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La Bombonera estuvo llena, pero largo rato silenciosa 
Vasco, por favor, quedate un poquito

Boca jugó por debajo de lo que esperaba la multitud y no consiguió la victoria para la que había hecho algunos pocos méritos más que un Palmeiras prolijo. Dos veces Arruabarrena �la figura� sacó ventajas, pero los brasileños empataron a través de Pena y Euller.

El Vasco Arruabarrena grita su primer gol y Boca sueña con una victoria que se le negaría dos veces.


t.gif (862 bytes) Decepción es una buena palabra para describir la sensación que dejó la primera final ante el experimentado Palmeiras entre los esperanzados boquenses. El equipo no sólo no anduvo sino que quedó de algún modo en deuda. Nunca encontró el partido, tuvo una mala noche Riquelme, su conductor, y la fórmula Guillermo-Palermo no llegó a cuajar en el rato que estuvieron juntos. Tal vez sólo la proyección de los laterales haya estado en el nivel que la circunstancia necesitaba: Arruabarrena e Ibarra hicieron lo suyo con fe y criterio. No alcanzó para sacar diferencia y ahora habrá que ir a San Pablo, por lo que se vio anoche, a sufrir. 
Mal primer tiempo jugaron Boca y Palmeiras. Ambos, por debajo de lo que pueden, en un �partido de Copa� casi desagradable. Palmeiras, previsiblemente, vino a mirar qué pasaba. Boca, teóricamente, con Battaglia en lugar de Marchant, reforzando la capacidad de corte y contención por los costados y delanteros mulettos. El planteo de los de Bianchi o mejor, el de Bianchi para su equipo, fue conservador en el sentido literal: conservar, no poner toda la carne en el asador sino ponerla en conserva, o sea, conservarla en el banco (en este caso, de suplentes). Y parecía que le podía ir bien: no en el juego pero sí en el resultado �ya que la embocó una vez� durante un rato. Hasta que Palmeiras igualó. Y fue como si no se hubiera jugado, exactamente.
Porque todo fue muy repetido y anunciado. Un Boca incapaz de juego corto en la ofensiva, de la maniobra elaborada, trató de recuperar rápido en el medio para dársela a Riquelme y esperar que éste resolviera. No pudo hacer demasiado. Todo consistió en �conseguir� faltas cerca del área y tratar de embocar con pelota detenida. Hubo un primer disparo que exigió a Marcos y algún otro que se fue por encima del travesaño, pero el resto fueron centros que nadie aprovechó. 
Así, el panorama de Boca fue muy sombrío y lo que trasuntaba la producción del equipo no llegaba a calentar a las tribunas, que durante largos lapsos permanecieron silenciosas. La vocación ofensiva de Arruabarrena y en menor medida Ibarra durante ese primer tiempo y sobre todo en el segundo permitieron quebrar la impotencia para producir llegadas. 
En el segundo, el trámite fue similar, aunque más acusado, ya que Boca se jugó más con Palermo y sobre todo Guillermo, que empezó muy bien para terminar protestando, mientras Palmeiras tenía más espacios para la contra. Y otra vez pasó lo mismo: Boca llegó con pelotazo y dos toques en el área terminados por Arruabarrena, y los brasileños metieron la mejor contra de la noche por su mejor jugador. Después de eso, sólo las guapeadas de Ibarra �un buen remate� y de Gustavo arriba. Pero no era la noche.
El árbitro Méndez fue duro en el medio campo y evasivo en las áreas. Bien de Copa, como todo.


Los cuatros goles del partido

1 a 0. A los 21 minutos del primer tiempo, Boca se puso en ventaja. El pibe Giménez apareció por la izquierda y frente a la marca del lateral metió el centro cruzado, muy alto, sobre el otro lado. Battaglia, en el vértice del área chica le ganó la posición a Juniors y la volvió a cambiar hacia la izquierda, para Arruabarrena, que esperaba sin marca, en posición adelantada. El Vasco le pegó con el parietal izquierdo y la mandó al fondo del arco. 
1 a 1. Sobre el final del primer tiempo los brasileños alcanzaron el empate. Un tiro libre de Rogerio cayó en el medio del área de Boca y Pena peinó hacia atrás, ganándole en el salto a Arruabarrena que lo estaba marcando. Córdoba reaccionó cuando la pelota se le metía por sobre su cabeza en la red. Fue una catarata de agua helada que cayó sobre la Bombonera y mantuvo las tribunas calladas en todo el entretiempo. 
2 a 1. Sobre los 16 minutos de la etapa final, los boquenses volvieron a desequilibrar. Después de un par de rebotes, Gustavo Barros Schelotto metió el centro de izquierda a derecha. Bermúdez paró el balón con el pecho y sacó un violento derechazo. La pelota se iba a afuera, pero otra vez el Vasco Arruabarrena entró en la escena para tocar la pelota. A un par de metros del arco convirtió el gol que desató un nuevo carnaval en la Bombonera. 
2 a 2. Boca era más y buscaba el tercer gol, pero los brasileños también hacían lo suyo y en vez de arrinconarse contra las cuerdas sacaban una mano de tanto en tanto. Ocurrió entonces a los 28 minutos del segundo tiempo que Euler se fue sobre la izquierda, metió una espectacular gambeta que dejó como una estaca a Bermúdez y sacó el remate cruzado al segundo palo. El arquero boquense esta vez no pudo hacer nada. Fue el 2 a 2 definitivo, el que le da media copa a los brasileños.

