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�La cumbre ha sido un éxito.� Muchos de sus conciudadanos parecían compartir el optimismo que manifestó ayer el presidente surcoreano Kim Dae-Jung al finalizar la cumbre con su colega norcoreano, Kim Jong-Il. Al regresar a su país, Kim del sur trajo una prueba tangible de su éxito: un tratado firmado con el otro Kim. Esta �Declaración de Pyongyang�, bautizada con el nombre de la capital norcoreana donde se celebró el encuentro, es el primer tratado en más de 50 años entre los jefes de Estado de las Corea. Sus principales cláusulas son la reunión de familias separadas por la guerra, el intercambio de prisioneros políticos y el aumento de la ayuda surcoreana al norte. Estados Unidos hará su contribución a la paz la semana que viene, cuando levante muchas de sus sanciones económicas contra Corea del Norte. Kim Dae-Jung aseguró ayer que el tratado �alejará los temores de guerra�. Las esperanzas de una reunificación, mientras tanto, siguen lejos. El presidente surcoreano propuso tentativamente un modelo de �dos Estados, dos sistemas�, unidos por un pacto de federación. Parece ser una variante del plan �un país, dos sistemas� con el que China absorbió Hong Kong y busca absorber Taiwan. Pero el concepto norcoreano de �federación� resultó inaceptable para Kim Dae-Jung, informaron fuentes de su comitiva. De todos modos, el objetivo inmediato de Seúl fue siempre firmar un tratado de paz con Corea del Norte, dado que ambos países nunca acordaron el fin formal de la Guerra de Korea (1950-1953). Un paso significativo en esa dirección fue el compromiso para la reunión de las familias separadas durante la Guerra de Korea. Ayer se informó que el 15 de agosto (aniversario de la liberación de la península del dominio japonés) se celebrarían en Corea del Norte los primeros encuentros entre familiares. Actualmente hay alrededor de un millón de familias surcoreanas que creen tener parientes en el norte. El régimen norcoreano ayudaría en la localización de esos familiares. También se iniciaría un (limitado) intercambio de prisioneros políticos. Otro punto de la declaración conjunta promovía la cooperación económica: en otras palabras, el aumento de la inversión y ayuda surcoreana a la arruinada economía del norte. Se construiría además la primera línea de ferrocarril que atraviese el paralelo 38 (la línea divisoria) desde los tiempos de la Guerra Fría. Estados Unidos y Japón fueron quienes salieron perdiendo por el encuentro. Es que la declaración final omitió toda mención sobre el arsenal de misiles balísticos y posiblemente ojivas nucleares de Corea del Norte. Ayer, Kim Dae-Jung sólo reveló que �hablamos sobre el tema, fue una discusión fructífera y percibí muchas esperanzas�. Los líderes coreanos sí trataron el tema de los 37 mil soldados norteamericanos en la península, otra señal preocupante para Washington. Pese a todo, Bill Clinton se consoló ayer al afirmar que el acuerdo iba �en la dirección correcta; debemos estar esperanzados�. El acuerdo conjunto tampoco tocó la reducción de las gigantescas fuerzas militares de ambos bandos (que llegan a un total de 1,6 millón de hombres) en la zona fronteriza. Los dos gobiernos acordaron por lo menos instalar una línea telefónica entre sus capitales para tener un canal de comunicación directo en momentos de crisis. Kim Dae-Jung desestimó ayer las críticas de que había logrado escasos resultados en la cumbre: �Se requiere paciencia para que haya resultados; debemos dar primeroor los pasos más sencillos�.
Las minas del rey Mugabe Ninguna consigna es demasiado anacrónica para el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe. Ya había resucitado en los últimos dos meses la cruzada de tiempos coloniales de expropiar las tierras de los hacendados blancos. Pero era sólo el principio. Ayer, Mugabe anunció que la próxima etapa de �la lucha por la liberación de áreas socio-económicas� sería expropiar las minas controladas por empresas extranjeras. En total, la minería aporta alrededor del 25 por ciento del PBI de Zimbabwe. Los analistas locales advirtieron que la expropiación tendría efectos catastróficos para la ya muy maltrecha economía del país.
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