Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


APARECEN FUSILADOS UN EX COMISARIO �SIN GORRA� Y SU SOCIO
Muertos con el sello de la venganza

Los dos cuerpos aparecieron en un barrio de Lanús, con sus manos atadas. Fueron acribillados por la espalda. La hipótesis más firme es la de un ajuste de cuentas, pero el caso causó conmoción en el movimiento de los comisarios echados por Duhalde.

El Alfa Romeo del empresario apareció ayer a la tarde en Temperley, a seis kilómetros del hecho.


t.gif (862 bytes) Los dos cadáveres aparecieron en un pasaje oscuro de Remedios de Escalada, con las manos atadas hacia atrás, acribillados por la espalda, una imagen que remite a una típica acción mafiosa. Las víctimas fueron un comisario retirado de la Policía Bonaerense �que había sido titular de la jurisdicción donde apareció muerto e integró el movimiento de los Sin Gorra, un grupo de comisarios desplazados durante la gestión de Eduardo Duhalde� y un empresario local. Ambos habrían sido socios en un negocio de compra y venta de chapas. Anoche, los investigadores se volcaban más hacia la hipótesis de la venganza que a la del robo. Y sospechaban de una banda de piratas del asfalto que habría querido cobrarse una deuda por un cargamento de materiales. �Estamos cerca de esclarecerlo�, dijo a este diario una alta fuente policial.
El ex comisario Alberto De Fiore, de 44 años, se encontró a las 18.05 del martes con su amigo, Miguel Angel Bustamante, de 40, dueño de una comercio de venta de membranas para techos. Estuvieron en ese local, ubicado en la avenida Hipólito Yrigoyen 3028, de Lanús, hasta las 19, y después de cerrar el negocio se fueron en el Alfa Romeo bordó de Bustamante. De Fiore dejó allí estacionado su Ford Fiesta: pensaba volver a buscarlo, pero nunca regresó.
Nadie sabe hasta ahora qué ocurrió hasta las 21, cuando una balacera sacudió la tranquilidad del barrio de casas bajas, entre la cancha de Lanús y el cementerio. Se escuchó, antes, el reclamo a viva voz por una deuda, y después la huida de un vehículo a toda velocidad.
�Los hicieron poner de rodillas�, relató un perito después de analizar la forma en que quedaron los cuerpos. Tenían las manos atadas a la espalda con los cordones de sus propios calzados. En el lugar fue encontrada una decena de vainas de calibre 9 milímetros. En el cuerpo del comisario había siete impactos de bala. En el del empresario, cinco.
Al ex comisario le robaron su pistola Smith & Wesson 9 milímetros, dos anillos de oro, un teléfono celular, la tarjeta de crédito y la credencial policial que llevaba en su billetera, junto con 250 pesos. Esas ausencias alimentaron la primera hipótesis que lanzó al ruedo la policía: un robo común y silvestre en el que �descubrieron que De Fiore era policía y lo mataron�. En esa idea no cierra, sin embargo, por qué los delincuentes mataron también a Bustamante.
Por eso, el jefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora, comisario inspector Claudio Smith, dijo que no descartaba ninguna hipótesis. Aunque se molestó cuando le preguntaron si podría tratarse de un ajuste de cuentas: �Ofende a la policía que se hable de un ajuste de cuentas cuando se trata de un policía asesinado�.
La única certeza, además de las muertes, fue el hallazgo del Alfa Romeo de Bustamante, totalmente destruido por el fuego, en el barrio San José, de Temperley, a unos seis kilómetros del lugar del crimen. 
Los investigadores barajaban entonces otras dos hipótesis, además del robo: �La venganza o un crimen por encargo�. Así las cosas, apuntaron la pesquisa hacia las actividades de las víctimas.
De esa manera se supo que Bustamante habría tenido un problema judicial hace un tiempo por un cargamento de chapas que habría comprado y que resultó ser una partida robada. Según se supone, el comerciante y el comisario eran socios en ese negocio y le vendían chapas al municipio de Lomas de Zamora, durante la anterior gestión. Es que De Fiore tenía contactos en la comuna pues militaba en una línea interna del justicialismo, alineada con Ramón �Palito� Ortega.
Hay otros datos que los investigadores tienen en cuenta:
  Ninguno de los dos hombres les avisaron a sus esposas adónde iban. Ambas mujeres se conocen porque las dos familias son amigas.
  El pasaje donde los dos fueron asesinados es un lugar apartado y poco conocido. Se supone entonces que los asesinos son de la zona o la conocen.
  Se trata de un asesinato con características mafiosas: les ataron las manos a la espalda, los hicieron arrodillar y les dispararon desde atrás. 
Los ex compañeros de De Fiore, integrantes del movimiento de los Sin Gorra, también hicieron especulaciones mientras despedían a su camarada, en una casa de velatorios del centro de Lomas de Zamora. Miguel Raviscioni opinó que �el crimen no fue por un intento de robo, lleva implícito un mensaje, y si ese mensaje es para nosotros, esto nos une�. Su colega, el comisario inspector Daniel Juárez, descartó en cambio que el crimen tuviera alguna vinculación con la demanda de los comisarios retirados, que piden su reincorporación a la fuerza (ver recuadro). Juárez piensa que el asesino pudo reconocer a De Fiore porque había sido comisario en la zona, y tal vez quiso cobrarle una vieja cuenta. Y minimiza la hipótesis del crimen por encargo porque �los asesinos no fueron preparados para matar como lo hicieron: hubiera sido más fácil llevar esposas y no atarlos con los cordones de los zapatos�.
El legajo de De Fiore no registra antecedentes de sumarios por irregularidades. Según sus allegados, el hombre no estaba alineado con los que propician la mano dura contra los delincuentes. Después de su retiro forzado, a fines de 1997, De Fiore se dedicó a colaborar con la seguridad del Club Atlético Banfield, y se había comprado un camión que hacía trabajar como transporte de cargas.
De Fiore vivía en un elegante barrio residencial de Banfield. Algunos vecinos y compañeros de la escuela de sus tres hijos acompañaron a la familia en el velatorio, en el que se hizo presente el jefe de la Bonaerense, comisario Eduardo Martínez. Sus ex camaradas agregaron otro motivo para la indignación: la ausencia de una guardia de honor, usual en los casos de policías asesinados.

