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ENCUESTA EXCLUSIVA sobre el gobierno y sus ultimas medidas
Paisaje después del ajustazo

Cae la imagen de De la Rúa pero no tanto. Rechazo al recorte pero no a todas las medidas. Escepticismo y desconcierto. Así son los argentinos que votan mayoritariamente a la Alianza y también hacen paro.

El gabinete con caras largas en el momento de anunciar las nuevas medidas de ajuste.
Casi la mitad de la población cree que había otras alternativas para enfrentar la situación.


Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes) En épocas de crisis las sensaciones de la gente parecen contradictorias: no les gustan las medidas de ajuste que tomó el Gobierno, aunque tampoco quieren rupturas con el FMI. Piensan que se podrían haber encarado otras iniciativas desde la Casa Rosada y hay escepticismo sobre el futuro, pero más allá de los paros sigue bajo, bajísimo, el índice de aprobación a los dirigentes sindicales. La imagen del presidente Fernando de la Rúa bajó en forma notoria, pero todavía su figura parece lejos de una hecatombe. En una lectura rápida, se podría decir que la Argentina está hoy desconfiada, con pocas esperanzas y bastante malhumor, aunque el Gobierno aún no gastó el capital conseguido al ganar las elecciones.
Estas conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Mora y Araujo y Asociados que conduce Manuel Mora y Araujo. En total se entrevistaron a 400 personas de Capital Federal y Gran Buenos Aires, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico.social.
�El plan de ajuste, en términos generales, genera pocas adhesiones. En particular la reducción de salarios carece de consenso -.señala Mora y Araujo�. Por eso la imagen del Gobierno ha sufrido una declinación después de la elección del 7 de mayo.� Sucesivos sondeos muestran que De la Rúa tuvo picos de más del 60 por ciento cuando asumió el Gobierno y que ahora supera levemente el 40 por ciento. Es decir que hay una pérdida significativa en apenas seis meses de administración. Para tranquilidad de los asesores presidenciales todavía no es mucha la gente que lo califica mal -.20 por ciento-. y sobre todo está muy lejos de los índices de rechazo que tenía y aún tiene el ex presidente Carlos Menem, quien apenas conseguía el 12 por ciento de opiniones favorables cuando dejó el Gobierno. 
El trabajo de Mora y Araujo -.que ya está en poder del primer mandatario-. puede servir también de referencia en los debates que el ajustazo y el paro desataron en la interna oficial. Sobre todo, en cuanto a la repercusión pública de las medidas anunciadas por el equipo de José Luis Machinea.
  Es obvio que el Gobierno no se propone aumentar en forma sustancial los planes Trabajar ni incrementar demasiado la inversión en obras públicas, justamente porque aduce que no hay fondos. Pero como ambas medidas tendrían el beneplácito de la población ya anunció que se harán crecer los primeros mediante el �ahorro� del gasto público y también las inversiones de la mano de la iniciativa privada.
  Parece lógico que profundice el mensaje contra los evasores impositivos, algo que tiene muchísimo consenso entre los ciudadanos.
  El discurso sobre la reducción de gastos de los políticos tiene, por supuesto, mucho respaldo entre la gente. Anular o patear para adelante las jubilaciones de privilegio o reducir los gastos de legisladores y gobernantes son medidas muy populares.
  Elegir a los gremialistas como adversarios parece una buena estrategia, por lo menos en cuanto a sus posibilidades de éxito. Hugo Moyano apenas tiene el 10 por ciento de aceptación y la gente aprueba en forma mayoritaria la desregulación de las obras sociales. 
  Mantener la convertibilidad tiene mucho consenso. Son muy pocos los que proponen la devaluación o dolarizar la economía. Es decir que el Gobierno puede usar ambos fantasmas como amenaza para tratar de demostrar que �no hay otro camino que el ajuste�.
El principal adversario que tiene la administración De la Rúa es el escepticismo y la desconfianza que empiezan a ser mayoritarias en la población. Los optimistas son pocos. Apenas una de cada tres personas cree que van a mejorar su situación en el futuro, que el país estará mejor o que se saldrá de la recesión. Esto marca un clima que, de profundizarse,provocará en los próximos meses fuerte impaciencia y después un malestar creciente. Lo único que podría modificar esa situación es si efectivamente la gente empieza a percibir un cambio en la marcha de la economía.
En diciembre, la mayoría de los encuestadores señalaban que el Gobierno contaba con unos ocho meses de �luna de miel�. Esto situaba el punto crítico en agosto. Por ahora, el pronóstico parece válido. En los próximos meses se hablará mucho de la relación de la gente con el Gobierno y una mirada desapasionada prenuncia tiempos que no serán fáciles.

 

Efectividad de las medidas para reducir el gasto público

                                                                                             Efectiva        Nada efectiva
  Reducir sueldos de todos los empleados públicos                    17%                    78%
  Reducir sueldos de los empleados públicos 
que ganan más de 1000 pesos                                                     33%                    62%
  Aumentar planes Trabajar                                                        74%                   17%
  Destinar fondos a obras públicas                                              80%                   12%
  Prohibir cobro simultaneo de sueldo y jubilación                       76%                   18%
  Reducir gastos en el Poder Legislativo                                      93%                     5%
  Combatir a todos los evasores                                                 92%                      5%
  Reducir jubilaciones de privilegio                                              92%                     5%

Nota: Los porcentajes hasta completar 100 corresponden a las personas que no saben o no contestan

Como se ve, caen muy mal las medidas referidas a recortes salariales y cualquier iniciativa que tienda a reducir los ingresos de los sectores de menos recursos. Lo que tiene más consenso, obviamente, es bajar loque cobran los sectores privilegiados, especialmente los políticos. Por ello, hay máxima aceptación de medidas como la reducción de las jubilaciones de privilegio, la reducción de los gastos del Poder Ejecutivo o la prohibición de cobrar simultáneamente un sueldo y una jubilación. La gente también respalda fuertemente el combate contra la evasión impositiva y la inversión en obras públicas. También hay apoyo a una actitud más social, como es el incremento de los planes Trabajar.

 

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