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LA SUBSECRETARIA DE DERECHOS HUMANOS PIDE
 QUE LE CAMBIEN LA IDENTIDAD A UNA TRANSEXUAL
El laberinto de Erica

Erica Prunello es profesora de Castellano y Ciencias Sociales, abogada y ex docente universitaria. Está en pareja hace 20 años y es madrastra de dos hijos que ya 
le dieron nietos. Pero tiene un problema: su documento dice que es un hombre. Operada a los 32, inició un largo periplo judicial en el que chocó siempre contra negativas. Ahora acaba de lograr un aval oficial: la Subsecretaría de Derechos Humanos emitió un dictamen donde pide que le den documentación de mujer. Dice que es su último intento antes de irse del país.
 


Por Sandra Chaer

t.gif (862 bytes) Después de 15 años de lidiar infructuosamente con la Justicia, Erica Prunello logró que el Poder Ejecutivo avalara su necesidad de tener un Documento Nacional de Identidad femenino. Nacida como Federico Prunello en 1948, Erica siempre se sintió mujer, aunque la obligaran a vestir de hombre. A los 32 años, se operó en Chile y volvió con medias de seda y midiendo 100-90-100 al pueblo natal del campo santafesino. Unos años después, con una pareja, dos profesorados terminados y un deseo de legitimación imperturbable, empezó el periplo judicial. Hoy es abogada y todavía sigue en litigio. Pero acaba de obtener un dictamen de la Subsecretaría de Derechos Humanos en el que se avala su requerimiento y que se suma a otro similar del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi), de 1998. Con esas armas en la mano, dice que éste es su último esfuerzo, de lo contrario abandona el país, �porque no puedo vivir en un lugar que a las puertas del siglo XXI se permite tener un muerto civil�. 
El 20 de mayo del 2000, Erica hizo su presentación en la Subsecretaría de Derechos Humanos. El 13 de junio estaba listo el dictamen de Diana Conti, titular del área, dirigido al Registro Nacional de las Personas de la Ciudad de Buenos Aires �que debería modificar el DNI�, al Registro Civil de San Cristóbal, Santa Fe �que debería darle a Erica una nueva partida de nacimiento�, y a la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Resistencia, Chaco, donde está en trámite el último proceso que Erica dice estar dispuesta a afrontar para ser aceptada socialmente. �Yo creo que las sentencias negativas que ella tuvo se deben a que las leyes y los jueces van detrás de la realidad �dice Conti�. Fijate los años que logró llegar al divorcio vincular. Yo hice este dictamen porque me parece justo y obvio reconocerle su derecho. Pero no es vinculante, no obliga a ninguno de los organismos a actuar, es una orientación de políticas públicas. Lo hice para presionar, para que le sirva de apoyo para presentar en la causa. Y también la idea es que siente un precedente.� Sin embargo, Conti es estricta frente estos casos en general: �No alcanza, para avalar un cambio de identidad, que una persona te diga que se siente presa del cuerpo en que nació. Eso puede ser una conflictiva psicológica tratable. Pero en este caso hay una actitud consecuente de Erica, a través de los años, de ser mujer, profesional, y estar insertada socialmente, a pesar de las negativas judiciales. Cuando a mí el caso me llegó, me parecía que era correcto en teoría darle el aval, pero lo que me convenció definitivamente fue verla a ella, es una mina�.
Para elaborar su dictamen, Conti se apoya, entre otros elementos, en el voto en disidencia del juez Calatayud, integrante de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala E �que el 31 de marzo de 1989 falló en contra del pedido de Erica Prunello� �... una vez que el individuo ha logrado, previa operación, adecuar su anatomía con su sexo psicológico, sin lugar a dudas debe ayudárselo a insertarse en la sociedad reconociendo legalmente su nuevo status puesto que, libre y voluntariamente, ha elegido el difícil e irreversible camino que lo llevó a armonizar su apariencia física con su sentir interno. Lo contrario importaría tanto como marginarlo de la sociedad, ya sea en el orden laboral como en la simple realización de cualquiera de los variados trámites burocráticos en los que se le exija la presentación de sus documentos de identidad, situación en verdad injusta y que queda en manos de los jueces procurar subsanar ante la inexistencia de norma legal alguna que contemple el caso.�
Lo planteado por Calatayud es el núcleo del reclamo de Erica. �Lo que yo quiero es estar integrada a esta sociedad, pero lo que siento es que los jueces que fallaron en mi contra de alguna manera me están castigando por haber ido siempre por derecha. Nunca usé un DNI de mujer, o sea trucho, ni me prostituí. Yo quería ser una mujer, por eso siempre estudié y trabajé de mis profesiones, no pasé ni un día en la cárcel como les pasó a muchas de las chicas que hoy sí tienen su DNI femenino, por haberlo en su momento truchado.� Si bien es difícil hacerse eco de una interpretación tan conspirativa de la Justicia, lo cierto es que Erica atravesó muchísimas instancias judiciales, cosa que no hicieron las otras diez personas que ella nombra y que es cierto que ya tienen su DNI modificado en la mano. Además del conocido caso de Mariela Muñoz, y otro bastante famoso también que se lo recuerda como �Juan/Juana�, hubo dos cambios de DNI en Mar del Plata, en 1998; uno en Mendoza en el �99; dos en Ciudad de Buenos Aires, en el �92, uno de una uruguaya que es el único caso en el que el pedido es de hombre a mujer (ya había sido operada en Chile); uno en Rosario en el �99, y dos de menores en Córdoba, en los que también se autorizó la operación de cambio de sexo. En todos medió una orden judicial, porque así lo indican el Código Civil y la Ley del Nombre. Y en el caso de las operaciones, la interdicción por la cual se requiere también el fallo de un juez proviene del Código Penal que, según explica Conti, tipifica como delito �gravísimo� cualquier tipo de lesión sobre el pene y otros órganos. La autorización judicial para cambiar el nombre, ya que la operación se la había hecho en Chile, le fue denegada a Erica por la citada Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, y luego por distintas instancias ante las que se presentó desde 1997, cuando ya tenía su título de abogada. Actualmente la causa está en la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia, Chaco, porque de esa jurisdicción depende el Registro de las Personas de San Cristóbal, donde ella nació. Este organismo debería expedirse en los próximos días diciendo si el juez de Reconquista, Santa Fe, que se declaró incompetente para determinar si el Registro de San Cristóbal debe modificar su partida de nacimiento, es efectivamente incompetente o tendrá que emitir sentencia. 
En 1990, después del fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Erica intentó apelar ante la Corte Suprema de Justicia, pero los abogados se declaraban incompetentes. Según cuenta, o se negaban por motivos religiosos, o le decían que con el fallo que había dictaminado la Cámara no había nada más que hacer. Así fue que se presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, donde le respondieron que no podían emitir opinión antes de que ella agotara todas las instancias en su país, es decir que pasara por la Corte. Según sostiene el abogado César San Juan, integrante de la Subsecretaría de Derechos Humanos, los temas de derechos humanos se guían básicamente por normas internacionales, y además de la CIDH, que suele no responder en forma negativa tajante, existe el Comité de Derechos Humanos de la ONU, frente al cual Erica podría también presentarse. �Todo es cuestión de llevar bien el aspecto procesal.� 
Mientras tanto, ella juega sus últimas cartas. Con el apoyo de la Subsecretaría espera apurar y lograr un resultado positivo de la Cámara de Chaco. Y por otra parte, ya inició un contacto con organismos no gubernamentales de Estados Unidos, donde vivió varios años, para lograr que hagan lobby sobre el gobierno argentino. Los hijos de su marido, que son como propios, y sus nietos, viven allá y la extrañan, y quiere esgrimir estos elementos para que organismos como Amnesty levanten su bandera. De lo contrario, dice, entre la seguridad y la amenaza que se esgrime para provocar una reacción en el otro, �me voy a ir de este país del que hace 20 años que lucho por ser ciudadana, porque me considero una muerta civil�. 

