Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EL ESTRENO DE LA OBRA �TEATRO POR LA IDENTIDAD�
�Vos, ¿sabés quién sos?�

La pieza de teatro semimontado de Patricia Zangaro, cuyo subtítulo es �A propósito de la duda�, fue presentada en sociedad en una función conmocionante, que terminó con toda la platea saltando, ante una consigna escénica. Daniel Fanego dirige a un seleccionado, rotativo, de actores.

La obra, que está pensada para un público predominantemente joven, seguirá en cartel en el C.C. Rojas. El texto está armado con entrevistas a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo e hijos y nietos de desaparecidos. 

Por Hilda Cabrera

t.gif (862 bytes) �El que no salta es un militar�, gritaron los más jóvenes, y casi no hubo quien no se sintiera arrebatado por la consigna. Saltaron casi todos, arriba y abajo del escenario. El malestar de verse inopinadamente fuera de la catarsis que suelen generar los cánticos en masa hizo que en la platea la gente saltara como movida por un resorte. Aquélla fue una de las varias consignas acatadas y voceadas en la primera función de Teatro por la identidad, una puesta de teatro semimontado que lleva por subtítulo �A propósito de la duda�. La conforman breves fragmentos de testimonios de la Agrupación Hijos, de nietos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo referidos a los niños (hoy jóvenes) desaparecidos, secuestrados o apropiados durante la dictadura militar, que ahora viven con la �identidad robada o falseada�, como escribe en el programa de mano el actor Daniel Fanego, aquí a cargo de la dirección. Tragedia que por otra parte las Abuelas de Plaza de Mayo (promotoras de este espectáculo junto a Fanego, a quien se debe la idea del montaje) patentizan de manera gráfica en unos afiches que instan: �Ejercé tu derecho a la identidad�. La función debut fue el lunes en la sala Batato Barea del Centro Cultural Ricardo Rojas, donde se realizarán nuevas presentaciones el 12 y 26 de junio, y el 3 de julio, siempre a las 22 y con entrada libre y gratuita. 
�Ser un desaparecido vivo no es haberlo perdido todo�, recuerda Abuelas en el mismo programa. �Tus abuelos, tus hermanos, tus tíos, tus primos, tal vez tu mamá o tu papá todavía te buscan y ahora te esperan.� La intención es que nadie se quede con la sospecha. �No es la duda lo que daña, sino la mentira�, dicen. Un elenco de veintidós actores y actrices se encargan de remarcarlo, ficcionalizando situaciones trágicas o de profunda ternura. Participan, entre otros, Manuel Callau, José María López, Pepe Monje, Esteban Prol, Alejo García Pintos, Márgara Alonso, Valentina Bassi, Elsa Berenguer, Belén Blanco, Diana Lamas, Catalina Speroni y Los Verdes de Montserrat. Todos jugando diferentes roles: el de la hija recuperada, o el del joven que parece aceptar con gusto a sus padres adoptivos, creyendo haberse salvado porque puede estudiar y tener auto. Sólo que, a diferencia de su padre visible, es calvo. �La calvicie se hereda, está en los genes�, dicen entonces unas abuelas decididas a investigar. 
En este montaje hay espacio para todos, incluso los represores y sus tenebrosas alianzas, acotadas por la dramaturga Patricia Zangaro con textos breves que rehúyen el tono ceremonioso, pero no eluden el toque cursi, apoyándose en cambio en un estilo farsesco que de tanto en tanto provoca amargas sonrisas en algunos espectadores. Aparece así un represor y apropiador de niños que se autoproclama �soldado que lucha contra la ignominia�. El desprecia a quienes intentan localizar a los secuestrados. �Están destruyendo a la familia �dice, dolido de que `en este país los derechos humanos son (nada más que) los de la izquierda; nosotros no somos humanos, y por lo tanto no tenemos derechos��.� Ni él ni su mujer permitirán que se les arrebate al adoptado y �lo llenen de odio�. 
Fanego y Zangaro utilizan una simbología popular para manifestar la bronca (la murga es un ejemplo) y la pérdida (el chico que ingresa al escenario haciendo picar una pelota y desaparece dejando tras de sí su juguete). El ruido que producen el motor y las aspas de un helicóptero es, a su vez, sinónimo de pánico y de muerte. En esa atmósfera sobresaltan inesperadas irrupciones, como la de un actor que, después de escuchar uno de los testimonios, se levanta bruscamente de su butaca, enfilando hacia el escenario: �¡Perdón, perdón, señora! �exclama el personaje�. Yo no me voy a quedar callado. No vine aquí a hablar, pero ante esta situación no tengo más remedio�. Enojado, grita: �¡Terminen con ese helicóptero de mierda, así me van a oír!�. Y allí empieza su relato, nada novedoso parael auditorio. Dice haberse adiestrado para combatir a la guerrilla y participar de �grupos de tareas�. Dice saber cómo se realizaron algunas �expropiaciones� y se cremaron cadáveres. También confiesa haber visto a embarazadas.
�¿De qué tengo que arrepentirme si yo no maté a nadie? Lo único que hice fue trasladar a los detenidos�, pregunta con cara de compungido, poco antes de que le lluevan los insultos. Es entonces cuando la murga contestataria acompaña nuevamente con su ritmo descoyuntado la exigencia de los más jóvenes: �¿Sabés qué día cumplís años?; Vos, ¿sabés quién sos?�, increpan los jóvenes a la platea, mientras desgajan sus cuerpos al compás del tambor, recordando a los hermanos, a la madre o al padre desaparecidos. Envolviéndolos, se oye el ruido de un helicóptero rasante. 

 

PRINCIPAL