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ARRANCA LA EUROCOPA CON UNA INQUIETUD GENERALIZADA
Guarda, llegan los hooligans

Bélgica y Suecia abren hoy el torneo, pero la atención está centrada en los incidentes vandálicos que seguramente tendrán lugar entre hinchas ingleses, aliados con holandeses, y fanáticos alemanes.


Por Marcelo Justo
Desde Bruselas

t.gif (862 bytes)  La Eurocopa 2000 empieza hoy, pero la atención está centrada más en la violencia que en el fútbol. Los cálculos de las fuerzas de seguridad hablan de unos 1000 hooligans, clasificados en la categoría de máxima peligrosidad, la “C”, y encabezados por unos 400 ingleses, dispuestos a librar batalla. A pesar de los más de 10 mil efectivos policiales de los dos países sede, Holanda y Bélgica, que patrullarán las calles, la prensa y los especialistas en el tema consideran que la violencia es inevitable. “No es tanto si habrá o no incidentes, sino qué dimensión tendrán, es decir, si desbordarán o no los dispositivos de seguridad”, indicó a Página/12 Duggy Brimson, ex hooligan, ex combatiente en las Malvinas y autor de un par de libros fundamentales sobre la violencia en el fútbol.
Desde hace meses que las barras bravas vienen intercambiando información por Internet y otras vías sobre los lugares ideales para concertar batallas, planear emboscadas y evitar a las fuerzas de seguridad. Equipos que en la Liga inglesa se consideran enemigos mortales son ahora camaradas en armas dispuestos a pasarse datos sobre bandas rivales y la fiesta de alcohol y violencia que se avecina. Las barras más bravas del país –el Chelsea, Tottenham, Arsenal y Leeds– están seguras de que, sin la experiencia de la policía británica, Bélgica y Holanda serán lugares fáciles para crear desmanes. “Generalmente la violencia se da a principios del torneo. La gente está sobreexcitada y cualquier roce puede desatar una gresca incontenible”, vaticinó al matutino inglés The Independent, John Williams, director del Centro de Investigación de Fútbol de la Universidad de Leicester.
La fecha más temida de la primera ronda es el encuentro que disputarán Alemania e Inglaterra el próximo sábado 17 de junio. El fantasma de la Segunda Guerra Mundial sirve de borroso telón de fondo para una rivalidad futbolística y callejera que ha generado alianzas entre tribus nacionales tan curiosas como las que se arman entre los archienemigos equipos ingleses. Una investigación publicada el pasado domingo por el prestigioso dominical inglés The Observer reveló que hooligans ingleses y holandeses planean una santa alianza, coordinada por el Tottenham de Londres y el Ajax de Amsterdam. El enemigo común de ambos, los alemanes, llega al torneo con su propio objetivo bélico-deportivo: arrebatarles a los ingleses la corona del Hooliganismo. En el Mundial de Francia dieron un paso en esa dirección al protagonizar el hecho más sonado del torneo y dejar en coma a un policía francés.
La tensión previa es tal que la semana pasada se generó una corrida de rumores sobre el posible reemplazo a último momento de la pacífica ciudad de Charleroi como sede del partido. Con una población de 420 mil personas y un estadio con capacidad para 30 mil, Charleroi tendrá serias dificultades para absorber los aproximadamente 100 mil hinchas que se congregarán para el partido. Una simple operación aritmética permite calcular que unos 70 mil hinchas no conseguirán entrada y saturarán calles y bares para seguir las alternativas del match por televisión. En Francia, este cóctel explosivo de rivalidades históricas, frustradas multitudes y alcohol terminó en enfrentamientos entre hinchadas y violentos desmanes.
Los ingleses tienen otras cuentas que saldar. La más reciente es con los turcos, tras el choque de la semifinal de la Copa UEFA entre el Leeds y Galatasaray. Los alemanes tienen su propia interna con los turcos, que constituyen la corriente inmigratoria más fuerte en su país y que suelen ser blanco inevitable de ataques racistas neonazis. La sede de la zona del equipo turco, Bruselas, se encuentra a 30 kilómetros de Charleroi y es un punto ideal de confluencia con las hinchadas de Alemania e Inglaterra. La latente mezcla de racismo y xenofobia que suele acompañar al fútbol tendrá otros oportunidades de expresarse: rivalidades en Europa no faltan. “Losincidentes los dispara una minoría y son imprevisibles”, indicó Brimson a Página/12.
Además de los más de 10 mil policías que patrullarán las calles, los gobiernos decidieron suspender por la duración del torneo el acuerdo de Schengen, que permite la libre circulación de personas entre trece países miembros de la Unión Europea, para poder controlar el ingreso de hooligans. Las autoridades inmigratorias belgas y holandesas tienen órdenes estrictas de rechazar en la frontera a los hinchas con prontuario. En una muestra de fuerza los alemanes añadieron una medida draconiana y retiraron el pasaporte a conocidos hooligans. Inglaterra quiso hacerlo pero no pudo.
El ministro del Interior Jack Straw incluyó en un proyecto de ley el año pasado una cláusula que retiraba preventivamente el pasaporte a gente a la que se sospechaba de hooliganismo, pero la iniciativa naufragó tras una fuerte protesta de grupos libertarios, que consideraban que se estaba aplicando a los hinchas una peligrosa lógica kafkiana, según la cual la condena precede al delito. La Asociación de Fútbol Inglesa intentó sin éxito reflotar a último momento esa iniciativa.
Ajeno a esos pruritos, el presidente de la Asociación del Fútbol alemana y del comité organizador de la Euro 2000, Egidius Braun, criticó duramente esta semana a los ingleses. “No hacer nada es sentarse a esperar que ocurra un desastre”, señaló Braun. En las palabras del alemán puede haber tanta sinceridad como lucha política. El resultado de las batallas campales podría ser decisivo para la otra contienda que tienen ingleses y germanos: la sede del Mundial del 2006. En la lucha sin cuartel que vienen librando para quedarse con la sede, los ingleses cuentan desde hace rato con un aliado de hierro: Argentina. No hace falta buscar lejos al responsable de ese compromiso político futbolístico. Menem lo hizo.

 

Bélgica-Suecia

Bélgica y Suecia abrirán hoy la Eurocopa en el estadio Rey Balduino de Bruselas a las 15.45 en partido por el Grupo B que será arbitrado por el alemán Markus Merk y televisado en directo por ESPN. El equipo belga, dirigido por Robert Waseige, formará con De Wilde; Peeters, Staelens, Valgaeren, Deflandre; Goor, Vanderhaeghe, Wilmots; Vergeyen, Strupar, Nilis. Suecia jugará con Hedman; Sundgreen, P. Andersson, Bjorklund, Nilsson; Ljunberg, Mjallby, A. Andersson, D. Andersson; Petersson, K. Andersson.

 

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