Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

Pinocho está malherido, pero no es para tanto

 

 

La defensa de Pinochet apeló el desafuero de su cliente con el argumento principal de que no puede afrontar un juicio. Pero su entorno no quiere que le digan �viejito enfermo�.


t.gif (862 bytes)  Los abogados de Pinochet hicieron lo que tenían que hacer, aunque parte del entorno del ex dictador piense que hay salidas más dignas. La defensa del ex dictador apeló ayer ante la Corte Suprema de Justicia el fallo que le quita a Pinochet el fuero de senador vitalicio. El desafuero fue anunciado el lunes pasado por la Corte de Apelaciones de Santiago. Además de las típicas alegaciones de inocencia, los siete abogados del general argumentaron que no corresponde a la Justicia pronunciarse sobre un desafuero, sino al Congreso Nacional luego de un juicio político. Claro que Marco Antonio, el hijo menor del ex dictador, y el presidente de la más que pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI), Pablo Longueira, están en contra de la apelación. El titular de la Corte Suprema, Hernán Alvarez, estimó que el nuevo fallo estará en menos de tres meses.
Dicen que Pinochet está deprimido. Que necesita, como hizo anteayer un grupo de mariachis, que le canten la ranchera “El rey”. Eso es lo que hacían hasta su detención en Londres un conjunto de señoras de la alta sociedad en conjunto con orquestas militares cada vez que el Tata cumplía años. Pero Marco Antonio Pinochet dice que su padre está bien y que tiene ganas de defenderse ante un juez por todas las acusaciones en su contra. Y Longueira agrega que se trata de “un proceso político” que no merece una legitimación por parte de la defensa.
En el fondo, muchos pinochetistas prefieren mantener la dignidad frente a lo que, naturalmente, intentarán los propios abogados del ex dictador: liberar a su cliente de un juicio cuando sea y como sea. Las líneas argumentales son dos. La primera y más inmediata es negar la responsabilidad de Pinochet. “No existe ningún antecedente, no existen indicios ni sospecha de participación alguna del senador don Augusto Pinochet en los cargos que se le imputan”, dijo el abogado Gustavo Collao. Sin embargo, algunos de sus subordinados durante el proceso conocido como “Caravana de la Muerte” (una delegación militar que recorrió el país matando gente a dos meses del golpe militar del ‘73) acusaron directamente a Pinochet de dar las órdenes de matar. Y la mayoría de las querellas se refiere a víctimas de esta “caravana”. El abogado Ricardo Rivadeneira dijo ante la Corte de Apelaciones que Pinochet no impartió órdenes de matar y que justamente el general (R) Sergio Arellano Stark, jefe de la “Caravana de la Muerte”, ya declarado reo en el proceso, se defendió atribuyendo los asesinatos a subalternos que actuaron a sus espaldas, y más aún a las espaldas de Pinochet.
La segunda alternativa es la falta de un “debido proceso” para Pinochet. Esto es: el ex dictador no puede ser debidamente procesado porque, con 84 años y más de doce enfermedades “irreversibles”, no puede entender, y mucho menos dirigir, su propia defensa. Esto es lo que molesta a muchos de lo que están cerca del ex dictador. Ellos piensan que es indigno que Pinochet, que salvó el país del “caos marxista”, tenga que aparecer como un viejo decrépito para zafar de un juicio que para ellos es meramente político. Lucía Pinochet dijo esta semana que a lo sumo su padre podría asumir una responsabilidad política, pero jamás una responsabilidad penal. Sin embargo, Hugo Gutiérrez, uno de los principales abogados de la acusación, cree que el “debido proceso” será la línea argumental principal de la defensa de Pinochet. También cree que no funcionará, porque “la Corte Suprema de todas maneras va a aceptar el desafuero”. Gutiérrez expresó ayer que fue este mismo tribunal el que aceptó el delito de “secuestro calificado” que continúa en el tiempo hasta que no aparezcan los cuerpos, y que permitió suspender la aplicación de la Ley de Amnistía de 1978. El mismo presidente Ricardo Lagos ha insistido en los últimos días que los militares tenían la oportunidad, a través de la Mesa de Diálogo con representantes de las víctimas, de informar dónde están los cuerpos de los desaparecidos y así terminar con la extensión temporal del delito y volver a gozar de la amnistía. Sin embargo, por el momento, los militares también están dispuesto a mantener su honor y dignidad antes que aplicar el principio del “como sea”, para lograr la libertad de su Tata.

 

 

PRINCIPAL