Por Cledis Candelaresi
Juan Gurbindo Gutiérrez, representante de la española Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, culpó a la breve gestión de American Airlines y a la falta de monopolio por la debacle económica de Aerolíneas Argentinas. Los dichos del funcionario hispano crisparon los ánimos de los representantes de APTA, el primer gremio aeronáutico ante el cual Sepi expuso su plan, difundido como �de salvataje�. �American estuvo poco tiempo: ¿ustedes qué hicieron durante los nueve de gestión?�, replicó Ricardo Cirielli, titular de aquella agrupación. La férrea oposición sindical es sólo una de las espadas de Damocles sobre el programa difundido anteayer. La propuesta española también pone en un brete al gobierno, exigiéndole que reduzca un 20 por ciento las frecuencias autorizadas a otras compañías aéreas.
Este reclamo es absolutamente contradictorio con la apertura de los cielos que exige poner en marcha los Estados Unidos, ansioso porque sus aerolíneas puedan aumentar el número de vuelos al mercado argentino, al que consideran un destino apetecible. Reducir compulsivamente las frecuencias de otras empresas, tal como pretenden los españoles, es absolutamente contradictoria con este reclamo que Fernando de la Rúa tendrá oportunidad de escuchar en propio territorio norteamericano en boca de funcionarios de aquel país.
Si bien esta mañana Sepi presentará el plan al resto de los gremios, ayer optó por empezar por el que agrupa al personal técnico, encargado de realizar el mantenimiento de las aeronaves. La intención ibérica es persuadirlos para que acepten una rebaja salarial de entre el 6 y el 20 por ciento y una mayor flexibilización de sus regímenes de trabajo, que incluiría la polifuncionalidad. Más difuso fue, en cambio, el planteo acerca de la reducción de personal, que Sepi no cuantificó y, al menos por ahora, piensa concretar a través de retiros voluntarios.
Más allá de la rebaja salarial sobre los sueldos �inamovibles desde la privatización�, el punto más controvertido del capítulo laboral es el de �polifuncionalidad�. Según destaca APTA, los trabajadores del área tienen dos especialidades muy definidas, que pueden ejercer después de obtener una licencia habilitante: mantenimiento de aeronaves y despachantes operativos (entre otras cosas, son los que sugieren al piloto las rutas alternativas). Exigir a unos que cumplan las tareas de los otros iría en detrimento de la calidad del trabajo y, por consiguiente, de la seguridad de los vuelos.
Pero el plan de Sepi tiene otros puntos conflictivos que ponen en duda su eficacia para rescatar a Aerolíneas de la quiebra:
Se capitalizarían 650 millones, de los cuales los accionistas privados aportarían sólo el 85 por ciento. Pero en aquel monto incluyen 300 millones que ya habrían aportado en los últimos meses para cubrir gastos corrientes; otros 100 se destinarán a pagos a los proveedores y otros 250 millones cubrirán los déficit operativos futuros. Así planteada, la mentada capitalización es un dibujo contable, y no soluciona ningún problema de fondo, incluida la multimillonaria deuda que contrajo la gestión española.
El Estado no sólo tendría que aportar el 5 por ciento, sino perdonar deudas tributarias y previsionales, promover el levantamiento de un embargo por obligaciones con la DGI, propiciar una mayor flexibilización laboral y garantizar una clientela cautiva, por lo menos, la de los funcionarios públicos. Sepi también exige al gobierno que abarate las tasas aeroportuarias, algunas de las cuales son cobradas por Aeropuertos Argentina 2000. Esto también obligaría a encarar una negociación con el grupo Eurnekian, líder de ese controvertido consorcio.
Pero el plan español también amaga licuar la participación del personal, que tiene un 10 por ciento de acciones. Los gremios no tienen intenciones ni fondos para realizar un aporte equivalente a esta proporción, por esoapuestan a que el Senado sancione un proyecto avalado por Diputados que dispone la �intangibilidad� del programa de propiedad participada: los trabajadores conservarían intacta su participación, y el Tesoro nacional debería, tarde o temprano, hacerse cargo de lo que ellos no aporten.
Voces críticas al plan de salvataje |
�Inaceptable�
Alicia Castro Diputada de la Alianza
�El plan es inaceptable. Lo único que aparece es el achique. Después de nueve años de pésima gestión, el consorcio adjudicatario llevó a la compañía a su mínima expresión y a su vaciamiento material y humano. Desde los gremios aeronáuticos aportamos al Gobierno todos los elementos que podrían conducir a una investigación sobre una posible quiebra fraudulenta. La compañía ha sido vaciada a través de tercerizaciones hechas a favor de otras empresas del grupo; a través de la transferencia de todos los recursos técnicos a España, de vender los 30 aviones propios, de rematar todos los bienes en el interior del país así como las agencias del exterior. No se salvó ni el centro de entrenamiento de pilotos. Son muchos los elementos que podrían servir al Gobierno para determinar qué parte de la deuda de la compañía es legítima y cuál no. Los españoles han utilizado a Aerolíneas como un gran generador de deuda a favor de los propios bancos. Parece bastante irracional que achicando rutas Aerolíneas logre expandirse o salvarse. Esto es más de lo mismo.�
�Lamentable�
César Gatti Presidente de APLA
�Lo que ha ocurrido con Aerolíneas Argentinas es lamentable. Fue entregada sin pasivos y durante casi 10 años de gerenciamiento español fue sistemáticamente achicada, endeudada y vaciada. Hoy los pasivos son del orden de los 1000 millones. El nuevo plan continúa con el achicamiento, con la reducción de personal, de rutas y de salarios. Sólo servirá para prolongar la agonía. No hay una inyección de dinero fresco que permita el reequipamiento, por ejemplo, para tener aeronaves acordes a mercados cada vez más competitivos. Los españoles dicen que aportarán 600 millones, pero esos 600 millones ya están en la empresa. No se trata de una inyección de capital real, sino de manejos contables. Si esto sigue así el final es la indefectible salida del mercado. Tenemos una esperanza cierta de que el Gobierno no acepte este plan. Las asociaciones gremiales no lo aceptarán. La condición sine qua non para el rescate de Aerolíneas es de orden político y consiste en que la firma sea devuelta liberada de su pasivo. Es claro que nadie querrá administrar una compañía con 1000 millones de deuda.�
�Una estafa�
Ricardo Cirielli Personal Técnico Aeronáutico.
�El plan es la continuidad de lo que se ha hecho en los últimos 10 años. Los salarios ya están congelados desde el �91 y desde la privatización ya se eliminaron 5000 puestos de trabajo. Si las asociaciones gremiales y el gobierno argentino no se ponen firmes contra el Estado español Aerolíneas terminará quebrando. La intención de los actuales administradores es achicar para poder sobrevivir un período más y terminar de tercerizar lo poco que queda. Empresas del grupo Iberia han recorrido los talleres y los hangares de Ezeiza con el propósito de comprar. Las rutas de cabotaje están en la mira, porque las internacionales ya se cedieron. Aerolíneas viajaba a casi todas las capitales europeas, hasta hace poco viajaba sóloa Madrid y recién el año pasado se recuperó Roma. El plan es seguir deshaciéndose de rutas argumentando la falta de rentabilidad, pero quienes las toman inmediatamente las vuelven rentables. No sólo nos oponemos al plan propuesto, sino que pedimos que haya una investigación. Aquí hubo un robo, una estafa del Estado español hacia el argentino.� |
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