 

Sin gorra, pero con carpa de protesta

Hicieron su presentación en sociedad en junio de 1998, un mes después de haber sido echados de la Policía Bonaerense. Frente al edificio de la ex jefatura de la fuerza, en la calle 2 y 53 de La Plata, dejaron como testimonio de su protesta las gorras que habían usado como comisarios. Unos meses después, los 309 oficiales �comisarios y subcomisarios� desplazados por las purgas duhaldistas perfeccionaron su identificación: comenzaron a autodenominarse �Movimiento de los Sin Gorra� y hasta empezaron a usar un pin con ese símbolo. Los reclamos de máxima apuntan a su reincorporación a la fuerza. Y, precisamente, mañana instalarán una carpa frente al Ministerio de Seguridad provincial, ahora a cargo de un hombre que salió de las propias filas policiales.
Duhalde, en el marco de la reestructuración de la Maldita Policía �la misma a la que antes había calificado como la mejor del mundo� desplazó por decreto y sin sumario a esos jefes, con el argumento de que estaban comprometidos con lo peor de aquella época de la fuerza. Las purgas �que llegaron a involucrar en total a unos dos mil efectivos� fueron motorizadas por León Arslanian, el hombre al que más apuntaron sus dardos. 
Los �Sin Gorra� sostienen que no hay nada demostrado en su contra, que sus fojas están impecables e incluso que hay 150 en condiciones de reintegrarse al servicio (el resto, de acuerdo a la versión del grupo, no lo está por cuestiones formales o de edad). Es más, exhiben como logro que la comisión bicameral que sigue la reforma policial se haya expedido a favor de la reincorporación de 41 de ellos.
En realidad, dentro de los echados devenidos en los �Sin Gorra� hay algunos comisarios cuestionados de la Maldita Policía, pero también hay otros a los que nunca se los investigó seriamente.
Arslanian cayó como ministro cuando Carlos Ruckauf lanzó como candidato a gobernador la doctrina de meterle balas a los delincuentes y, con ello, la reivindicación de la policía y el anuncio de que cambiaría todo lo cambiado. Pero ahora, aun en medio de la política de mano dura, Ruckauf ya les dio un parate a los reclamos de los �Sin Gorra�. En una reunión con el anterior ministro de Seguridad, Aldo Rico, en marzo pasado, recibieron el anuncio de que no habrá reincorporaciones. Mañana, entonces, levantarán su carpa de protesta.

 

PRINCIPAL