 

 

uno por uno

Euller: todo bien y un golazo 
Por Ariel Greco 

Marcos: (7) Estuvo muy seguro tanto de arriba como de abajo. No tuvo responsabilidad en los goles de Boca y fue importante porque manejó los tiempos.
Nemem: (4) No tuvo problemas durante el primer tiempo, pero la entrada del mellizo Guillermo lo complicó y mucho. Nunca lo pudo parar salvo con golpes.
Argel: (6) Firme en el fondo y no tuvo inconvenientes para revolearlo cuando fue necesario.
Roque Junior: (6) Se le complicó con el ingreso de Palermo, debió recurrir a la falta sistemáticamente para pararlo aunque de arriba fue una garantía.
Junior: (5) No fue tan eficaz con sus subidas, ya que lo hizo poco y no del todo bien. Falló en el primer gol de Boca.
Rogerio: (6) Cumplió en el trabajo de ensuciar el partido. Casi no pasó al ataque pero estuvo acertado en lo suyo.
César Sampaio: (7) Una de las figuras brasileñas. Fue el patrón de la mitad de la cancha y anuló a Riquelme. Con eso fue suficiente.
Galeano: (6) Puso mucha voluntad, esfuerzo y también piernas fuertes. Importante la recuperación y la tenencia de la pelota.
Alex: (6) Tan talentoso como discontinuo. Cada vez que apareció creó peligro pero hizo muy poco. Uno de sus zurdazos pegó en el travesaño.
Euller: (8) El mejor de Palmeiras y de la cancha. Complicó tanto por derecha como por izquierda. Fue incisivo con la gambeta y además metió un golazo.
Pena: (6) Se estacionó entre los centrales y no tuvo demasiada movilidad. Igual cumplió con el cabezazo del gol.


Arruabarrena y poco más
Por J. J. Panno 

Córdoba: (5) Intervino poco. En el primer tiempo le llegó dos veces y una fue gol. En el segundo gol de Palmeiras no tuvo nada que ver.
Ibarra: (7) Bien en las proyecciones. Llegó dos veces a posición de gol sobre todo una en el segundo tiempo que le sacó el arquero. 
Bermúdez: (6) Impuso su presencia en las pelotas aéreas, pero quedó parado como poste en la jugada de Euller del segundo gol brasilero. 
Samuel: (5) Flojo. Mal cuando salió hasta la mitad de cancha a cortar. Cometió demasiadas infracciones y las veces que salió jugando con pelotazos.
Arruabarena: (8) La figura. Muy vivo en los dos goles. Tuvo el olfato de un delantero y definió bien las dos veces. También sacó una pelota sobre la línea en el segundo tiempo. Muy buen partido, el mejor del equipo.
Battaglia: (6) De ida y vuelta por el carril derecho. Mejor en el primer tiempo que en el segundo como todo el equipo. Participó en el primer gol.
Traverso: (6) En el primer tiempo fue el dueño de la zona central con mucha noción de tiempo y distancia. En el segundo se descontroló mucho.
Riquelme: (5) Otro de los que anduvo muy por debajo de su nivel cuando Boca más lo necesitaba. Es cierto que los brasileños se turnaban para pegarle, pero también es verdad que no tuvo precisión casi nunca. 
Gustavo Barros Schelotto: (5) Metió demasiados pelotazos. Luchó mucho para recuperar la pelota y nunca supo qué hacer con ella. Lo mejor fue un remate de media distancia en el segundo tiempo. 
Giménez: (5) Se destacó más por su espíritu de colaboración para defender que por sus aportes ofensivos y ésa no es su tarea específica.
Barijo: (4) Voluntarioso como siempre pero sin peso. No ganó nunca de arriba salvo en los corners de Palmeiras.
Guillermo Barros Sccheloto: (6) Empezó bien desbordando por las dos puntas, terminó tirándose y protestando todo.
Palermo: (5) Jugó demasiado lejos del arco. Hizo lo que pudo. No estuvo en ninguna situación clara de gol.

 

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