|
Por Raúl Kollmann No cesa la aparición de arrepentidos iraníes que señalan al gobierno fundamentalista de su país como instigador del atentado contra la AMIA. El domingo a la noche, en el programa 60 Minutos, de la cadena CBS norteamericana, hizo su presentación un hombre llamado Ahmad Behbahani, que dijo ser un alto oficial de la inteligencia iraní que ayudó a preparar tres atentados: el de la AMIA, el del avión de Pan Am en Lockerbie y el ataque contra dos torres en Arabia Saudita. Es el tercer arrepentido que aparece en la causa AMIA. Por ahora, los investigadores norteamericanos mantienen sus dudas sobre el testigo, ya que no creen que haya sido un jefe de alto rango de la inteligencia de Teherán. De todas maneras, el juez Juan José Galeano y los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia tomaron cartas en el asunto y pedirán la transcripción tanto de la entrevista de la CBS como del interrogatorio llevado adelante por la CIA. Desde que se produjo el atentado contra la AMIA, las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Israel y la Argentina siempre le echaron la culpa a Irán, aunque hasta el momento no se encontraron evidencias categóricas. No hubo, por ejemplo, un arrepentido que diga concretamente dónde se armó la camioneta y qué personas entraron al país para realizar el atentado. Behbahani señaló en la entrevista con la televisión norteamericana que los terroristas libios que hicieron estallar el avión de Pan Am en la localidad escocesa de Lockerbie fueron entrenados durante veinte días en Irán. La coordinación corrió a cargo de Ahmed Jibril, el jefe del Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General, una especie de clásico del terrorismo, sindicado como el autor intelectual de casi todos los atentados. La declaración de Behbahani tiene mucha importancia para el juicio que en este momento se está haciendo en Holanda, donde dos libios son acusados de haber cargado el explosivo en el avión. Por esa razón, los dichos del arrepentido sobre la AMIA fueron más bien escuetos en el programa de televisión y se supone que los hombres de la CIA le están sacando más información. Los investigadores norteamericanos todavía no le creen. De todas maneras, la primera impresión de la inteligencia de Estados Unidos es que Behbahani era parte de un grupo de choque iraní dedicado a asesinar opositores, pero dudan mucho de que el arrepentido haya tenido algún papel en la coordinación de atentados realizados en el exterior. En la Argentina, el juez Galeano le pidió informes a la SIDE y al FBI sobre el arrepentido, en tanto que los fiscales Mullen y Barbaccia también quieren obtener la transcripción y las demás evidencias que se hayan recogido. El magistrado y los fiscales estuvieron la semana pasada en México entrevistando al llamado testigo C, un hombre que militó en las jefaturas de la inteligencia iraní, y que sostiene que el atentado contra la AMIA fue decidido por el ministro de Inteligencia de Irán, Alí Falhayán. El testigo C, pese a todo, tampoco pudo aportar nada concreto sobre el atentado contra la AMIA ya que no conoce detalles de la operación, sólo los métodos con los que solía trabajar el régimen de Teherán. Mucho antes que C y que Behbahani apareció en la causa Monousheh Moatamer, otro arrepentido que también fue visitado dos veces, una en Caracas y la otra en Los Angeles. Moatamer tampoco pudo aportar datos concretos sobre el atentado de Buenos Aires aunque la Corte Suprema de Justicia le impidió a Galeano que interrogue a los diplomáticos iraníes que por entonces una semana después del atentado estaban en Buenos Aires. El gobierno de Irán siempre negó su participación en los ataques, pero es cierto que tampoco ofreció que declararan sus diplomáticos para despejar dudas. El nuevo arrepentido, Behbahani, vive actualmente en una especie de edificio para refugiados que existe en Turquía. Dice que huyó de Irán por la interna que existe en el poder y que corría peligro su vida. Los voceros de la CIA sostuvieron ayer que aún no está claro que sea quien dice que es. No hay dudas que estuvo en Inteligencia, pero parece más un matón que asesinaba opositores que el coordinador de operaciones externas. Es bastante posible que aún en su función de matón haya escuchado algún chisme en los corredores y a eso le agregó cosas de su propia cosecha. Hay partes de su declaración que no son creíbles.
|