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DE LA RUA RINDIO HOMENAJE A LAS VICTIMAS DEL GENOCIDIO NAZI
�Pido perdón en nombre de Argentina�

Junto al canciller y a sus esposas visitó el museo del Holocausto. Pidió disculpas por la política argentina respecto de los nazis y de las víctimas del genocidio. �¿Qué hemos hecho por ellos?�, se preguntó.

Fernando de la Rúa junto a su esposa Inés Pertiné hincados, como orando, en el Museo del Holocausto.


Por M.G.
Desde Washington

t.gif (862 bytes) Miró la corona de flores blancas y amarillas. Una empleada del museo se acercó y le susurró algo al oído. Entonces él se hincó, primero una rodilla, después la otra. Su esposa lo siguió, y el canciller, y su esposa. Así fue el homenaje que los De la Rúa y los Rodríguez Giavarini rindieron ayer a las víctimas del genocidio nazi en el Hall de la Memoria del Museo del Holocausto, en Washington. 
El gesto fue la forma física de una decisión que ayer adelantó Página/12 en exclusiva y que por la mañana confirmó Fernando de la Rúa en una breve conferencia de prensa para periodistas norteamericanos organizada por el encuestador Dick Morris en el hotel Adams, a 200 metros de la Casa Blanca:
�Quiero pedir perdón en nombre de nuestro país porque después de la Segunda Guerra Mundial se refugiaron muchos criminales del régimen nazi, que en unos casos fueron tolerados por las autoridades, y porque no siempre el país dio refugio, durante la guerra, a quienes buscaban hospitalidad perseguidos por el nazismo.
En otra parte de sus respuestas, que formaron un verdadero mensaje, De la Rúa se preguntó:
�¿Qué hemos hecho por ellos? ¿Hemos hecho bastante? ¿Les dimos el reconocimiento como héroes de guerra, como víctimas de la peor opresión?
El Hall de la Memoria donde De la Rúa se arrodilló �en señal de recogimiento�, como definieron funcionarios argentinos, es una gigantesca sala de techo hexagonal de mármol gris, iluminada por la luz natural de una claraboya y con paredes revestidas de chapas negras con los nombres de los campos de concentración: Dachau, Buchenwald, Mauthausen, Auschwitz. La iluminación contrasta con la luz mortecina de las salas, dispuestas en un diseño arquitectónico basado en ladrillos de colores apagados y hierros grises que puede semejar una fábrica �la fábrica de la muerte� o un vagón de los que llevaban a los judíos a las cámaras de gas. El museo tiene una característica notable: cada visitante recibe al entrar una tarjeta con la identidad de una víctima, y sala tras sala va siguiendo su historia. De la Rúa no pudo cumplir con un recorrido completo pero visitó las principales salas acompañado, entre otros, por Javier Timerman, uno de los hijos de Jacobo Timerman; Eduardo Elzstain (el poderoso presidente de IRSA); Jacobo Kovadloff, del Comité Judío Americano, y Roberto Nul, de la B�Nai Brith argentina. 
Pudo sentir el impacto de dos de las salas más conmovedoras, la que alberga el vagón de tren que llevaba a los prisioneros a la muerte y la que reúne miles de pares de zapatos, un símbolo del despojo y la humillación a que eran sometidas las víctimas del genocidio. 
Sara Blumfield, la directora del museo, le fue explicando el sentido de cada lugar. Agradeció el apoyo a la Fundación Museo del Holocausto en la Argentina y mencionó a los desaparecidos judíos. 
�Hay que fortalecer la memoria del Holocausto como algo importante para el futuro y para que nunca se repitan, como sucede en estos tiempos, el genocidio, la xenofobia, la discriminación y la limpieza étnica �dijo De la Rúa en una línea de argumentación que coincide con los legisladores porteños que quieren levantar un museo en la Escuela de Mecánica de la Armada por contraposición a la intención del ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, de dedicar toda el área a la enseñanza militar. 
Durante el recorrido y después, en una rueda en el Club Nacional de Prensa, el Presidente buscó subrayar que el recuerdo y el perdón seenlazaban con la decisión oficial de constituir un grupo especial para investigar los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA. 
�Todo el mundo debe hacer su examen de conciencia �recomendó�. Hay que educar a los niños, alentarlos a que luchen contra la perversión de doctrinas basadas en el odio y la violencia.
Durante el recorrido De la Rúa preguntó en un momento si no había prensa, para sincerarse, y al escuchar que los periodistas estaban lejos contó cuando recibió a los familiares de las víctimas del Holocausto en la Casa Rosada.
�Al día siguiente �relató�, la hija de una de ellas me emocionó mucho. Me visitó y me contó que su madre, no bien llegó a la Argentina escapando de los nazis, vivió años dándose vuelta en cada esquina, porque pensaba que aún los estaban persiguiendo. La hija me dijo que su madre le había contado emocionada que, tantos años después, pudiera encontrarse con un presidente en la Casa de Gobierno.
De la Rúa dijo que mantiene sus posiciones sobre el Holocausto y el derecho del Estado de Israel a existir por lo menos desde 1973. El año coincide con la guerra de Iom Kippur, el último gran conflicto abierto entre árabes y judíos. Pero también con su primera victoria electoral, como senador, frente al nacionalista Marcelo Sánchez Sorondo, propuesto por el Partido Justicialista. 
Cuando triunfó, su suegro, un viejo militar conservador, lo recibió con esta frase:
�No te equivoques, pibe, vos ganaste con los votos de los bolches y los judíos. 