 


 

Un proyecto de ley para poder cambiar

Por S.CH.

El 5 de marzo de 1999 fue presentado en el Congreso de la Nación el proyecto de ley Derecho de las Personas a la Rectificación Sexual, firmado, entre otros, por Alfredo Bravo, Diana Conti �entonces diputada-, Elisa Carrió, Héctor Polino y Alfredo Villalba. Allí se regula lo que hoy se realiza siguiendo el Código Civil y la Ley del Nombre: �Que toda persona mayor de edad que experimente la condición de transexual podrá peticionar ante el juez de su domicilio la rectificación de su atribución sexual�. En el caso de los menores, el pedido lo podrán hacer padres o tutores. El proyecto contempla previas pericias médicas y psicológicas, la realización de la correspondiente intervención médico-quirúrgica y el cambio del nombre en la partida de nacimiento y el DNI. Se define a la transexualidad como una contradicción entre el sexo físico (genético, genital y hormonal) y el determinado por la psiquis, y se argumenta que �la Academia de Medicina Francesa, por unanimidad en 1982, declaró que el transexualismo se caracteriza por el sentimiento profundo e inquebrantable de pertenecer al sexo opuesto a aquel que es genéticamente, anatómicamente y jurídicamente el suyo, acompañado de la necesidad intensa y constante de cambiar de sexo y de estado civil... se siente víctima de un error insoportable de la naturaleza cuya rectificación, tanto física como jurídica, reclama, para arribar a una coherencia de su psiquismo y de su cuerpo y obtener así una reinserción social en el sexo opuesto�. Se menciona además que el cambio de sexo fue aprobado por la legislación sueca en 1972; la belga, 1974; la alemana, 1980; la italiana, 1982; y la holandesa, 1985. Los estados de Illinois, Arizona, Louisiana, Nueva York y California, en Estados Unidos, la aprobaron entre 1961 y 1977, y en Canadá, desde 1973, varias provincias lo permiten. 
El proyecto, que toma entre sus fundamentos el fallo negativo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil hacia Erica Prunello en 1989, se encuentra parado en la Comisión de Derechos Humanos y Garantías. Cuando entró allí, la Alianza estaba en minoría y las disidencias no permitieron que el trámite siguiera. Actualmente, el presidente de la comisión es Alfredo Bravo, quien garantiza que como mucho en un par de meses será tratada. Su aprobación final, teniendo en cuenta la sensibilidad hacia estos temas de la Alianza, no está sin embargo garantizada aunque sean mayoría. 

