Por Raúl Kollmann
Por orden del juez Juan José Galeano, la Brigada Antiterrorista envió ayer un extenso cuestionario a la CIA para que sea respondido por el arrepentido iraní Ahmad Behbahani, que se entregó a las autoridades en Turquía. Por ahora, los investigadores están tratando de determinar si Behbahani es quien dice ser. Algunas fuentes de la CIA sostienen que se trata de un matón que se ocupaba de eliminar opositores. Otras dan crédito a su versión y admiten que podría haber tenido algún papel en la coordinación de actos terroristas. El punto clave, para el caso de la AMIA, es si Behbahani aporta elementos concretos sobre el ataque en Buenos Aires: según parece, hasta ahora dijo que colaboraron ciudadanos sirios residentes en la Argentina, pero habrá que ver si puede dar nombres o el lugar donde se armó la camioneta o quiénes ingresaron al país para conducir la camioneta hasta hacerla explotar frente a la AMIA.
Por lo pronto, la Brigada Antiterrorista que conduce el comisario Jorge Palacios, y la SIDE, transmitieron a las autoridades norteamericanas su interés en indagar al arrepentido. Todos saben que es un trámite más bien largo. �El primer paso -.señaló a Página/12 una fuente de la inteligencia argentina.- será comprobar la identidad del hombre que está en Turquía y después ver si tenía importancia en la estructura iraní. Los norteamericanos invierten mucho dinero en inteligencia. Hay que pensar que si es quien dice ser, lo van a mantener, le van a dar una casa, una nueva identidad y un trabajo en Estados Unidos. Y cuando culminen esta operación, van a dedicar más tiempo a exprimirlo en las cuestiones que les importan. Es posible que la prioridad sea el caso de la explosión del avión de Pan Am en Lockerbie, donde murieron más de 200 norteamericanos.
El cuestionario enviado a Estados Unidos para que supuestamente lo retransmitan a Turquía es bastante sencillo: si Behbahani mencionó nombres y apellidos de las personas que actuaron en la Argentina, si habló de lugares, de la forma como se consiguió el explosivo o la camioneta, qué personas ingresaron al país y por qué vía.
Paralelamente, Galeano envió un escrito a la SIDE donde pide que �tenga a bien requerir al gobierno de Turquía las medidas de protección y custodia indispensables para salvaguardar la integridad física del ciudadano Behbahani. Al mismo tiempo que se arbitren las medidas de seguridad para este Tribunal, en miras a una posible recepción de la declaración del nombrado�. El texto fue hecho público ayer por el senador Luis Molinari Romero, presidente de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Investigaciones por los atentados.
Según parece, en la declaración que Behbahani hizo en el programa �60 Minutos� de la CBS norteamericana, se menciona la participación en el atentado contra la AMIA de ciudadanos de origen sirio, residentes en Buenos Aires. Esto vuelve a poner sobre el tapete una pista que fue investigada con mucha demora y que está referida al empresario de origen sirio Alberto Kanoore Edul, recientemente detenido por maniobras económicas. El punto es que Kanoore Edul nunca pudo explicar una llamada que hizo, una semana antes del atentado, a la casa de Carlos Telleldín, el último propietario de la camioneta que explotó frente a la AMIA. Además, Kanoore Edul vive en la calle Constitución, justamente por donde pasó el camión que depositó el volquete frente a la mutual judía cinco minutos antes del estallido. Aunque el nombre de Kanoore Edul apareció en la causa casi al principio de la investigación, las diligencias fueron lentas e ineficaces en los dos primeros años y después no se pudo llegar a nada.
Habrá que ver ahora si Behbahani es o no un coordinador de la inteligencia iraní y después se verá si aporta elementos concretos. Por ahora, los dos arrepentidos que declararon dos veces cada uno en la causa sólo aportaron elementos generales: sostuvieron que el régimen de Teherán planeó el atentado pero no pudieron señalar ninguna prueba contundente.
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