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Llach suplica por clases, Ruckauf fogonea el paro

El ministro de Educación, Juan José Llach, pidió a las provincias que no paguen el día a los maestros que cumplan la huelga del viernes. El gobernador Ruckauf dijo que no descontará el día.

t.gif (862 bytes)  “Les pido por favor que den clases”, rogó el ministro Juan José Llach a los maestros desde La Plata, a donde concurrió para asistir a la sesión del Consejo Federal de Educación. Se refería al paro nacional del viernes próximo convocado por las dos CGT y la CTA. Hace cuatro días, el titular de Educación había advertido que iba a esforzarse para que las provincias no pagaran el día de huelga a quienes faltaran a clase. Pero ayer, el gobernador Carlos Ruckauf decidió no hacerle caso y anunció que no les descontará el día a los maestros bonaerenses que adhieran a la medida de fuerza. El viceministro de Educación Andrés Delich reaccionó indignado ante Página/12 y se quejó porque Ruckauf “habla siempre de mano dura en todos los temas y ahora, en este tema, no se preocupa”. “Tal vez juega para que la repercusión del paro sea lo más alta posible”, especuló después. Ajenos a esa pelea, los docentes ya tomaron su decisión. “Vamos a adherir al paro”, anunció Hugo Yasky, secretario de CTERA.
Antes de entrar al Salón Dorado de la Gobernación, donde lo esperaban Llach y todos los ministros de Educación provinciales, Ruckauf decidió, esta vez, diferenciarse del gobierno nacional. “Es un derecho constitucional que hay que respetar”, opinó entonces sobre la huelga declarada por las tres centrales sindicales para el viernes. Y anunció que “respetará el derecho de huelga” de los maestros bonaerenses. En otro episodio más de su contradictoria relación con el Gobierno –que parece obedecer a una estrategia casi ajedrecística–, el mandatario bonaerense contradijo al ministro de Educación y criticó otra vez a José Luis Machinea. “El FMI tiene un error de diagnóstico que lamentablemente también lo tiene el ministro de Economía. Ellos suponen que el problema de Argentina es el déficit fiscal, cuando en realidad es el desempleo”, dijo. El segundo de Llach cuestionó las declaraciones de Ruckauf. “Hay gobernadores justicialistas que quieren que la protesta social sea lo más grande posible. Sienten que con un gobierno nacional desgastado pueden gobernar mejor”, señaló el viceministro Delich sobre la decisión del gobernador de no descontar el día de huelga. Precisamente el paro nacional del próximo viernes, que fue anunciado por Hugo Moyano en la marcha contra el FMI, preocupa mucho al Gobierno, que prevé que la adhesión a la medida de fuerza será muy alta. Con este pronóstico, el objetivo oficial es tratar de reducir el impacto político de la huelga. “Este es un paro netamente político. No se justifica que no haya clases por una adhesión a la CGT de Moyano”, remarcó ayer Delich obviando que la convocatoria es de las tres centrales obreras, incluida la CTA que integra la CTERA.
El ministro de Educación aprovechó una pausa en la sesión del Consejo Federal para exhortar a los maestros para que no falten el viernes. “El paro no justifica que no se den clases, porque creemos que la sociedad argentina está haciendo un esfuerzo muy grande para jerarquizar a la docencia, para cumplir con el Fondo de Incentivo Docente y los 660 millones para el año 2000 y 2001”, afirmó. Y, como una alternativa al paro de actividades, Llach aconsejó a los docentes que protesten “a la japonesa”. “En homenaje a los chicos, les pedimos que, por ejemplo, trabajen más o hagan algún tipo de manifestación pública o de marcha”, reclamó, sin mucho éxito. “Es una forma de chantaje. Es francamente inaceptable y deplorable la actitud de Llach”, respondió Hugo Yasky. Al ministro lo que lo desvela es “la adhesión de los docentes argentinos a la medida y no el ciclo lectivo”, agregó Yasky.

Informe: Martín Piqué

 

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