Por Mariana Enríquez
Cuando la serie �Buffy, la cazavampiros� se estrenó en Estados Unidos en 1997 fue recibida con un generalizado escepticismo. Sobre todo porque era una secuela televisiva (y tenía el mismo guionista) de una olvidable película de 1992 con el mismo título, que fue ignorada por el público y destrozada por los críticos. Y además porque era difícil confiar en una serie para adolescentes donde la protagonista salía con su estaca todas las noches, era amiga de un hombre lobo y mientras tanto se las arreglaba para ser la más popular en la escuela secundaria. Pero �Buffy...� (que se ve en el canal Fox los viernes a las 12, 19.30 y 1) terminó su primera temporada siendo la mimada de los críticos. Acaso por eso empezó a convertirse en una serie de culto al comenzar la segunda temporada. En un fenómeno con varios antecedentes, en la tercera y cuarta temporada dio un salto cuantitativo, hasta convertirse en una de las 10 series más vistas en Estados Unidos. Para los críticos, que la defendieron desde el principio, el motivo es simple: Buffy, a pesar de todos sus elementos fantásticos, es un retrato más realista de la adolescencia que el que se presenta en series estilo vida real como �Dawson�s Creek�, �Felicity� o, en su momento, �Beverly Hills 90210�. Porque no subestima al público al que se dirige dando explicaciones y planteando diálogos reveladores, y porque señala que crecer es luchar con monstruos y tratar de vencerlos. Que la adolescencia, en fin, puede ser aterradora.
El atractivo de la serie, dice el guionista Joss Whedon, es que �habla claramente de la experiencia de la secundaria, que es algo de lo que es difícil recuperarse. A esa edad, todo parece importante. Cuando yo estaba en la secundaria, mi vida interior era enorme, oscura y rara, y por supuesto dramática, y por eso esta serie parece realista. Tratamos de hablar con los chicos, no sólo dirigirnos a ellos�. Para Whedon, las series para adolescentes caen en dos categorías. �O bien son del estilo �estamos obsesionados por los problemas� o bien son del tipo �estamos obsesionados por el sexo�. Y en cada episodio, hay un mensaje. Por ejemplo: �Hoy X aprende que el racismo está mal�. Eso es terriblemente aburrido�.
�Buffy la cazavampiros� es cualquier cosa menos aburrida, y sus elementos de terror clase B son los que además lograron el crossover de la serie hacia audiencias adultas. El planteo es relativamente simple: Buffy es una chica californiana, rubia y porrista (Sarah Michelle Gellar) que vive en un barrio llamado La boca del infierno que es, precisamente, una entrada al infierno. Su destino en la vida es matar demonios, y los demonios en este mundo son vampiros. En la escuela lleva una vida relativamente normal, pero todas las noches hace una ronda empuñando una estaca y luchando contra los no muertos. La acompañan Willow (Alison Hannigan), una bruja adolescente; Xander (Nicholas Brendon), una suerte de nerd, y, antes de su partida de la serie, Oz (Seth Green), un chico que, de noche, se transforma en Hombre Lobo. Hay personas que se convierten en mantis religiosas, estudiantes de intercambio que resultan ser momias peruanas y fiestas de graduación visitadas por demonios asesinos.
El momento más dramático de las series se vivió cuando Buffy tuvo la desgracia de enamorarse de Angel (David Boreanaz), un demonio/vampiro que había sido enormemente cruel hasta que por un sortilegio le fue devuelta su alma: Angel volvió a ser bueno y decidió unirse a Buffy en su lucha, pero se enamoraron. El sortilegio decía que si Angel vivía un momento de felicidad volvería a perder su alma, y eso sucedió cuando tuvo sexo con Buffy. Nuevamente villano, Angel procedió a desencadenar el fin del mundo, y Buffy se vio obligada a enviarlo nuevamente al Infierno. Angel volvió a la tierra, con su alma repuesta, pero ya alejado por decisión mutua de su novia: y la solución apareció en forma de spin-off, es decir, una nueva serie que se llama �Angel� (también por Canal Fox los viernes a las 13, 21 y 2), donde el vampiro bueno milita en el bando del bien en Los Angeles. �Angel� es más convencional y menos graciosa que �Buffy�, pero como toda secuela tiene sus seguidores entre los que odiaron ver desaparecer al personaje más popular de su serie favorita.
Pero fue en ésta, su última temporada, con los protagonistas de la serie ya cursando en la Universidad, cuando �Buffy, la cazavampiros� armó el revuelo más grande desde su estreno en marzo de 1997. Willow, la bruja adolescente amiga de Buffy, decidió declararle su amor a su mejor amiga, Tara. Un crítico del New York Daily News sostuvo que se trata de la primera vez en que en la televisión se vio �un desarrollo claro y creíble en la sexualidad de un personaje� de una serie.
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