 


 

LO QUE EL INFORME DEL CEANA PROBO SOBRE PERON Y LOS NAZIS
Buenas razones para pedir perdón

Por Raúl Kollmann

El presidente Fernando de la Rúa tiene razón en pedir perdón por la política consciente de los gobierno argentinos de los años 40 de permitir el ingreso de jerarcas nazis. La más reciente investigación, llevada a cabo por la Comisión para el Esclarecimiento de las Actividades Nazis en la Argentina (Ceana), llegó a la conclusión de que llegaron al país no menos de 180 criminales de guerra, aunque el estudio sugiere que pudieron haber arribado aún más. También la Ceana estableció que hubo un conocimiento por parte de Juan Domingo Perón de la entrada de los jefes nazis al país, sobre todo porque quedó probado que creó en Buenos Aires una oficina especialmente dedicada a recibirlos.
A lo largo de cinco décadas, la Argentina fue acusada internacionalmente de haber dado cobijo a algunos criminales de guerra que fueron claves en el genocidio de judíos, gitanos, homosexuales, minusválidos y opositores políticos al Tercer Reich. Hubo casos como el de Adolf Eichmann, uno de los responsables administrativos del Holocausto; Joseph Mengele, el siniestro médico del campo de concentración de Auschwitz; Ante Pavelic, el presidente del régimen colaboracionista nazi en Croacia y un largo listado de hombres de segunda línea acusados de centenares e incluso miles de asesinatos: Walter Kutschmann, Eduard Roschmann, Erich Priebke, Klaus Barbie, Dinko Sakic o Joseph Schwamberger. La Ceana elaboró una lista de 180 nazis que llegaron a la Argentina y que estaban prófugos en los respectivos países por crímenes cometidos durante el régimen de Hitler. 
Una de las razones que más justifican el pedido de perdón �que ya en su momento fue enunciado por el ex canciller Guido Di Tella� es la increíble negativa de los gobiernos argentinos a conceder extradiciones de los nazis prófugos. En los 50 años transcurridos desde el final de la Segunda Guerra Mundial sólo se extraditaron cuatro criminales de guerra, Gerhard Böhne, acusado de matar con gas a minusválidos, Joseph Schwamberguer y Dinko Sakic, jefes de campos de concentración y Erich Priebke, subjefe de la fuerza que fusiló a 335 civiles en las Fosas Ardeatinas, en Italia. Hubo un caso que demuestra el nivel de impunidad: el médico asesino Joseph Mengele era buscado internacionalmente y sin embargo en la Argentina tuvo una cédula a su verdadero nombre.
Uno de los mejores aportes de la Ceana fue el descubrimiento de documentación que prueba la existencia de la SARE, Sociedad Argentina de Recepción de Europeos, directamente fundada por Juan Perón y Rodolfo Freude, un adherente nazi más que conocido, y que funcionó en la Casa Rosada. A través de la SARE se aseguraba el cobijo a los genocidas. También el Proyecto Testimonios de la DAIA demostró categóricamente que la Dirección de Migraciones era dominada por nazis que arreglaban todo para la llegada de sus camaradas.


Ofensiva por Dos Santos

Los ministros de Justicia e Interior hicieron ayer su presentación oficial ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Investigación de los Atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel. Ricardo Gil Lavedra y Federico Storani señalaron ante los legisladores que el Gobierno va a respaldar la investigación y todo el proceso que conduce al juicio oral. �No hay que dejar morir la causa�, señaló Storani. Lo más trascendente que acordaron ministros y legisladores es el inicio de una ofensiva sobre el gobierno brasileño para que, de una vez por todas, habilite un verdadero interrogatorio al testigo clave Wilson Dos Santos, el hombre que con dos semanas de anticipación advirtió que se iba a producir el atentado contra la AMIA. Los legisladores le pedirán una entrevista al embajador de Brasil y los ministros trasladarán la preocupación al Poder Ejecutivo.

 

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