Por Javier Lorca
Los
rectores universitarios se comprometieron a crear un fondo solidario de
emergencia social,
pero no les será sencillo cosechar los aportes voluntarios que
pretenden recaudar entre los salarios de los funcionarios jerárquicos
(donarán el 12 por ciento de ellos), parte de los recursos
propios generados por las instituciones, y el óbolo optativo de
estudiantes, graduados y docentes. Mientras el Ministerio de Educación
pretende que las casas de estudios ahorren de ese modo 20 millones de
pesos en lo que resta del año, muchos rectores avisaron que van
a supeditar los aportes de sus universidades a la llegada en tiempo y
forma de las partidas presupuestarias oficiales y, aun así, no
creen que puedan superar los diez millones. El monto que pretende
el Gobierno no se va a alcanzar y va a haber recorte. Si no se hace ahora,
nos van a suspender algunas partidas a fin de año, aseguró
a Página/12 un rector miembro del comité ejecutivo del Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN). Además, los estudiantes y los
docentes se oponen a contribuir con recursos al fondo de emergencia.
Tal como había anticipado este diario, los rectores consensuaron
en el CIN sugerir al conjunto de las universidades nacionales la
creación de un programa universitario solidario para la emergencia
social; sugerir que el programa se conforme con los aportes voluntarios
que la realidad de cada universidad permita; y solicitar a los consejos
superiores que inviten a sus respectivas comunidades universitarias a
sumarse a este programa conforme a las posibilidades de cada claustro.
La resolución deja deliberadamente abierto al criterio del consejo
superior de cada institución la forma de aplicar el autoajuste
que acordaron las autoridades universitarias y el Gobierno. El ministro
de Educación, Juan Llach, pidió que el recorte alcance a
20 millones este año, en coincidencia con los dichos del titular
de Economía, José Luis Machinea, quien explicó que
el ajuste para la educación superior será de 40 millones
(la mitad en el próximo semestre y el resto en el 2001). Más
allá de las convergencias, los caminos que quieren tomar las universidades
son distintos. Por eso se dejó librada la decisión de en
cuánto reducir los salarios de las autoridades. En algunas instituciones
ya se están haciendo aportes solidarios explicó el
titular del CIN, Jorge Bettaglio-. Todas estas cuestiones deben resolverse
en el marco de la autonomía universitaria. Esta semana se
abrirá la discusión en los consejos superiores de las universidades.
Pese a que sufren el mismo problema, hay diferencias entre los rectores.
Y se exhibieron el viernes pasado, en una reunión del CIN. El primer
indicio de tensión lo dio la decisión de que la sesión
se realizara a puertas cerradas (hacía falta hablar a calzón
quitado, admitió un rector). Luego, durante el plenario,
los dos bloques el radical y el justicialista se enfrentaron
porque los primeros querían resaltar que el recorte no alcanzó
al presupuesto universitario, mientras a los segundos les preocupaba repudiar
el ajuste y no avalarlo con su contribución solidaria. El texto
de la resolución refleja los desacuerdos: por un lado, se considera
que el decreto 430/00 ha respetado la autonomía universitaria
manteniendo el presupuesto asignado a ellas por el Congreso; y más
adelante, se lamentan los permanentes recortes y dificultades presupuestarias.
Pero las diferencias entre rectores no son sólo partidarias. Si
ponemos un peso, queremos que quede en nuestra región, no que vaya
a la administración nacional o a vaya uno a saber dónde,
dijo el rector de una respetada casa de estudios. De hecho, en varias
universidades del interior del país creen que los aportes que consigan
para el fondo de emergencia social deberían tener un destino geográficamente
inmediato.
Las dificultades para recaudar fondos prometen ser muchas. Respecto de
las discusiones en torno del descuento de los salarios jerárquicos,
basta ver en esta misma página Una contribución
estéril. Si las partidaspresupuestarias no llegan completas
y al día, va a ser muy difícil cumplir con el aporte de
los sueldos, avisó el rector radical de una de las universidades
más grandes. No menos complejo va a ser recaudar fondos entre los
recursos propios que generan las casas de estudios (a través de
servicios, auditorías, pasantías, venta de tecnología)
porque, al no depender directamente de la gestión política
como en el caso de los descuentos salariales, las decisiones van a pasar
por los consejos superiores, donde se multiplican los intereses en juego.
Se estima que sólo universidades como las de Buenos Aires, Tucumán,
Córdoba y La Plata podrán ceder una mínima parte
de esos recursos.
