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Es finalista de la Copa Libertadores por diferencia de gol
Boca cantó victoria en la derrota 

En un partido emotivo en el que no jugó bien y estuvo tres goles abajo, consiguió salvarse con un cabezazo de Samuel a siete del final. Calderón hizo dos goles para el América.

Juan Román Riquelme, un estratega muy aislado, maniobra en el Azteca.
El Diez sufrió la marca rigurosa y sólo por momentos condujo a su equipo.
 


t.gif (862 bytes) Boca perdió por dos goles y celebró... Así son los números. No jugó bien sino un rato del segundo tiempo y terminó alcanzando la final a duras penas y con una cabezazo salvador, no por fútbol. El América fue más y si se hubiera llegado a los penales no hubiera estado mal. El único �consuelo� para los boquenses es que su equipo fue más claramente superior en la Bombonera.
Apareció más decidido el América de salida, con los argumentos habituales de control de pelota y mucha participación colectiva con la conducción de Estay y la proyección ofensiva sobre todo por izquierda, donde Blanco se juntaba con la subida de Luna. Y además, el otro rasgo determinante de los primeros minutos fue la rudeza en la marca de los hombres mexicanos. El golpe de Pavel Pardo a los dos minutos a Riquelme fue amarilla por no ser roja directa; al rato, la �venganza� de Bermúdez sobre Blanco mereció la misma tarjeta. Enseguida, aunque la supremacía del América no se manifestaba en oportunidades claras, la posición cautelosa de Boca, que no apretaba en el medio y retrocedía hasta verse obligado a derribar a los rivales cerca del área, generaba posiciones de pelota parada siempre complicantes: tiros libres y corners. Precisamente con uno de ellos se originó, apenas pasados los diez iniciales, el primer gol del América: el corner desde la izquierda fue peinado en el primer palo y Calderón, en el segundo, le ganó a su marcador Arruabarrena y a Córdoba en la raya: 1-0 y un panorama complicado para Boca.
No lo fue tanto, en realidad. Con la entrada de Battaglia por Marchant lesionado �aunque el cambio estaba tácticamente previsto por el desarrollo�, Bianchi consiguió neutralizar la movilidad de Luna, sobre todo porque en Ibarra tuvo a una de las figuras más firmes del fondo, ocupándose de Blanco y cerrándose sobre el medio y anticipando cuando era necesario. Pero Boca nunca se planteó atacar armónicamente. Optó por darle la pelota a Riquelme para que habilitara a los de arriba, pero no hubo compañía. Así, una vez Barijho y otra Arruabarrena no llegaron por poco; pero los mexicanos fueron más contundentes, sobre todo a través de dos vías: de afuera �remates de Villa y de Estay� y por arriba, con centros que obligaron al esfuerzo reiterado de Córdoba. 
Mejoró Boca en el arranque del segundo. Se paró un poco más adelante, manejó la pelota y durante los primeros veinte tuvo un par de llegadas claras: primero fue una doble aproximación, que tras el cabezazo de Samuel siguió con toque de Delgado que salvó Martínez en ambas oportunidades; y después, Barijho, en la última jugada antes de salir. Pero poco más o menos, ahí terminó todo.
Porque bastó que Boca perdiera el control de pelota y el manejo del trámite para que el América convirtiera. Tras buena jugada de Calderón, su centro atrás fue recibido por Estay que la colocó a la izquierda de Córdoba. Fue un punto de fractura en el desarrollo: América creció,impulsado por Calderón-Estay, con Hermosillo y Blanco más arriba y las subidas de Pardo. Y Boca no aguantó la presión. Tras un remate de Luna en el palo, el corner fue cabeceado por Calderón y gol. Faltaban menos de diez y se venía la noche. 
Pero la historia �o el destino� quiso que no fuera así. Boca garroneó un corner, subió Samuel y llegó justo para conectar el envío pasado de Riquelme. La pelota entró bombeada en el segundo palo y a cobrar. Nunca un 1-3 ha sido tan celebrado. Ahora se verá cómo sigue.

 


 

UN RENDIMIENTO INDIVIDUAL POR DEBAJO DE LO ESPERADO
Walter Samuel puso cabeza y corazón

Por ese golazo agónico de incalculable valor, el zaguero Walter Samuel fue la figura de Boca, aunque sin realizar más que una tarea mediocre. Esta es la actuación individual de los jugadores de Boca.
Córdoba: Tapó tres pelotas muy buenas en el primer tiempo, pero fue responsable directo del tercer gol mexicano. Hasta ese momento había brindado mucha seguridad.
Ibarra: Desconocido, muy por debajo de su nivel, tanto en la marca como en la proyección ofensiva, ya que casi ni se mandó al ataque.
Bermúdez: Conversó durante todo el partido, mucho más de lo que lo jugó. Además, no estuvo firme en la marca.
Samuel: Con muy poco, más ese golazo de cabeza cuando la cosa se ponía muy fea para Boca, pasó a ser la figura del equipo, pese a la falla en el segundo gol mexicano.
Arruabarrena: Similar concepto al de Ibarra. Lo desbordaron mucho y casi no tuvo peso en ataque.
Marchant: Jugó 27 minutos y tuvo que salir lesionado. Mientras estuvo en pie, fue muy floja su tarea, ya que Luna lo desbordó siempre.
Traverso: Fracasó en el fuerte suyo que es la contención. Muy desordenado con la pelota, no tuvo peso en la distribución.
Gustavo Barros Schelotto: Se desdobló en la marca, pero se lo vio impreciso con la pelota. Bajó mucho en la segunda parte.
Riquelme: Muy discontinuo, pero al menos fue el que mejor �leyó� el duro partido y por sus pies pasaron las jugadas más claras para Boca. 
Delgado: Poco inteligente para resolver situaciones propicias. Todas las que se le presentaron las dilapidó.
Barijho: Exageró en tirarse al piso, hizo demasiado tiempo y en el segundo tiempo se perdió un mano a mano con el arquero.
Battaglia: El cambio ya estaba decidido antes que Marchant se lesionara. Su ingreso mejoró la parte derecha del mediocampo de Boca, por donde Luna estaba haciendo estragos. Estaba para figura, pero se fue diluyendo hasta caer en brusquedades y desatenciones.

 

 

Oh, Palmeiras

Tal como le sucedió ante el América de México, Boca tendrá que definir la Copa Libertadores como visitante. La primera final entre Boca y Palmeiras se disputará el próximo miércoles en la Bombonera, mientras que la revancha se jugará una semana después en San Pablo. Sin embargo, todavía no está definido el estadio en que se jugará ese encuentro. Si bien Palmeiras juega de local habitualmente en su cancha del Parque Antártica, tal vez prefiera hacerlo en el Morumbí, donde puede albergar mayor cantidad de hinchas y donde se disputaron los dos encuentros ante el Corinthians por las semifinales. Palmeiras llegó a esta instancia luego de vencer en la definición por penales al Corinthians.

 

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