Por Ariel Greco
Con todas las intenciones de ganar y, si es posible, por una buena diferencia de gol para ir tranquilo a la revancha, Boca recibirá esta noche en la Bombonera al Palmeiras en el partido de ida por la final de la Copa Libertadores. Con la confirmación de la presencia de Guillermo Barros Schelotto desde el arranque por la lesión que sufrió Marcelo Delgado y la probable inclusión de Martín Palermo entre los suplentes, Boca se jugará su primera gran carta, aunque los integrantes del plantel coinciden en que con un triunfo por cualquier diferencia van conformes a San Pablo a intentar ganar la tercera Libertadores en la historia del club.
Precisamente, una de las figuras del equipo de Boca que ganó las Copas de 1977 y 1978, Ernesto Mastrángelo, analizó para Página/12 qué puede suceder esta noche.
�Boca tiene muchas posibilidades de quedarse con la Copa. Los jugadores saben que es una gran chance para coronar todo lo bueno que hicieron a nivel local, y Boca necesita ganar un título internacional. Claro que Palmeiras es un rival difícil, que sabe jugar tanto de local como de visitante y cuenta con jugadores de mucha experiencia en este tipo de definiciones.
�Se habla mucho de la diferencia que debe sacar Boca como para ir tranquilo a Brasil. ¿Se puede lograr una ventaja decisiva?
�Para mí ninguno de los dos partidos va a ser de muchos goles. Son dos equipos grandes que además están acostumbrados a ganar, por lo que difícilmente entreguen las ventajas que dan otros rivales con menos historia. A Palmeiras no le va a pasar lo mismo que al América, que casi ni vino a la Bombonera y en 20 minutos perdía 3-0. Y en Brasil, Boca también puede hacer un gran partido, porque a sus jugadores tampoco les pesa jugar de visitante. Por eso, más que la diferencia, lo importante es ganar.
�¿Pero en Brasil se puede sostener apenas un gol?
�Allá siempre se complica, pero hay que tener en cuenta que ellos también sienten cuando enfrentan a un equipo argentino. A los dos les pesa. Es cierto que son pocos los clubes argentinos que ganaron en Brasil, pero Boca puede sacar un empate sin problemas. Y así como a nosotros nos cuesta jugar allá, a ellos se les complica cuando vienen a Buenos Aires.
�¿Cuánto puede influir que juegue Palermo?
�La presencia de Martín es fundamental, porque te asegura un gol por partido, ése es su promedio. Como compañero vos jugás tranquilo, sabés que a la larga un gol va a meter. Y como rival también pesa mucho, porque por más que lo marques, en cualquier desconcentración te convierte. Psicológicamente también puede ser muy importante que ingrese en el segundo tiempo. Aunque Boca no vaya ganando, su ingreso va a ser una inyección de ánimo para sus compañeros y una preocupación extra para los rivales.
�¿Hay alguna similitud entre este Boca y el que usted integraba?
�Más allá de las diferencias lógicas de estilo, los dos tienen una gran virtud muy similar: juegan simple. Todos saben que Guillermo le tira centros a Palermo, pero nadie puede evitarlo. Con nosotros pasaba lo mismo. Cada vez que la agarraba Zanabria me la tiraba a mí para que hiciera el gol. Era una fórmula repetida, pero siempre se daba.
La lesión de Delgado
La distensión en el recto anterior de la pierna izquierda que sufrió Delgado prácticamente confirmó la presencia del Mellizo Guillermo en el ataque, una de las dudas que mantenía Carlos Bianchi. En cambio, el técnico se decidió por Antonio Barijho para el arranque, dejando a Palermo en el banco de suplentes para hacerlo ingresar durante el segundo tiempo. La otra incógnita es la presencia de Julio Marchant, que se recupera de ungolpe del partido ante el América. Si el juvenil volante no se recupera, su lugar lo ocupara Sebastián Battaglia.
A lo largo de la Copa, Boca y Palmeiras tuvieron dos rivales en común, Peñarol y El Nacional de Ecuador, aunque en instancias diferentes. En la primera fase, el equipo de Carlos Bianchi enfrentó a los uruguayos con un empate y una victoria: 0-0 en Montevideo y 3-1 en la Bombonera. En cambio, en octavos de final Palmeiras eliminó a Peñarol por penales, luego de caer 2-0 en el Centenario y ganar 3-1 en el Parque Antártica. La situación inversa se dio con El Nacional, rival de los brasileños en la ronda inicial y equipo al que Boca dejó en el camino en octavos. En Quito, Palmeiras perdió 3-1, mientras que Boca rescató un 0-0. Como locales los dos obtuvieron sendas goleadas. El conjunto de Scolari ganó 4-1 y Boca venció 5-3.
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