 


 

LA HISTORIA DE ERICA, UNA MUJER AUDAZ
�Acá me siento una paria�

Por S. Ch. 

Recién cuando está enfrente de uno y habla un largo rato �le gusta hacerlo, e irse por las ramas también� se notan cada tanto esos tonos que podrían delatar que alguna vez en ella hubo algo de varón. Pero telefónicamente ni eso. Erica Prunello es una señora de 52 años, en pareja desde hace 20, madrastra de dos hijos que ya le dieron nietos y a los que ama, profesora de Castellano y Ciencias Sociales, abogada, ex docente de la cátedra de Teoría del Estado, que dirige Mariano Grondona en la UBA. ¿Qué más? ¿Hace falta otro dato para darse cuenta de que esta mujer, que pide por todos los medios desde hace más de 15 años que le reconozcan su identidad femenina, siempre tuvo claro que su lugar era ése? Su vida es moneda sobre moneda para consolidarse en un marco legitimado socialmente. Todo lo que hizo tenía, consciente o inconscientemente, la misma finalidad. Estaba convencida de que, si empezaba por la inserción formal y de hecho, después el derecho la legitimaría. Hoy piensa al revés: está convencida de que el hecho de que no le autoricen el cambio en el DNI es producto de no haber pagado ningún derecho de piso, no haber usado documentación trucha, haber podido estudiar y trabajar.
�Yo no soy como los travestis que usan ropas de mujer. Yo nunca, desde que tengo conciencia, a los cinco, siete años, pude entender cómo era varón, me sentía completamente mujer. Me vestía como un varón porque me obligaban mis padres que se dejaban llevar mucho por el qué dirán, pero los chicos se daban cuenta, si me hacían propuestas deshonestas. Incluso a los 13 años ya tenía busto y un día fuimos con otros chicos a bañarnos a un tanque y uno me dijo �con esos pechos ya podés tener cría�. Desde ese momento me aislé completamente en el estudio y en mis amigas mujeres. Lo que yo tengo es una malformación congénita de nacimiento, cuando me fui a operar a Chile lo definieron como pseudohermafroditismo. Tenía el pene muy chiquito y los testículos para arriba, ni se veían, se llaman �en ascensor�. Incluso me masturbaba tocándome detrás de los testículos y sentía placer, encontraba �algo�.� De golpe sube el tono de voz y lo vuelve a bajar. Estamos en un apartado de un bar, pero no quiere que la escuchen. Sin embargo, no escatima nada en su relato. �Preguntá, preguntá todo lo que quieras saber.� Cuando atravesó la puerta con el pelo rubio y corto, gordita, la pollera de lana casi hasta los talones y el piloto, parecía la tía con la que uno se citó a tomar el té. Desenfadada, suelta de boca, al punto de arrepentirse después, sincerísima. 
�Como a los 13 años tuve una hemorragia, mi mamá se creyó que me la habían metido por atrás y me llevó a lo de un psiquiatra que me dio hormonas masculinas, lo que logró que se me pusiera la voz más grave, la complexión del cuerpo más grande. Las tomé hasta los 20 años. Después me agarró otro equipo de médicos, buenísimo, del Sanatorio Británico de Rosario y me empezaron a dar hormonas femeninas. Incluso estuvieron a punto de operarme, pero no sé cómo llegó a último momento una orden judicial impidiéndolo.� Entre medio, se había ido a Córdoba a estudiar astronomía, �imaginate, a las estrellas me tuve que ir por el infierno que había sido mi adolescencia en Santa Fe�. Más precisamente en San Cristóbal, un pueblo rural y mojigato. También hizo un año de Medicina, porque había decidido que si nadie la operaba lo haría ella, pero para lo único que le sirvió fue para intentar cortarse el pene sabiendo cómo cauterizarlo. A último momento, dice, le ganó el afán de supervivencia. Pero otra vez no aguantó. Le correspondía ser abanderada en la escuela y no le dieron el lugar por su condición afeminada. Fue y se cortó las venas delante del rector. Con el tiempo se calmó. Volvió a estudiar a Santa Fe, �porque era la época del Cordobazo, y en Córdoba ya habían matado a 17 transexuales�, ahí completó los profesorados de Ciencias Sociales yCastellano y trabajó comprando y vendiendo campos hasta que juntó los 10.000 dólares para la operación en Chile. 
