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�Los actores de televisión se forman delante de las cámaras�

Germán Krauss comparte con Leonardo Bechini, director de �Primicias�, la conducción de una escuela de enseñanza de actuación televisiva.


Por Patricia Chaina
t.gif (862 bytes)  Aun cuando el medio está desestimado como canal de expresión artística, todo actor que se precie pretende actuar algún día en televisión. O al menos así lo cree Germán Krauss, un zorro viejo de las tablas y los sets. “El problema es que la capacitación con la que cuenta un actor al momento de ingresar a la televisión es deficiente”, subraya. Para intentar ayudar a los que quieren desentrañar el oficio de actuar en televisión, Krauss fundó una escuela especial. Teleactuar, asegura, es la primera escuela especializada de actuación en televisión. A mediano plazo comenzará también a producir ficción para televisión.
Junto a Leonardo Bechini –director de “Poliladron”, “El signo”, y actualmente autor de “Primicias”–, Krauss dicta clases teóricas y prácticas sobre las técnicas necesarias para lograr que la actuación en televisión no sea siempre sinónimo de bochorno. El problema es complejo. “Por tradición, los actores televisivos se forman ante las cámaras encendidas y los productos no alcanzan los requerimientos mínimos”, sostiene. Por eso explica: “Un ejemplo de un buen producto televisivo es ‘Vulnerables’, que recuperó una forma de laburo por el lado de la composición de personajes y sumó un nuevo lenguaje en televisión”.
La nueva escuela en rigor integra una estructura mayor, la de RZS, una productora que comenzó con la tecnología color en la Argentina en 1976, vendiendo programas al extranjero. La TV local todavía emitía en blanco y negro. Hoy, sus equipos digitales y estudios profesionales configuran el soporte físico sobre el que Krauss y Bechini desarrollarán sus clases. En el curso de seis meses los alumnos acreditarán 70 horas en estudios. “Esto sirve en un currículum, y no es un dato menor”, sostiene Krauss en la entrevista con Página/12. “El actor va a tener algo de sus trabajos para mostrar cuando vaya a buscar un trabajo”, explica.
–¿Cómo fueron sus comienzos como actor respecto de este tema?
–Cargados de miedo, como la mayoría de los que nos metemos en esto, pero con el agravante de que, en mi caso, la primera vez que me presenté salí con un protagónico bajo el brazo –“Estrellita”, año 1969–, y esa responsabilidad fue bastante traumática. Porque uno no está preparado para actuar en estudios, con cincuenta personas dando vueltas alrededor. Sin tiempo para ensayar y con mucha tensión. Los actores se preparan para trabajar en teatro, ésa es la formación acá. No hay entrenamiento televisivo. Y cuando llega el momento de entrar en acción, ese desconocimiento intimida. Genera frustraciones que entorpecen las posibilidades de expresión del actor que se está iniciando.
–¿Qué elementos intentará trabajar en sus clases?
–Yo soy un hombre de televisión y la respeto. Y también veo que a veces está muy bastardeada, desestimada. Es considerada un medio menor y por ende los actores no actúan, y las cámaras se usan sólo como elementos que fotografían actores. Pero sus posibilidades reales van mucho más allá. Hay una estética distinta y eso necesita una especialización. La TV tiene códigos propios y un lenguaje diferente. La idea es que el actor pueda llegar a su compromiso con el trabajo actoral, con un conocimiento y un tránsito por el oficio. Es necesario potenciar las capacidades del actor dentro de las reglas del juego televisivo, porque cuando se inicia la grabación el director no puede ejercer la docencia, tiene que dirigir. Y los actores sacar lo mejor de sí para sus interpretaciones, eso en general no se da.
–¿Cuáles son las posibilidades técnicas con las que cuenta?
–Equipos y estudios profesionales que permiten que el alumno tenga un tape con sus trabajos cuando se presente a una entrevista de laburo. Además es interesante que los docentes seamos del medio: conocemos los secretos, los puntos muertos, las tensiones. Si yo hubiese tenido estos conocimientos cuando empecé, hubiese sufrido mucho menos, estoy seguro.

 

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