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Por favor, que ni pase por su mente la posibilidad de pensar que está detenido, le rogó ayer un jefe policial a Charly García, que, sin embargo, está detenido en la Jefatura de Rosario, luego de haber sido llevado por la fuerza a declarar ante un juez. El músico llegó en la madrugada de ayer a esa ciudad y declaró por la mañana en la causa que se le sigue por amenazas y lesiones a un fotógrafo. En la madrugada fue llevado por la fuerza desde Buenos Aires, luego de no haber concurrido en tres oportunidades a sendas citaciones de la Justicia. El trámite de excarcelación requiere dictamen del fiscal y podría demorar hasta 72 horas, pero la expectativa de sus abogados defensores es que sea liberado hoy. Anoche, en su celda, estaba cómodo, tranquilo, descansando, según la policía rosarina. La causa contra el músico, por amenazas y lesiones, está radicada en el Juzgado en lo Correccional a cargo de Adolfo Claverie, y se inició con una denuncia del reportero gráfico Hugo Marcelo Ferreyra, quien manifestó haber sido agredido en la calle por él y un guardaespaldas, el 14 de mayo del año pasado, cuando intentaba fotografiarlo luego de una actuación en el bar Luna, de Rosario. La máxima pena que podría corresponder es de dos años, y por lo tanto excarcelable. Pero García no había concurrido a dos citaciones del tribunal alegando estar enfermo, y a la tercera, prevista para el jueves pasado, directamente no se presentó. Manifestó después que no había ido porque estaba haciéndole el aguante a un amigo que pasaba por un momento difícil. Entonces, el juez lo declaró contumaz y lo mandó traer por la fuerza pública. Detenido el sábado en Buenos Aires, un vehículo de las Tropas de Operaciones Especiales (TEO) de la policía rosarina lo trasladó a esa ciudad, adonde llegó a las 5.30 de ayer. Lo acompañó su abogado, Guillermo Vega, y en otro auto viajó el amigo que había pasado por el momento difícil, Javier Pedelaborde. A las 11 de ayer, García fue llevado a Tribunales y declaró durante más de una hora ante el juez Claverie. Según su abogado, el autor de Confesiones de invierno negó todos los cargos. Frente al edificio de Tribunales, un grupo de unos diez jóvenes se había reunido para solidarizarse y, en la mismísima camioneta policial que lo había trasladado, fijaron un cartel: Este es el aguante. También en una de las columnas del Palacio de Justicia rosarino quedó, en verde, una pintada: Aguante, Charly. Después de declarar, el músico fue conducido a la Alcaidía de la Jefatura de Policía rosarina, donde permanecerá por lo menos hasta hoy. El esperaba ser liberado ayer mismo: No puedo creer lo que pasa, me habían dicho que me iba a mi casa rápido, dijo a un canal de TV. El músico no quedó detenido a causa del delito por el que se lo juzga sino porque dejar sin efecto la orden de detención que el juez libró para hacerlo ir a declarar requiere un trámite que incluye el pedido de antecedentes penales y el dictamen favorable del fiscal. Este proceso puede demandar hasta 72 horas, pero ayer fuentes judiciales preveían que García sería puesto en libertad hoy o a más tardar mañana. También hoy se resolvería la situación legal del músico, entre tres alternativas: su procesamiento, con una sentencia máxima posible de dos años, la falta de mérito para procesarlo mientras continúa la investigación, o el sobreseimiento, que cerraría la causa. Anoche, Charly García estaba bien, cómodo, tranquilo, descansando, realmente calmo, según abundó para este diario el jefe de la Alcaidía de la Unidad Regional 2 de la policía rosarina, quien prefirió la reserva de su nombre. Según contó a Página/12 el policía, pocas veces él pudo haber tenido la tranquilidad que tuvo aquí. Cuando llegó, hablé con él y le dije que por este día haga una impasse, que se relaje y se olvide, que no vaya a pasar por su mente que está detenido. García comió carne en su almuerzo y, a las siete de la tarde de ayer, estaba durmiendo, en paz, subrayó el jefe policial, paternal o temeroso de un escándalo del músico, quien en verdad le había contestado hace años en una de sus canciones: No pienses que estoy loco: es sólo una manera de actuar.
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