Con una corta aunque espectacular ceremonia, que rehuyó de la utilización de símbolos tradicionales de Bélgica y Holanda y apostó por la modernidad, se inauguró la undécima edición de la Eurocopa 2000 en el Estadio Rey Balduino de Bruselas. Después, en el partido inaugural, Bélgica derrotó 2-1 a Suecia en partido por el Grupo B.
Música alegre y bailable presidió un acto del que participaron 179 actores, uno de ellos un niño vestido de rojo que daba paso a cada nueva escena, y los colores que se destacaron por sobre el resto fueron el blanco y el rojo. Una pelota de unos ocho metros de diámetro, llena de 220 metros cúbicos de helio, y un gigante de 15 metros de altura fueron los elementos más espectaculares utilizados, junto con la suelta de centenares de globos de color blanco. En uno de los momentos más emotivos, el gigante, movido con cuerdas por actores vestidos de azul y blanco, pateó la enorme pelota ante la algarabía de la multitud. La ceremonia, que duró 11 minutos y que, en algunos aspectos, recordó los montajes habituales en los espectáculos del grupo teatral catalán La Fura dels Baus, funcionó como un reloj, sin fallas, tras dieciocho meses de intensa preparación. El espectáculo, que también incluyó el uso de cinco corazones formados por globos de colores que también fueron lanzados al aire, tuvo su punto culminante al desplegarse una gran bandera con el anagrama de la Eurocopa, sostenida por la pelota gigante.
La fiesta concluyó con el canto del himno �Campeones, campeones�, coreado por todo el estadio, y el despliegue de una banderola con el lema de la UEFA �Fair Play� (juego limpio), junto a las banderas de Bélgica y Suecia, los equipos que posteriormente jugaron el primer partido de la Eurocopa.
Precisamente, el partido inaugural fue decepcionante en lo futbolístico, más allá de la brillantez del marco y el entusiasmo de los locales, que comenzaron ganando. Fue 2-1 para Bélgica sobre Suecia, con goles de Bart Goor a los 43 y Emile Mpenza a los 46, para los locales, mientras Mjaellby descontó a los 53.
Hoy debutan tres grandes
Debutan algunos de los favoritos. Hoy habrá tres partidos más. Jugado ayer el primer encuentro del Grupo B, con la victoria de Bélgica 2-1 sobre Suecia, se completa la primera fecha de esa zona con en enfrentamiento, en Bruselas, de Turquía e Italia, a las 15.45 hora argentina. Allí se montará un gigantesco operativo de seguridad para prevenir incidentes: habrá 20 mil turcos en el estadio alentando a su selección. En los otros partidos, se jugarán dos encuentros por el Grupo D, con el debut del campeón del mundo. Francia enfrentará a Dinamarca desde las 13 (hora argentina) en Brujas, mientras que los otros locales, los brillantes holandeses, se las verán con la República Checa en Amsterdam también a partir de las 15.45. Los otros dos grupos �A y C� donde están Inglaterra, Alemania, España y Yugoslavia, comenzarán a competir mañana. |
opinion
Por Diego Bonadeo |
Gates, Avila y Mauricio Macri
Atlanta-Chacarita en Villa Crespo e Independiente-Racing en Avellaneda eran por allá lejos y hasta la década del cuarenta los dos casos más acabados de estadios casi �medianera de por medio�. Ahora sólo queda la vecindad de Avellaneda, pero en los últimos sesenta años hubo muchos amagues por encontrarle la vuelta al tan remanido �aprovechamiento integral de los estadios�.
El último intento pasó por La Plata, aparentemente más a instancias del municipio platense �a cargo desde hace varios años del justicialista Julio Alak� que por el entusiasmo de Gimnasia y Estudiantes.
Paradójicamente, en estos días se dieron algunos casos que no parecen demasiado cercanos a las casualidades si se los analiza con un poco de suspicacia y hasta �si se quiere� de mala leche.
Casi simultáneamente con la decisión de la Justicia norteamericana de �dividir� el abuso monopólico de Bill Gates en cuanto a Microsoft, el mandamás de Torneos y Competencias, Carlos Avila, compraba el ochenta por ciento del multimedios América �se supone que la operación no incluye Aeropuertos 2000, pero quién sabe� y del entorno del cartero del nuevo milenio, Mauricio Macri, se filtraba la eventual intención de un estadio común para Boca Juniors y River Plate.
Aparentemente nada tienen en común Gates, Avila y Macri en términos empresarios. Pero hay un común denominador �el abuso monopólico y la posición dominante� que pone a los tres en el mismo corral o, por lo menos, en corrales contiguos.
Es que mientras en Estados Unidos de Norteamérica al tipo más rico del mundo, la Justicia le dice que se pasó de rosca y que aunque sea formalmente desacumule lo que acumuló, el dueño y señor del fútbol televisado en la Argentina lleva a su monopolio a enésimas potencias, impensables inclusive para quienes adscriben a las doctrinas de Adam Smith aun salteándose los capítulos que no les convienen.
De concretarse la idea del estadio común para Boca y River estaríamos ante un virtual monopolio, en la medida en que se tenga muy en claro la excluyente convocatoria de los dos, como clubes de fútbol holgadamente más marquetineros y taquilleros del fútbol argentino.
Mientras los sumos sacerdotes del capitalismo globalizado acotan a su mascarón de proa en Estados Unidos �donde aparentemente sí hay marcos regulatorios y funcionan los organismos estatales que defienden la competencia� entre nosotros, los monaguillos del neoliberalismo falaz olvidan las relaciones carnales y siguen apostando a la deserción de quienes deben establecer reglas para que los más débiles queden un poco menos indefensos de lo que están. |
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