Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Primatesta abrirá su �espacio�
para el avance del diálogo social

En claro desafío a la cúpula episcopal, Primatesta arma un escenario de diálogo con sindicalistas, empresarios y Gobierno.

Criterio: La cúpula del Episcopado considera que la Iglesia debe tomar distancia de las conversaciones impulsadas por el Gobierno.

Monseñor Raúl Primatesta, presidente de Pastoral Social.
Sigue su postura de desafiar a la primera línea de la jerarquía.


t.gif (862 bytes) El cardenal Raúl Primatesta ofrecerá este fin de semana un �espacio� para que representantes del Gobierno, de la oposición, sindicalistas y empresarios avancen en el diálogo social. La iniciativa del presidente de la Pastoral Social marca una clara diferencia con la postura de la cúpula del Episcopado, que considera que la Iglesia debe tomar distancia de las conversaciones impulsadas por el Gobierno. Si todo avanza de acuerdo con lo previsto, Primatesta hará su ofrecimiento durante las jornadas de la Pastoral Social que hoy comienzan en Mar del Plata, a la que están invitados el vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez, varios ministros de la Alianza, el ex presidente Raúl Alfonsín, los titulares de las tres centrales obreras y el de la Unión Industrial Argentina. 
Aunque los obispos coinciden en la preocupación porque exista un espacio de diálogo social, mantienen fuertes diferencias de criterio sobre si la Iglesia debe o no constituirse en el escenario para esas conversaciones, y en el rol que debe cumplir. 
Hace apenas dos días, desde la Conferencia Episcopal Argentina que preside monseñor Estanislao Karlic, se anticipó que la Iglesia se autoexcluirá del diálogo social, por considerar que �no mantiene conflicto alguno ni con el Gobierno, ni con los sindicatos, ni con los empresarios, para sentarse a conversar sobre cuestiones de índole económicas, políticas o sociales�. En ese ámbito se espera que los representantes de la Iglesia sean convocados por el Gobierno en última instancia, al final de la ronda entre los distintos sectores políticos y sociales, para tomar cuenta de lo que se habló, pero manteniéndose a la vez un por encima de cualquier parcialidad o sector.
Las jornadas de Mar del Plata, en las que Primatesta dará su respaldo al diálogo social, reflejarán a su vez cómo quedaron las relaciones entre los obispos después del cimbronazo que desató el secretario general de la Pastoral Social, Guillermo García Caliendo, al hablar en la marcha contra el FMI del 31 de mayo, en la que el titular de la CGT rebelde Hugo Moyano habló de organizar una desobediencia fiscal. 
Después de aquel episodio, García Caliendo fue desautorizado por el Episcopado, por lo que presentó su renuncia. Y aunque no hay todavía una respuesta definitiva sobre su situación, el conflicto sobre su permanencia en el cargo sigue latente. 
Como eco de esta situación, es muy probable que ni el presidente de Cáritas Jorge Casaretto ni el obispo de Zárate-Campana Rafael Rey participen del encuentro de la Pastoral Social. El secretario cuestionado coordinará el sábado un panel sobre �Trabajo y solidaridad�, que tendrá como protagonistas a Jesús Rodríguez y al ministro cordobés Hernán Olivero. 
El encuentro estaba previsto desde antes de la marcha contra el FMI. Con la vista puesta en generar espacios de diálogo multisectorial, la Pastoral invitó a representantes de todo el arco político y social. Además de Alvarez y de Alfonsín, también fueron convocados el jefe de Gabinete Rodolfo Terragno, los ministros de Economía José Luis Machinea, de Trabajo Alberto Flamarique y el jefe de asesores de Economía Pablo Gerchunoff. Hasta ayer, ninguno de ellos había confirmado su asistencia. 
Los obispos también esperan la presencia de Rodolfo Daer, de la CGT oficial, Hugo Moyano, titular de la central rebelde y Víctor De Gennaro, de la CTA. También incluyeron en el listado a figuras de peso dentro del empresariado, como el presidente de la Unión Industrial Argentina Osvaldo Rial y Eduardo Escasany.


opinion
Por la Comisión Interna *

La Biblioteca del Congreso

Demasiadas veces los empleados de la Biblioteca del Congreso de la Nación �los que trabajamos diariamente� venimos siendo blanco de la crítica periodística que hoy hace sospechar una campaña con fines de racionalización generalmente ajenos a la justicia.
Esta historia �antes intermitente� se remonta a los primeros años de los 90, cuando uno de los más vehementes apóstoles del neoliberalismo, Bernardo Neustadt, arremetió contra nuestra institución con supina ignorancia, valiéndose de la sostenida ecuación entre libros y empleados, y relacionando esta biblioteca con la Library of Congress a partir de datos del todo falsos que oportunamente aclaramos.
Llama la atención, no obstante, que habiendo declinado el apóstol �ya por edad, ya por el resultado de su doctrina� su mensaje siga reproduciéndose en periodistas en apariencia menos evangélicos.
Lo cierto es que a quienes trabajamos se nos coloca en situación de víctimas destinadas a la hecatombe. Nos preguntamos si los comunicadores sociales conocen la Biblioteca que cuestionan o si, llevados por la religión del mercado, suponen que los libros son descargados de un camión, colocados en góndolas y ofrecidos al público como productos de supermercado.
¿Ignoran que cada pieza bibliográfica antes de llegar al público atraviesa distintas áreas en las que se confeccionan los listados de selección para la adquisición o de las donaciones; que ha sido inventariada, catalogada, clasificada por autor, título y materia, que es ubicada en anaqueles diariamente ordenados?
¿Ignoran que hay un servicio de referencia, de elaboración de bibliografías, de canje con instituciones argentinas y extranjeras?
¿Ignoran que otros sectores se ocupan de preservar el material histórico con la microfilmación y que cada una de las salas de la Biblioteca cuenta con el frecuentado servicio de fotocopias? ¿Que existe una editorial, un área de impresiones, otra de traducciones y una de investigaciones históricas?
¿Ignoran que desde Extensión Cultural se alienta la producción artística �incluso de discapacitados� con talleres, y el conocimiento con seminarios, conferencias etc. absolutamente gratuitos?
Creemos que sí y nos sentimos agraviados porque a pesar de las múltiples dificultades �de las que los trabajadores no somos responsables� persiste en nosotros un sentido de pertenencia a la institución y sobre todo una conciencia de servicio a nuestra comunidad cuyo menguado poder económico impide la compra de libros y la satisfacción cultural.
Agraviados, no sorprendidos, porque a diferencia de los hombres de nuestra historia que tuvieron un proyecto de Nación sustentado en el desarrollo del pensamiento, la reproducción de quien montado en el Ministerio de Economía mandó a los científicos a �lavar los platos�, parece incesante y los espacios de la cultura especialmente maltratados.
Aspiramos a que el mismo énfasis que el periodismo le concede a la crítica de esta Biblioteca se lo conceda a los auténticos responsables de las políticas que devastaron y siguen devastando nuestra patria: los poderes económicos, financieros y políticos.

* Comisión gremial interna Biblioteca del Congreso de la Nación. A.P.L.

 

PRINCIPAL