Todavía más difícil será contar con fondos
donados por los docentes. La invitación a colaborar que nos
hacen es un recorte disfrazado dijo Anahí Fernández,
dirigente de la Federación Nacional de Docentes Universitarios
. En nuestras universidades, donde hay miles de docentes trabajando
ad honorem o con salarios irrisorios y sin cobertura médica, esto
sólo enmascara el ajuste. Es un disparate. Desde la Universidad
de Rosario, donde es profesora en la Facultad de Derecho, Fernández
recordó que el Estado les adeuda a los docentes universitarios
los fondos correspondientes a dos años del incumplido Plan Plurianual
de Recomposición Salarial: Nosotros ya estamos colaborando
con 230 millones, avisó. Además, la Conadu sostiene
que, si hay ajuste interno, los ahorros primero deben destinarse a pagar
las deudas que existen dentro de las instituciones.
Tampoco los alumnos adhieren a la contribución con dinero. En
un marco de austeridad del Estado, no tenemos problema con que los funcionarios
hagan un aporte, siempre que no se toquen los sueldos de docentes, investigadores
ni los programas de extensión. Y estamos de acuerdo e, incluso,
impulsamos las actividades solidarias de los alumnos dijo Manuel
Terrádez, presidente de la Federación Universitaria Argentina.
Pero nos oponemos a la propuesta de que los estudiantes aporten recursos.
Son iniciativas que atentan contra la gratuidad de la enseñanza.
Los alumnos, los docentes y sus familias pagan impuestos y aportan al
Estado, a la educación pública. En todo caso, modifiquemos
el sistema impositivo.
Para el tiempo libre... (si queda) |
Charlas.
La Secretaría de Extensión de Ciencias Económicas
(UBA) ofrece charlas informativas sobre sus carreras, para alumnos
y colegios. Informes: Córdoba 2111, 4370-6105.
Muestra. Mañana, a las 19, se inaugura la muestra de
pintura Planos de la memoria, en la Alianza Francesa, 11 de Septiembre
950.
Taller. Hoy, a las 17, se realizará el taller Juegos
y jugadores, sobre metodologías pedagógicas en alfabetización.
En el Rojas, Corrientes 2038, piso 1º. Gratis.
Arquitectura. Hoy, a las 19, Rodolfo Livingston dará
una charla sobre Arquitectura y Filosofía, en Filosofía
y Letras (UBA), Puán 480. Gratis.
Portal. Hoy, a las 18, el centro de estudiantes de la Facultad
de Farmacia y Bioquímica (UBA) inaugurará su portal
Universired.com. En Junín 954.
Tecnología. Hoy cierran las Jornadas Nacionales de Vinculación
Tecnológica en la Universidad Nacional de Lanús, intersección
de rutas 5 y 7, km 70.
E-business. Hoy, desde las 19, se hará un ciclo de conferencias
sobre EBusiness en la Universidad de Palermo, Mario Bravo 1050, 6º
piso. Gratis.
Revista. Mañana, a las 20, se presentará el número
7 de la revista El Niño en el Centro Descartes, Billinghurst
901. Gratis.
Poesía. Mañana a las 21.30, Paula Jiménez,
Carlos Eguía y Ricardo Zelarayán leerán en la
Casa de la Poesía, Guardia Vieja 3360. Gratis.
Política. La Universidad Torcuato Di Tella realizará,
mañana, de 10 a 19, una jornada de Filosofía Política.
En Miñones 2177. Gratis.
Lecturas. Editorial Vinciguerra acaba de publicar Ituzaingo-Ituzaingó,
del abogado y periodista Ricardo Lorenzo Sanz. |
EL DATO.
Los códigos de Sociales El centro de estudiantes de la Facultad
de Ciencias Sociales (UBA) tiene revista propia: Códigos. En su
tercer número �que encarnó el relanzamiento de la publicación�,
la nota de tapa está destinada a abrir el juego entre los graduados
de Ciencias de la Comunicación, cercados por el debate �técnicos
o intelectuales�. Además, incluye un recorrido crítico por los 14
años de vida del Ciclo Básico Común y jugosos reportajes a Vicente
Zito Lema, director académico de la Universidad Popular de las Madres
de Plaza de Mayo; Federico Schuster, director del Instituto Gino
Germani; Arturo Fernández, titular de la carrera de Ciencia Política;
y un ping-pong con el periodista Juan Castro. Amores y desamores,
quejas por faltas de puntualidad y abultadas bibliografías se ventilan
�con nombres y apellidos� en la sección �Despacito y por lo bajo�.