�La operación fue como si me hicieran un guante, te ponen el pene hacia adentro, porque la cavidad está, y los escrotos hacen de labios de la vagina. Además me pusieron siliconas, que después me saqué. Pero cuando me miré por primera vez en el espejo, con los pechos paraditos... ya no era más andrógina, era rotundamente femenina. Al principio no abría mucho las piernas porque tenía miedo de que se me escapara algo, eso te lo dice cualquiera que se operó. Y abrí la ventana, estaba en Valparaíso, y vi que el verde era verde, que el mar tenía brillo, y me di cuenta de que hasta entonces no había vivido. Estuve 14 días internada, porque todos los días te ponen como un vibrador para que no se cierren los tejidos, y además hasta que no tenés un orgasmo no te sueltan. Y el mío fue público, porque no sentía ningún estímulo sola, entonces le pedí al médico que por favor me lo pusiera él, que se sacara la camisa y que la enfermera no estuviera, y ahí sí lo tuve... ay� y queda flotando unos segundos en ese recuerdo.
Volvió a San Cristóbal desconocida, �era una rubia espléndida, medía 100-90-100. Lo primero que hice fue desquitarme con todos los muchachos que me habían hecho de noviecitos, pero después me decían que no iban a poder casarse conmigo; los calenté dos o tres meses y los dejé duros, y después me vine a Buenos Aires donde publiqué cartas en los correos sentimentales de revistas extranjeras. Buscaba un hombre viudo y con hijos, para poder realizarme como madre y no tener problemas con la ex. A veces venían de otros países, siempre nos encontrábamos en el Sheraton; yo tenía que ir con una dalia para que me identificaran, y otros me ofrecieron viajar. Hasta que conocí a mi pareja, un judío sefaradí que vivía en California, con dos nenes de 5 y 7 años. Me fui para allá y la nena, como le habían dicho que su mamá se había ido al cielo, creyó que yo era la madre, porque bajaba del avión, y ese mismo día, a la hora de la siesta, se me pone encima y me empieza a acariciar todo el cuerpo con las manitos... sólo una madre puede entender lo que sentí�. Su pareja nunca se dio cuenta de que ella estaba operada hasta que le pidió casamiento. Entre lágrimas, Erica le explicó que no podía casarse y tuvo que bajarle la cabeza y hacerle mirar su vagina para que él entendiera. Hasta entonces sólo había notado unos �ganchitos� que ella había transformado en la mente de él en parte de un supuesto DIU. 
Volvieron a Buenos Aires y �cuando me estabilicé en una casa, engordé, hice la comida, quise insertarme como mujer, pero no sabía que se les pedía tanto a las mujeres, ni siquiera a los gay se les pide así. Ahí empecé los trámites judiciales y después del fallo negativo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, me decidí a estudiar Derecho para entender mejor lo que pasaba y la hice libre en cuatro años. Me recibí en el �96 y me matriculé en el �98. En el �97 me presenté a concurso en la cátedra de Teoría del estado de Grondona, y estuve un año como ayudante. Pero me dieron el turno noche, yo creo que para ocultarme, con lo cual volvía tardísimo a mi casa, y además tenía mucho trabajo de corrección y la verdad es que no necesitaba hacer semejante sacrificio, así que el año pasado renuncié�. Ahora ejerce como especialista en Derecho Previsional en varias jurisdicciones, �quizá porque no sé si yo misma algún día podré tener una jubilación�, tiene un espacio sobre el tema en un programa de radio en la zona de Martínez y escribió dos libros que presentó en los concursos Clarín y Planeta sin éxito. �Hasta el día de hoy llevé una vida bárbara �dice cerrando dos horas de charla en las que trepó y bajó de un árbol con mil historias�. Pero cuando fue lo de Mariela Muñoz mandé a los chicos a Estados Unidos porque me dio miedo, y ahora tengo nietos. Y eso ayuda a que me quiera ir, porque acá me siento una paria.�

 

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