El juez Carlos Fraticelli visitó ayer la tumba de su hija Natalia
justo a la misma hora en que una columna de manifestantes recorrían
30 cuadras, hasta el cementerio de Rufino para pedir justicia por el asesinato
de la adolescente. Como si se tratara de movimientos calculados, los manifestantes
se encontraron con el juez y allí quedó plasmada la gran
contradicción que viven los habitantes de esa ciudad: algunos abrazaron
al juez suspendido, a quien la Justicia vincula con el homicidio de su
hija, mientras otros prefirieron esquivar su presencia. Fraticelli lloraba
ante los reporteros. Entre hoy y mañana, el juez debería
presentarse en Santa Fe ante el jury que busca destituirlo.
Unas 150 personas caminaron en silencio las 30 cuadras que separan la
iglesia Santísima Trinidad del cementerio local. Entre otros vecinos
de Rufino, engrosaban la columna amigas y compañeras de estudios
de Natalia, la chica que apareció muerta en su habitación,
el sábado 20 de mayo. Una imagen de la Virgen de Luján en
una camioneta presidía la caravana de manifestantes, que llevaban
un enorme cartel blanco con una leyenda que decía "Justicia
para Natalia". Muchos de los participantes llevaban la foto de la
chica colgada al cuello y una pancarta que reproducía la misma
imagen.
Esta fue la segunda marcha del silencio que se realiza en Rufino. Durante
la primera, realizada el sábado 3 de junio, los manifestantes pasaron
buen rato frente a la clínica donde estaba internado el juez Fraticelli
para expresarle su solidaridad.
Pero esta vez Fraticelli estaba fuera de la clínica, que había
dejado el jueves último, y decidió ir al cementerio para
dejar un ramo de flores en la tumba de su hija. A la salida se encontró
con la gente que marchaba y, entonces, quedaron de manifiesto las distintas
opiniones de los pobladores de esa ciudad en torno de la oscura trama
que envuelve a la familia del juez. Varios de los manifestantes abrazaron
a Fraticelli para darle ánimo, mientras el hombre lloraba. Sin
embargo, momentos antes, los organizadores habían aclarado que
la marcha no tenía que ver con un respaldo a la familia de Natalia
sino con el reclamo de justicia para el esclarecimiento del crimen.
Por el caso
hay una sola persona detenida: María Graciela Dieser, esposa de
Fraticelli y madre de la víctima, a quien el juez de Melincué,
Carlos Risso le dictó el sábado el procesamiento y la prisión
preventiva como "autora material" de homicidio calificado. La
mujer sigue internada en el hospital público de la localidad de
Venado Tuerto.
Fraticelli, en cambio, descansa en la casa de un amigo, ubicada en la
calle Santa Fe al 600, de Rufino. No bien dejó la clínica,
el juez aseguró a la prensa que es "total y absolutamente
inocente, totalmente ajeno al hecho". Entre hoy y mañana deberá
viajar a Santa Fe para presentarse ante el jury que se realiza en la sede
de la Corte Suprema de Justicia provincial. El jury es el único
mecanismo que permitiría lograr su desafuero, imprescindible para
que Risso pueda oír su versión de los hechos, al margen
de lo que ya escuchó por televisión.
Según fuentes judiciales, Risso retomará hoy la actividad
en torno del caso Fraticelli. En ese marco, continuaría esta semana
con la toma de testimoniales a otras personas vinculadas con el caso.
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