También debutan las secciones �Ciberama�, dedicada a Internet, y
�Cátedra Rock�. Se consigue en las dos sedes de Sociales. E-mail:
revistacodigos arroba hotmail.com.
|
Por Norberto Alayón *
Una
contribución estéril
Las
autoridades de las universidades nacionales aportaremos el 12 por
ciento de nuestros salarios para atemperar (?), mínimamente,
la crisis económica actual. Para algunos, lo expresemos o
no, se tratará de una contribución sin convicción,
resignada, probablemente estéril. ¿Qué abona
esta sensación? ¿La mezquindad del bolsillo propio,
la ausencia de solidaridad, o sentirse conscientemente defraudados
al comparar el óbolo ínfimo con el incumplimiento
de obligaciones y de aportes por parte de personas y grupos que
acumulan ganancias inconmensurables? ¿Cuánto se podrá
recaudar por esta vía? ¿Cuatro, cinco, siete millones
de pesos? Tomada en abstracto, parecería una suma considerable.
Más allá de lo que se pueda recolectar, ¿cuánto
pierde en calidad una democracia cuando debe apelarse a la beneficencia
porque no se decide cobrarles a los grandes evasores, a los expoliadores,
a quienes concentran riqueza extrema, impúdica y usualmente
dolosa?
Comparemos rápidamente algunos montos entre tantos
pendientes de pago. Solamente si se le cobrara al grupo Macri el
canon que adeuda por el negocio del correo, se obtendrían
150 millones de pesos. ¿Por qué no se le cobran los
aportes patronales a la empresa Repsol-YPF, que obtiene ganancias
de 1200 millones al año? ¿Por qué no se les
cobra el IVA a las empresas de televisión por cable? ¿Por
qué los aportes patronales de las empresas privatizadas mantienen
aún hoy la rebaja que les concedió Domingo Cavallo
en 1994? ¿Por qué el Estado subsidia con 23 millones
anuales a la empresa privada que compró Yacimientos Carboníferos
Fiscales? ¿Por qué no se les cobra los cánones
atrasados por 50 millones a los concesionarios del servicio de ferrocarriles?
¿Por qué no se controlan las importantes evasiones
aduaneras? ¿Por qué no se cobran los 85 millones que
adeuda el consorcio que controla el negocio de los aeropuertos?
Nuestro país padece el 14,5 por ciento de desocupación,
aproximadamente un tercio de su población se halla debajo
de la línea de pobreza y soporta una fraudulenta deuda externa
de 145 mil millones de dólares, por la cual paga alrededor
de 10 mil millones al año de intereses.
Que las autoridades universitarias se avengan voluntariamente a
donar parte de sus ingresos, mientras no se pone de manifiesto una
decidida vocación política para castigar a los evasores,
para sancionar a las grandes empresas o consorcios que mantienen
impagas sus deudas, mientras se continúa con las políticas
de exenciones y subsidios estatales a poderosos grupos económicos,
mientras se perpetúa el drenaje de los recursos nacionales
por medio del dócil pago de la deuda externa, más
que un acto de solidaridad puede transformarse en una trágica
caricatura, minando los principios de la equidad cierta que deben
imperar en un régimen democrático.
Los 10 años de menemismo y de plena vigencia de crueles políticas
neoliberales impulsadas por los diversos organismos del llamado
financiamiento internacional que nos llevaron a la terrible
situación actual deberían servir de experiencia para
evitar la adopción de medidas similares, máxime cuando
esas recetas están ya absolutamente desprestigiadas a nivel
mundial, por su ineficacia para solucionar los problemas de nuestros
países.
Si se tratara de medidas que acompañan políticas orientadas
a avanzar firmemente sobre los intereses de los sectores más
poderosos y, desde ahí, se convocara a la solidaridad del
conjunto, otro sería el cantar. Pero que algunos sectores
de la sociedad deban soportar duramente los rigores de la crisis,
mientras otros permanecen en el jolgorio del enriquecimiento sin
límites, conduce irremediablemente a la irritación
y a la desesperanzaante la evidente inequidad. La gente estará
convencida de colaborar con el conjunto, si percibe que el esfuerzo
demandado no será dilapidado al subsistir sectores que no
sólo quedan exentos de la contribución sino que además
fortalecen su poder económico y político a
costa del bienestar de la sociedad.
* Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).
|
|