Estados Unidos han mejorado mucho en la última semana. Preocupa también el tema no resuelto de la coparticipación de las provincias, explicó el analista. De esto hablamos con el ministro bastante extensamente. Gran parte del aumento del gasto público se ha dado en las provincias, y sin embargo no se refleja en una mejora de la situación social. Sekiguchi dijo que la presentación de Machinea había sido satisfactoria y que se percibía en los inversores mayor tranquilidad. A veces, Wall Street se va un poco de mambo, admitió Sekiguchi con una expresión argentina para definir los excesos de preocupación del mundo financiero. Carlos Janada, de Morgan Stanley, también observó que el punto crítico sigue siendo si la economía se reactiva o no. Si la economía no crece al ritmo que dice el gobierno o el FMI, que es de 3,5 al 4 por ciento, entonces va a ser muy difícil de cumplir la meta de 4700 millones de déficit fiscal, inclusive tomando en cuenta las medidas que se han tomado, algunas de las cuales son bastantes difíciles de implementar, dijo. Janada consideró que la Argentina se encuentra en un dilema. Tiene que escoger entre las medidas fiscales para cumplir con el Fondo Monetario o darle prioridad a la recuperación económica. No creo que vaya a haber otro ajuste fiscal. Lo más probable es que haya que renegociar con el Fondo las metas, aventuró. Dijo que la actitud en el mundo financiero, a pesar de todos los problemas del país, del no crecimiento y sus consecuencias, sigue siendo positiva. Agregó: Esto lo vamos a ver más de cerca este mes, cuando la Argentina venda eurobonos y haga el canje de bonos Brady. Reconoció, sin embargo, que en cuanto a la inversión de portafolio, la Argentina ha perdido terreno. Los mercados atractivos son México y Brasil, por el mismo hecho que se han retirado stocks que eran atractivos como YPF y luego Telefónica. Pero en el mercado de los bonos Brady, la Argentina sigue siendo atractiva. Para Arturo Porzecanski, del banco de inversión ING Barings, la situación argentina ha repuntado considerablemente a los ojos del mundo inversionista. En las últimas dos semanas ha habido un gran progreso ayudado por un mejor marco internacional en los mercados, afirmó. Brasil también está generando buenas noticias. La economía y el real se están recuperando y la brecha de competitividad entre Brasil y la Argentina ha comenzado a cerrarse, y esto también es una buena noticia, dijo. Porzecanski relativizó los eventuales problemas de intranquilidad social. Son problemas muy puntuales como los de Salta, donde cortaron el plan Trabajar, lo que para mí fue un error. Pero son problemas más puntuales que generales. La impresión que yo tengo y que comparto con otros colegas es que el pueblo entiende las medidas de austeridad y las acepta. El analista tampoco pareció impresionado con la convocatoria a la huelga del 9 de junio. Las acciones del sindicalista Hugo Moyano no han sido acatadas por otros gremialistas. Vamos a ver cómo le va en la huelga, manifestó sin ningún nerviosismo.
|