Por Mariana Carbajal
En un fallo que sentará un importante precedente, la Cámara Civil y de Familia de la ciudad cordobesa de Cruz del Eje ordenó ayer la �restitución inmediata� de una beba que había sido quitada a sus padres como consecuencia de su extrema pobreza y entregada a otro matrimonio para ser adoptada. El tribunal declaró la �nulidad absoluta� de la polémica resolución firmada en diciembre por la jueza de Menores de esa misma ciudad. �No encontramos en el expediente ninguna prueba que justifique semejante decisión. El derecho natural indica que los chicos deben estar con sus padres. La adopción es una salida de excepción y como tal hay que fundamentarla muy bien, algo que no hizo la magistrada. Evidentemente, fue un error judicial�, señaló a Página/12 el camarista Ricardo Seco, presidente del tribunal. Según estableció la Cámara, la niña debe ser devuelta a sus padres en el término de 48 horas.
El �error judicial� provocó que la niña, que el 9 de julio cumplirá su primer año de vida, haya pasado más de la mitad de su corta vida lejos de su familia de origen. Y, paradójicamente, ahora sufra una segunda pérdida, al desprenderse del matrimonio que la recibió en guarda para una futura adopción y la crió en los últimos seis meses. La pareja es de la capital cordobesa.
�El decreto que confiere la guarda no tienen ningún fundamento. Por eso lo anulamos. La desnutrición pudo existir, pero no es una causa suficiente para separar a un hijo de sus padres. Tiene que probarse muy bien que está en peligro su vida y en el expediente no encontramos ninguna fundamentación�, precisó Seco.
El caso desató una fuerte polémica la semana pasada, cuando se conoció el reclamo de Teresa Avila, quien denunció que la jueza de menores de Cruz del Eje, Susana Guastavino, le había quitado a su hija menor sin su consentimiento y por ser pobre. Ante la sugerencia de una monja que trabaja en su barrio, Avila había llevado a la beba al hospital Aurelio Crespo porque tenía un cuadro de desnutrición. �Yo no tenía leche de pecho para darle. Ella estaba enfermita, pero yo no quería llevarla al hospital porque sentía bullas de los vecinos que me la iban a quitar. Pero la hermana Theresa me dijo que no tuviera miedo�, contó la mujer. Sus temores se cumplieron. El 30 de diciembre, la jueza Guastavino firmó la entrega en guarda de la pequeña. Argumentó que sus padres biológicos �no estaban en condiciones materiales ni económicas para su crianza y educación�. Avila tiene 35 años y su marido, Matías Díaz, 40. Ambos son analfabetos, tienen otros cinco chicos, y viven en condiciones de extrema pobreza.
La semana pasada, la magistrada defendió su resolución. Dijo que no se fundamentaba en la escasez de recursos de la familia, sino en que había constatado �negligencia� en la atención de la criatura. Ayer, la Cámara Civil y de la Familia de Cruz del Eje declaró �la nulidad absoluta� de aquella medida y ordenó la �restitución inmediata� de la menor a sus padres biológicos, en un plazo no mayor a 48 horas. El tribunal fijó que la devolución de la niña se haga bajo la supervisión de un juez subrogante (es decir, que reemplace a Guastavino), y ante la presencia de un médico forense, y la asistente social y psicóloga del tribunal. �Previo examen médico del estado de salud de la criatura, e informe psicológico y social de las condiciones en que la reciben sus padres y dónde y cómo vivirán, procederá a entregárselas�, estableció la sentencia. �El fallo es muy importante porque éste no es un caso aislado. Hay otros padres que han perdido a sus hijos por ser pobres�, consideró el abogado Adolfo Quattrocchio, representante legal de Avila y Matías. �Lamentablemente, el Estado tendría que ayudar antes a estas familias�, agregó el letrado. A raíz de la trascendencia del caso, el gobierno de la provincia de Córdoba convocó a la mujer a trabajar en un programa de comedores comunitarios, por 200 pesos mensuales. Además, recibirá capacitación sobre cómo cuidar mejor a sus hijos. En los próximos días,por otra parte, se mudarán a una casa nueva, construida por la fundación en la que trabaja la hermana Theresa.
Una cruz en caída libre
Una cruz de ocho metros y casi dos toneladas de peso cayó desde una de las cúpulas de la Basílica de Luján sobre la escalinata lateral del templo y se enterró un metro en el piso. El desmoronamiento se produjo durante las primeras horas de ayer, cuando la iglesia estaba desierta. Junto con la cruz se desplomó también una imagen de la Virgen, que sólo podía verse a través de un telescopio porque se encontraba a más de 100 metros de altura. A pesar de las continuas refacciones y el mantenimiento que se proporciona a la catedral, el viento que sopló a la madrugada alcanzó para derribar la cruz del templo que empezó a construirse en 1887 y quedó concluido en la década del �30.
Al filo de la medianoche, en el sector donde la gente sube las escalinatas de rodillas o mantiene sus manos juntas y sus ojos cerrados, una mole de 1700 kilos en caída libre se enterró un metro en el piso, rompiendo mármoles y baldosas. �Es un milagro de Dios y la Virgen que en ese momento no hubiera nadie, porque por la tarde es el lugar más transitado por los fieles�, comentó Carlos Pucheta, párroco del templo. �Anoche soplaba un poquito de viento norte, que si hubiera sido del sector sudeste, hubiera roto parte de la ornamentación del frente de la Basílica�, admitió, conmocionado.
La cruz estaba ubicada exactamente a 106 metros de altura, medía seis metros de alto y tenía un madero horizontal de tres. Una imagen de la Virgen, fabricada en metal, completaba el ornamento. |
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