Por Sergio Moreno y Eduardo Tagliaferro
 Los dos funcionarios que hablaron con Página/12 relataron el mismo hecho pero con distinto énfasis. Ambos relatos coinciden en que Fernando de Santibañes ofreció a Fernando de la Rúa su renuncia al cargo que ocupa en el Gobierno por el tenor y la gravedad de las críticas que desataron sus últimas declaraciones sobre la necesidad de profundizar el ajuste. Lo hizo el viernes pasado, por la noche, en una cena que compartieron en Olivos y el Presidente no se la aceptó. Los relatos difieren en el tono: el primero sostiene que De la Rúa no aceptó la renuncia demostrando el fastidio que causaron los dichos del ex banquero. Ante la sugerencia el Presidente respondió: �Este no es el momento�. El segundo relato, obviamente surgido de un funcionario más cercano al jefe de los espías, da cuenta de una charla entre amigos, de la disposición de De Santibañes a no poner trabas en la gestión aliancista. Y que De la Rúa disolvió en el aire la iniciativa de su funcionario sin dejar que termine de exponer su objetivo.
Lo cierto es que el Señor 5 sigue en su cargo. Herido, pero en funciones. Los magullones surgen de su seguidilla de declaraciones pidiendo más ajuste al ajuste que produjeron un enfriamiento en la relación política con el Presidente, a quien conoce desde hace más de veinte años, con quien se dispensa un trato que De la Rúa no ofrece a ningún otro funcionario, pero que ahora le prohibió hacer más declaraciones a la prensa.
Tal enfriamiento primero fue fuego, derramado como lava en varios episodios puntuales que tuvo a De la Rúa como protagonista:
 El martes 6 de junio, a dos días de la última aparición en el diario La Nación del pensamiento vivo del ex banquero, y un día después de la llegada del Presidente de su viaje a Alemania, el secretario de Cultura y Comunicación de la Nación, Darío Lopérfido, emitió un comunicado de inusitada dureza: �No hay interferencias en este gobierno y el Presidente resuelve los temas con sus ministros. El Presidente desconoce lo que allí se menciona (en el artículo del diario) y son temas ajenos a la competencia del jefe de la SIDE�.
Al día siguiente, el vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez calificó al jefe de la SIDE de �fundamentalista� frente a De la Rúa en plena reunión de gabinete. �No puede ser que nosotros hagamos un esfuerzo con las últimas medidas (ajuste) y que de repente venga un fudamentalista y complique todo�.
La bancada de senadores de la Alianza, en su mayoría radicales, estuvo a punto de bajar al recinto un proyecto (que había sido presentado) de repudio institucional al jefe de los espías. El peligro de �contagio� a sus pares de Diputados fue, en ese momento, tan alto como inminente. Los bloques de senadores y diputados nacionales del peronismo habían adelantado que acompañarían con su voto el repudio si es que la Alianza lo sometía a tratamiento. El propio Presidente debió levantar el teléfono y hablar con dos senadores de su partido para evitar que el proyecto se votara. Así, jugando su nombre, evitó lo que hubiese sido un repudio institucional del Parlamento a su amigo desbocado.
El viernes pasado, mientras De Santibañes preparaba las maletas para acompañar a la comitiva argentina en la gira presidencial por Nueva York y Washington, desde el Gobierno informaban a Página/12 que �el jefe de la SIDE no forma parte, ni nunca formó parte, de la delegación�. El ex banquero fue bajado brutalmente del avión, según confiaron a este diario dos miembros del gabinete.
De Santibañes acusó recibo de los golpes, tal vez por el asombro que le produce reconocerse convertido en un político de alto perfil mediático -actividad bastante poco recomendable para un jefe de espías�, tal vez por la agresividad que despertaron sus posiciones públicas en el sector político del Gobierno. El ex banquero supo erigirse como una voz pretendidamente calificada de las posiciones más duras del establishment financiero vernáculo y cada una de sus apariciones apuntó a reafirmar el ideario más crudo del sector. Más que jefe de la SIDE, De Santibañes se ungió en ombudsman económico de un gobierno que en más de una oportunidad ha hecho esfuerzos por mantener la integridad y confianza de su ministro de Economía, José Luis Machinea.
Todos estos episodios llegaron a su clímax el pasado viernes por la noche, en Olivos. De Santibañes acababa de enterarse de que no había lugar para él en la comitiva presidencial que viajaría a Estados Unidos. Del episodio que allí ocurrió, Página/12 obtuvo dos versiones, diferenciadas por sus matices:
Un funcionario con buena llegada a ambos actores del episodio lo relató de esta manera: �De Santibañes, cansado y un poco deprimido, le ofreció la renuncia al Presidente. De la Rúa, que sabe de oportunidades, se la rechazó con fastidio. �Este no es el momento�, le dijo�.
Otro miembro de las cercanías del poder quitó dramatismo al episodio: �De Santibañes habla con De la Rúa como lo que es, un amigo de siempre. Le dijo que él no quería poner piedras en el camino del Gobierno y que si consideraba (el Presidente) que tenía que dar un paso al costado... De la Rúa no lo dejó terminar, y ahí quedó todo�.
