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El paro fue importante, pero eso no significa que el Gobierno cambie de rumbo, porque está convencido de las medidas que adoptó para mejorar el crecimiento económico, el empleo y la calidad de vida de los argentinos. José Luis Machinea defendió de ese modo la decisión de profundizar el ajuste, medida que disparó la acción de fuerza más contundente que debió soportar hasta el momento la administración De la Rúa. Seguro del respaldo presidencial, el ministro de Economía reafirmó su convicción de mantener a rajatabla la disciplina fiscal, por más paros que haya. Fue un mensaje hacia adentro, pero también hacia los inversores externos y los organismos multilaterales de crédito, que miran con atención cuál será la reacción del Gobierno ante la presión por aflojar la cuerda de la ortodoxia económica. Machinea admitió el descontento por el ajuste. Cuando hay un acatamiento tan alto a un paro, es una señal de que la gente está molesta, aseguró. Pero inmediatamente después atribuyó la huelga al enojo de los sindicalistas por la desregulación de las obras sociales. Este tema fue determinante para la convocatoria al paro. Yo buscaría más las causas de la huelga en eso que en otras cuestiones, interpretó el ministro. También apeló al argumento de la falta de transporte para justificar la fuerte adhesión a la medida de fuerza. Habría que ver cuánta gente se hubiera plegado si el transporte hubiera funcionado con normalidad, señaló. Machinea participó ayer desde la mañana temprano hasta la noche de una reunión con los ministros de Economía y presidentes de Banco Central del Mercosur (ver aparte). Pero estuvo todo el tiempo informado sobre las alternativas del paro. Y a la hora de enfrentar a la prensa, entregó las mismas definiciones que el resto del Gobierno. La huelga no va a cambiar el rumbo económico, fue la definición que más le interesó recalcar. Machinea sabe que es blanco de buena parte del descontento, pero por ahora mantiene inalterable su discurso. Machinea recibió el respaldo moral de su par brasileño, Pedro Malán. En la conferencia de prensa posterior al encuentro de los ministros del Mercosur, el titular de Hacienda de Brasil, Pedro Malán, se solidarizó con el Gobierno argentino. Fue un apoyo que Machinea agradeció en público. Mi gobierno ha transmitido la confianza en la capacidad del gobierno y el pueblo argentino para superar esta situación, sostuvo Malán ante la consulta periodística. Como si ocupara por un momento el papel de funcionario argentino, el ministro brasileño señaló que es preferible preservar la estabilidad macroeconómica, aunque traiga costos en el corto plazo, que arriesgar a la población a sufrimientos mayores. Puedo imaginar la angustia del Gobierno argentino por las medidas que se ha visto obligado a tomar. A nadie le gusta ordenar un ajuste. Pero, repito, es mejor tener un costo en el corto plazo, pero asegurar los beneficios (de la política económica) en el mediano y largo plazo, concluyó. Machinea apuesta a que su estrategia económica coincida con las palabras de su colega brasileño. Ayer eligió abroquelarse en esa idea y, aunque reconoció la trascendencia del paro, también acusó a los sindicalistas de defender intereses personales. De allí que atribuyera la convocatoria al paro a la desregulación de las obras sociales sindicales, que a partir del próximo año deberán competir con las empresas de medicina prepaga.
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