Por Raúl Kollmann
�El negocio de membranas del comerciante Miguel Bustamante prácticamente daba pérdidas, pero él tenía un muy buen pasar. De manera que los ingresos venían de otro lado, de algo que mantenía escondido. En principio, creemos que el crimen está relacionado con la comercialización de chapas robadas por piratas del asfalto, una mafia que intervenía en remates o con dinero que se movía en el ambiente de los préstamos usurarios. Hay posibilidades de que hagamos detenciones en las próximas horas.� Estas revelaciones fueron hechas por los investigadores que tratan de esclarecer el siniestro doble homicidio perpetrado en la noche del martes en Lanús cuando el comerciante Bustamente y el comisario retirado Alberto De Fiore fueron maniatados y fusilados en un callejón.
Inicialmente los responsables policiales de la pesquisa en Lanús insistieron en que podría tratarse de un robo e incluso se indignaron cuando se les mencionó que todo podía deberse a un ajuste de cuentas. Ayer, la idea del robo quedó descartada y empieza a aparecer en escena el costado oscuro de la vida de Bustamente y se considera que De Fiore actuó como una especie de socio-guardaespaldas.
Rastreando en los antecedentes, aparecieron tres causas en las que el comerciante quedaba vinculado con un caso de usura en el que hubo un homicidio, algunas maniobras con cheques y un negocio poco claro con chapas. También los investigadores llegaron a la conclusión de que el dinero que manejaba Bustamente excedía en mucho los movimientos del comercio de membranas para techo, por lo cual obviamente sus ingresos venían de alguna otra parte.
A partir de esas y otras informaciones, la pesquisa, que encabezan el fiscal Domingo Ferrari y el comisario Claudio Smith, se orienta fundamentalmente hacia tres posibilidades:
Bustamante habría �reducido� chapas de metal que eran carga de camiones robados. La banda de piratas del asfalto se las vendió y la hipótesis es que él no pagó. �Parece que lo consideraban un garca�, reflexionaba anoche una fuente policial.
Bustamante se movía en el mundo de los préstamos usurarios. Se juntó con De Fiore �que lo acompañaba como guardaespaldas-. y le fueron a cobrar a alguien difícil. El supuesto deudor contrató a algunos �pesados� del submundo �los asesinos no serían menos de cuatro� y mataron a los cobradores.
En el negocio de las chapas, Bustamante se habría metido con otros integrantes de la llamada Liga de los Rematadores, una organización que copa los remates e impide que cualquiera que no pertenezca a la mafia pueda hacer alguna compra. De esa manera, la Liga asegura que todo lo que se remata sea adquirido a precio barato por alguno de sus integrantes. De acuerdo a esta hipótesis, Bustamante habría traicionado a algún miembro de la Liga.
Las investigaciones estaban concentradas anoche en las llamadas telefónicas que hicieron Bustamante y De Fiore en la noche del crimen. Los celulares de ambos desaparecieron y según le confió una fuente policial a este diario, insólitamente uno de los aparatos seguía en uso hasta la tarde de ayer. Por ello, los investigadores estaban tratando de localizar en el oeste de la Capital Federal a la persona que seguía haciendo llamadas con el aparato.
De todas maneras, está claro que Bustamante y De Fiore se juntaron el martes para hacer, en la mayor de las reservas, alguna visita o cobro. A sus esposas les dijeron que iban a la peluquería, pero nunca llegaron allí. Parece seguro que tampoco los secuestraron en la puerta del negocio de Bustamante, por lo que se cree que los sorprendieron en el lugar al que concurrieron. Todo fue muy rápido: a las 20 emprendieron el camino y a las21.10 estaban atados con los cordones de su calzado, los tiraron al piso y les pegaron cinco tiros en la espalda a uno y siete al otro.
JUECES Y FISCALES DE SAN ISIDRO ANTE LA CORTE
Un tirón de orejas general
Por Andrés Osojnik
Cual chicos que se pelearon en el recreo �y en clase y a la salida también�, fiscales y jueces penales de San Isidro fueron convocados para escuchar los retos del presidente de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, que a modo de director de escuela les tirará de las orejas por el escándalo en que se ha convertido ese distrito judicial. Es una medida sin antecedentes en la Justicia del país: el fuero penal en pleno deberá concurrir mañana a una audiencia en la que le exigirán el fin de la guerra desatada entre unos y otros por cuestiones de poder, que por momentos llegó a paralizar allí la tramitación de las causas.
La batalla entre jueces y fiscales de San Isidro viene desde setiembre del �98, cuando se puso en marcha el nuevo Código Procesal provincial, que modificó radicalmente la organización judicial. En todos los distritos, los nuevos roles generaron tensiones, pero en San Isidro se abrió una guerra en la que ya se acumulan decenas de denuncias cruzadas. Denuncias públicas pero también penales, en las que debe intervenir el aparato judicial. La última denuncia de ese tipo tiene como eje la discusión en torno de la llave de un ambiente que se desocupaba.
En sus momentos cúlmine, la pelea llegó prácticamente a paralizar la administración de Justicia en San Isidro: los fiscales le entregaban a los jueces fotocopias de las causas y éstos se negaban a recibirlas. El entuerto derivó �cómo no� en denuncias cruzadas que llegaron a la Corte.
Ahora, el máximo tribunal dispuso investigar todo el asunto y determinar las responsabilidades por el escándalo que, según el procurador general de la Corte, Eduardo de la Cruz, afecta �el respeto de los ciudadanos hacia el Poder Judicial, a los que ve peleándose como en un conventillo�.
Los jueces sostienen que los fiscales actúan sin control y se arrogan derechos que no tienen. Los fiscales dicen que los jueces traban las investigaciones. �Lo que sucede es hay quienes no quieren la reforma, pero a esta altura deben cumplirla y punto�, sentenció De la Cruz. Desde el lado de los jueces, responden que por los cambios en la provincia �no se está cumpliendo el requisito de administración de Justicia�.
Mientras se sustancian los sumarios, la Corte decidió convocar al fuero en pleno para un reto generalizado. Así, deberán presentarse mañana �sábado y feriado� a las 10 de la mañana en el hall central del Palacio de Justicia, en La Plata, el fiscal general, los fiscales, los fiscales de juicio, los jueces de Garantía, los de Transición, los de la Cámara de Apelaciones, los de los tribunales orales y hasta los correccionales, que nada tienen que ver en el culebrón isidrense.
En total, unos 60 integrantes del Poder Judicial convocados únicamente para el discurso del presidente de la Corte, ya que no tendrán posibilidades para exponer ni debatir, según decidió el máximo tribunal. Un habitué de los pasillos tribunalicios de San Isidro lo explicó así a Página/12: �Si dejan hablar a la gente, van a tener que llamar a la policía porque se van a terminar matando�.
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