Las coincidencias entre las dos versiones: el Señor 5 ofreció irse, De la Rúa le dijo que no. Conclusión: el Señor 5 aún forma parte del gobierno de la Alianza. De la Rúa no es adepto a pedir ni a aceptar renuncias de sus funcionarios. El caso más extremo fue el del ex titular de la AFIP, Carlos Silvani, que limpiaba su escritorio cuando el Presidente seguía negando su salida desde Berlín. Además, el Gobierno no parece en condiciones de producir semejante recambio en sus filas, a apenas seis meses de gestión, con un duro ajuste en marcha e indicadores económicos más austeros de lo que esperaba. Este marco no fue considerado apropiado ni siquiera para la salida de un funcionario que no goza de los favores presidenciales, como el titular de la Anses, Melchor Posse, y mucho menos aún de De Santibañes, estandarte de los centuriones del mercado.
No obstante, dos altos funcionarios de la SIDE desmintieron a este diario la renuncia de su jefe, que no quiso hablar a pesar de las consultas y que, oportunamente, emprendió un viaje de semivacaciones en el exterior. �No renunció ni va a renunciar �dijo uno de los consultados�. El episodio (la renuncia), simplemente, no existió�. El otro directivo que habló ayer con Página/12 fue más expansivo: �(De Santibañes) se fue a Chicago, después a Stanford y finalmente mantendrá reuniones con el BND (el servicio de inteligencia alemán), con lo cual, parte de su viaje son vacaciones y parte es trabajo. Cuando vuelva va a seguir en su silla, trabajando, como hasta ahora. La supuesta renuncia nunca se produjo�, categorizó.
Como si todo esto no alcanzara, un miembro del gabinete que goza de la confianza y de un trato especial por parte de De la Rúa, aportó un dato extra:
�El Presidente está realmente enojado con las declaraciones de De Santibañes. Cuando sea oportuno, a mediano plazo, dejará la SIDE, se va a otro lugar donde no haga daño �disparó.
�En cualquier lugar del Gobierno, De Santibañes va a seguir siendo un celador de la marcha de la economía �ensayó este diario.
�No va a estar en el Gobierno. Va a ir a una fundación, algo armado a tal efecto, algo así como el Consejo de Asesores que él quería antes de que lo nombraran en la SIDE. Se verá.
�¿Esto se lo confió el Presidente o es algo que usted cree que ocurrirá?
�Yo sé que esto es lo que piensa el Presidente.
Los grandes éxitos del
amigo del Presidente
El nombre de Fernando de Santibañes se convirtió en sinónimo de crisis dentro del Gobierno desde el día en que el jefe de la SIDE, ex banquero y amigo personal de Fernando de la Rúa, tuvo un discurso más que ambiguo sobre la gestión del ministro de Economía, José Luis Machinea. A partir de entonces y hasta la semana pasada, De Santibañes siguió un derrotero que terminó por dejarlo abajo del avión que llevó al Presidente y su comitiva a la gira por Estados Unidos. Y a ofrecer su renuncia.
De Santibañes disparó el 18 de mayo pasado la crisis más seria que debió soportar Machinea con algunas de sus definiciones en el programa �Fuego Cruzado�, conducido por Marcelo Longobardi en el canal del Estado. Allí dijo que �es claro que (la economía) está en problemas. No se cumplió con la reducción del gasto prometido� y señala que �se acabó el tiempo de los engaños. Hay que decir la verdad: no se puede seguir con este déficit�. Aclaró, de todos modos, que �Machinea está muy firme en su puesto� y considera que �hablar de eventuales cambios no es razonable�.
�Me siento apoyado por el Presidente, por los ministros y, en particular, por Fernando de Santibañes�, sostuvo al día siguiente Machinea, aunque en el Gabinete se había instalado una crisis que profundizó la división entre las alas �política� y �económica�.
De Santibañes explicó que sus palabras fueron mal interpretadas y aseguró que no era su intención voltear a Machinea, pero admitió que el Gabinete está dividido entre economistas y políticos. �Lo que veo es la dificultad de la clase política de leer el problema�, apuntó a favor de los economistas.
Las declaraciones de De Santibañes tienen que ver con su tesis de que el Gobierno debe sobreactuar la crisis económica para justificar nuevos ajustes que conduzcan al déficit cero.
Una semana después del lanzamiento del último ajuste y del recorte salarial en el sector público, De Santibañes pidió más. �Perdimos Télam y perdimos la imprenta del Congreso. Hablé con Machinea y estuvimos de acuerdo en que por cada cosa que nos quitaron tendrán que compensar con otro�, declaró a La Nación y, a propósito de la crisis social, agregó que �en las provincias sobra gente�. En el equipo económico dejaron trascender su malestar frente a tales expresiones y calificaron al jefe de la SIDE como �el vocero del ala neoliberal del Gobierno�.
El malestar no es patrimonio exclusivo de Economía, sino que se generalizó dentro del Gobierno y de la Alianza. Entre los funcionarios arrecian las críticas contra De Santibañes, y el vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez no dudó en calificarlo como un �fundamentalista�. El diputado frepasista Rafael Flores pidió su renuncia, mientras que su compañero de bloque José Vitar lo comparó con el ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz.
El propio De la Rúa desautorizó las nuevas declaraciones de De Santibañes. �El Presidente desconoce lo que allí (en la nota) se expresa y son temas ajenos a la competencia del jefe de la SIDE�, aclaró en un comunicado difundido en la Casa Rosada.
De Santibañes se refugia en las tareas propias de la SIDE, mientras en el Senado el bloque radical impulsó una declaración de repudio hacia su persona. El propio De la Rúa frenó ese proyecto, pero decidió no llevarlo consigo a Estados Unidos porque su presencia se convirtió en un problema. De Santibañes emprendió otro viaje al exterior del cual recién regresará a fin de mes.
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